Este es el tercer artículo que escribo acerca de la estratificación social. En "¡Oiga usted que todavía hay clases!", se hacía un análisis de la estratificación social a lo largo de la historia. En, "El gran montaje", se explicaba el proceso de legitimación o cómo las élites consiguen justificar la desigualdad. En el presente artículo se analiza las clases sociales actuales.
Estoy seguro de que si en una encuesta
científica se preguntara acerca de la clase social a la que se pertenece, la
mayoría se colocaría dentro de la clase media. Estoy convencido de ello por dos
razones, en primer lugar, hay grupo de trabajadores, normalmente de cuello
blanco y en el sector de servicios, que no quieren aparecer como trabajadores,
no entra dentro su visión del mundo considerarse como tales. En segundo
término, hay un grupo menor en tamaño, que no quiere aparecer como rico bajo
ningún concepto, cuando lo son de sobra, así que prefieren autocalificarse como
de clase media alta como mucho. De todas formas hay que decir que asignar a las
personas a una determinada clase social es cuestión más complicada de lo que
parece.
La clase es la forma de estratificación
social en la que se dividen las sociedades modernas, que surgió de la
revolución industrial sustituyendo al antiguo régimen estamental. Si la
sociedad se divide en clases, en una escala en la que cada una tiene más poder
y dinero que la inmediata inferior, parece fácil describir qué clases son y
quiénes pertenecen a cada clase. Pues no. Hay toda una controversia para
ponerse de acuerdo en el número de clases, tipos de clases y dimensiones en las
que medir la desigualdad entre ellas. No se arregla todo con clase alta, media
y baja, y todo el mundo apuntándose a la clase media.
Para Carlos Marx, la dimensión de la
desigualdad social es la propiedad de los medios de producción. Por lo tanto,
habría dos clases sociales, los capitalistas o burgueses propietarios dichos
medios y el proletariado cuya única “propiedad” es el trabajo. Evidentemente, según esta visión, existe un
claro conflicto de intereses entre ambas clases, dicho conflicto toma la forma
de una continua lucha de clases que, por cierto según esta visión, es el motor
de los cambios sociales a lo largo de la historia.
Uno reconoce aspectos reales en esta visión
de la sociedad y ahora más que en los años anteriores cuando parecía que íbamos
a vivir protegidos por el Estado de Bienestar, con el neoliberalismo campando a
sus anchas, uno tiene la tentación de coger el Manifiesto Comunista e irse a la
barricada. Controlemos pues nuestra indignación, somos científicos sociales y
debemos hacer una sociología libre de valores. Hay que reconocer que la visión
marxista de la estratificación es limitada, solo estudia una dimensión: la
propiedad de los medios de producción, o su traducción al dinero, el capital. Y
la sociedad es claramente más compleja que eso.
Max Weber realizó un análisis basado en tres
dimensiones y, por tanto, más completo que el análisis marxiano. Las
dimensiones weberianas son clase, estatus
y poder. La clase hace referencia al poder económico, la renta o ingresos;
el estatus al honor o al prestigio social y a los privilegios que derivan de
dicho estatus y, el poder, al poder político. De manera que la posición de una
persona en las clases sociales dependerá del cálculo de su posición dentro de
cada una de las tres dimensiones, obteniendo lo que más tarde se ha llamado la
posición socioeconómica de dicha persona. Dicho de modo más claro, un líder
sindical probablemente no tenga unos ingresos elevados pero si disfruta de una
posición elevada en la dimensión de poder y su posición socioeconómica será más
alta que la de cualquier persona que obtenga sus mismos ingresos.
Los investigadores posteriores han tomado el
análisis multidimensional de Weber añadiendo o modificando dimensiones como el nivel
educativo, si el trabajo es manual/intelectual, la cualificación
ocupacional y otros. De manera que se adaptan a las distintas sociedades y
distintos tiempos históricos, pero en la raíz, es la misma metodología que
inventó Weber.
Pero eso no es todo, hay más problemas, nos
faltan los detalles de la metodología a aplicar. Hace unas décadas se utilizaba,
como patrón de medida de la posición económica de los miembros de una familia,
al cabeza de dicha familia. Hoy en día está caduco este sistema ya que la mujer
se ha incorporado al mundo del trabajo y es muy común la estructura familiar en
la que los dos cónyuges trabajan. ¿Y cuando uno de los cónyuges tiene una
posición socioeconómica muy superior al otro?. En estos casos, ¿tenemos en
cuenta a las personas por separado o al núcleo familiar?. El método habitual es
considerar a la familia al completo, de tal forma que si son tres los miembros
de la familia que trabajan, si viven juntos, la posición socioeconómica es
común. De hecho los hijos que están a cargo de sus padres comparten la posición
socioeconómica de sus progenitores hasta que se independizan.
Y, como último paso, nos queda diseñar la
estructura de clases a la que asignar a las personas según su posición
socioeconómica. Para una sociedad moderna industrializada y, si me apuran,
postindustrializada, y después de haber comparado varias clasificaciones, una
buena sería: clase alta, clase corporativa, clase media-alta, clase media, clase
media-baja, clase trabajadora y subclase.
En los países industrializados las clases
altas constituyen entre 5 y el 10% de la población e incluyen un sector muy
pequeño de súper ricos, en torno al 0,2 % de la población[i].
La componen la clase alta y la clase corporativa.
La pertenencia a la clase alta es casi
siempre el resultado del origen o del nacimiento. Son los grandes propietarios,
familias que poseen un enorme patrimonio normalmente heredado, de ahí que a
veces se use el término dinero viejo.
En el caso español, el prototipo de esta clase sería la familia de la Duquesa de Alba.
La clase corporativa, grupo tan privilegiado
como lo pueda ser el anterior, son por lo general los grandes empresarios,
altos ejecutivos de las empresas o grandes financieros. La principal
característica que les diferencia de los anteriores es que dependen de sus
ingresos y no de un patrimonio heredado.
Existiría un grupo menor formado por artistas
y deportistas famosos con elevados ingresos y que habría que colocar dentro de
las clases altas.
Las clases medias históricamente han estado
constituidas por los grupos sociales intermedios entre los ricos y los pobres,
personas que se ocupaban del comercio, la industria manufacturera y las
profesiones liberales. Curiosamente Marx predijo su desaparición y Weber su
crecimiento. A pesar del castigo al que son sometidas durante los períodos de
crisis como el actual, se han ido
convirtiendo en un grupo amplio en las sociedades europeas, entre el 35 y 40%
de la población.
La clase media alta es la más privilegiada
dentro de las clases medias. Sus ingresos son notablemente superiores a la
media del conjunto de la población. En muchos casos son propietarios, aparte de
su vivienda habitual, de una segunda residencia, tienen más de un automóvil y
una cartera de inversiones[ii].
Forman parte de esta clase, los profesionales liberales, cuadros directivos y
predirectivos de la Administración
Pública y las empresas. Suelen tener formación universitaria
y sus hijos suelen recibir el mismo tipo de educación, de hecho no heredan sus
puestos pero si que suele darse una alta tasa de reproducción social[iii].
La clase media-media está formada por profesionales
que tienen amplia autonomía en su trabajos, seguridad en sus puestos y ejercen
y detentan cierta autoridad. Suelen tener formación universitaria. Son los
cuadros intermedios de la
Administración pública y las empresas, pequeños comerciantes
y pequeños propietarios. Suelen tener casa y vehículo propio.
Los miembros de la clase media-baja suelen
tener trabajos de menor prestigio. Son empleados o trabajadores de cuello
blanco, o trabajadores cualificados de cuello azul. Sus rentas suelen estar en
torno a la media nacional, lo que les proporciona una calidad de vida
relativamente modesta. Suelen acumular a lo largo de su vida algún patrimonio
que España usualmente es la vivienda. La formación educativa en la mayoría de los
casos suele ser el bachiller, o la formación profesional.
La clase trabajadora solía tener conciencia
de clase, fuertes sentimientos de identidad enraizados en comunidades asociadas
a una industria determinada como los metalúrgicos, los mineros, los obreros textiles, los de artes gráficas –
que fueron los fundadores del movimiento obrero en nuestro país-. Con los
cambios sociales habidos en los últimos años como son la reducción de las
explotaciones mineras, la reconversión industrial y el incremento del sector de
los servicios, han aparecido nuevas formas de empleo que han llevado al declive
de estas viejas comunidades y, con ellas, de esa conciencia de clase de la que
hablábamos a favor del individualismo. Es más, como indicaba al principio de
este escrito muchos de los miembros de la clase de trabajadora no se
autodefinen como miembros de esta clase.
La clase trabajadora está formada por los
trabajadores de cuello blanco y cuello azul no cualificados. Generan unas
rentas familiares que por lo general son inferiores a la media nacional. Sus
trabajos suelen ser rutinarios y sometidos a una fuerte supervisión por parte
de la empresa. En España suelen tener vivienda propia ubicada en distritos o
barrios modestos. Las familias de esta clase son muy vulnerables a los ciclos
económicos, en épocas de crisis, sobre ellos recaen las mayores tasas de
desempleo y empobrecimiento. Su formación es básica, suelen tener los estudios
obligatorios.
La subclase[iv]
abarca a todas aquellas personas que sobreviven entre el desempleo y el empleo
precario. No necesitan de una crisis económica para empobrecerse. En su caso
los subsidios o las ayudas sociales que reciben son críticos para la economía
familiar. También se incluyen en este sector
los que reciben pensiones bajas, familias desestructuradas – como
mujeres divorciadas o viudas con pensiones bajas y con hijos –, o los
desempleados de larga duración, en términos generales, los que viven fuera del
mercado laboral.
En Europa, el problema de la subclase a
menudo va asociado a problemas de inmigración ilegal. Recién llegados, sin
papeles y étnicamente diferentes son caldo de cultivo de la marginación, aunque
la larga noche de la crisis que vivimos hace que este sector se engrose con
personas del propio país.
Y para terminar, dos cuestiones que no puedo
dejar de tratar. En primer lugar, desde hace unos treinta años, existe entre
los sociólogos un cierto debate sobre el
fin de las clases sociales. Algunos autores argumentan que las sociedades
modernas han ido desdibujando la frontera entre las clases hasta el punto de
que el concepto “clase social” ha perdido utilidad. Según estos autores, aunque
la desigualdad social siga creciendo, la cuestión es si estas desigualdades pueden
justificarse mediante el concepto de clase.
Hoy en día, la línea divisoria que separa las
clases no es de carácter político sino de estilo de vida o de hábitos de
consumo. Más importantes que las diferencias entre trabajadores y propietarios
de los medios de producción, son las diferencias entre el que tiene trabajo y
el que está en el paro, el que tiene vivienda propia o está en alquiler, el que
cobra un sueldazo y el que cobra un salario de miseria. Según Klaus Elder por
ejemplo, las clases sociales se han disuelto en el tejido social, en donde ya no
existe un conflicto bipolar entre trabajadores y empresarios sino conflictos
multipolares como nos muestran los numerosos movimientos sociales surgidos
desde la década de los ’60 – ecologismo, feminismos, pacifismos, etc -. Según
estos autores, el análisis de las clases sociales se ha complicado hasta tal
punto que ya no está claro lo que se está estudiando.
Yo opino que, a pesar de que todos esos
cambios sociales son notorios y ciertos, el concepto de clase social sigue
siendo útil a pesar de lo difícil que es su manejo desde un punto de vista
empírico. Pero es que todavía, que yo sepa, no se ha inventado nada alternativo
y, por lo tanto, es un concepto necesario para poder estudiar la
estratificación social.
La segunda cuestión que quería tratar es lo que
se ha denominado “el declive de la clase media”, es decir, una cierta tendencia
hacia el deterioro de la calidad de vida y la seguridad económica entre las
clases medias de las sociedades industriales. Creo que esa tendencia es cierta
y se podría explicar fundamentalmente por dos razones – que pueden subdividirse
en múltiples subrazones -, la primera
de ellas es el fenómeno de la globalización de la economía. Gran parte de la
industria que hace sólo una generación ofrecía trabajos bien remunerados en los
países occidentales se ha trasladado a los países en vías de desarrollo. En su
lugar las economías occidentales ofrecen nuevos empleos en diversas ramas del
sector servicios que suelen estar peor remunerados y con ello se da un fenómeno
de movilidad social descendente de la clase media hacia la clase trabajadora y
una depauperación de la clase trabajadora.
Y ya por último – los que sufren con la
longitud de mis artículos estarán de enhorabuena - en segundo lugar, como
consecuencia también de la globalización y del pensamiento único[v],
se está produciendo un ataque sostenido
al Estado del Bienestar que hace mella en las capas menos favorecidas de la
sociedad, llevando consigo un empobrecimiento y una mayor desigualdad porque,
por poner un ejemplo de actualidad - esta semana ha sido la del medicamentazo
-, si tienes que pagar la totalidad de
un medicamento que necesitas eres inevitablemente más pobre. Porque si
pierdes terreno en derechos sociales acabas siendo más pobre. Así que,
desgraciadamente, me veo inmerso en ese proceso de declive – sobre todo desde
la aparición del euro -, porque - para que lo sepan - yo soy de clase media, ¿y usted?.
Juan Carlos Barajas Martínez
Hasta qué punto la clase
social es importante
|
|
Mortalidad
infantil
|
Los hijos de
las familias de clase trabajadora tienen tres veces más posibilidades de
morir en su primer año de vida
|
Salud
|
La clase
trabajadora tiene tres veces más posibilidades de contraer enfermedades
graves de larga duración
|
Esperanza de
vida
|
El hijo de un
trabajador manual no cualificado tiene una esperanza de vida siete años menor
que entre las profesiones liberales
|
Divorcio
|
La incidencia
del divorcio es cuatro veces mayor entre los trabajadores manuales que entre
las profesiones liberales
|
Educación
|
En 1984, sólo
un 1% de los estudiantes
universitarios eran hijos de trabajadores manuales no cualificados, al tiempo
que el 70% procedía de familias de las clases altas y media alta
|
Renta
|
Por
definición, la clase baja recibe rentas más bajas y tiene mucho menos
patrimonio
|
Seguridad en
el empleo
|
Los miembros
de la clase trabajadora tienen mucha menos seguridad en el empleo que los
profesionales de las clases medias
|
Desempleo
|
En 1993 las
tasas de desempleo para los trabajadores manuales era de un 13% , frente al
5,6 % de los trabajadores no manuales
|
Vivienda
|
El 90% de los
profesionales eran propietarios de su vivienda frente solo el 42% de los
trabajadores manuales no cualificados
|
Los datos son relativos al Reino Unido, fuente:
Social Trends 1995; Reid, 1989, cuadro obtenido del libro “Sociología” de
Macionis-Plummer
|
Cuadro de clases sociales
Clases
|
Posiciones en
los 3 principales tipos de estructuras institucionales
|
|||
En sentido
amplio
|
Clases
sociales
|
Ocupación
|
Autoridad
burocrática
|
Propiedad
medios producción
|
Altas
|
Alta
(vieja clase
alta)
|
Alta
|
Alta
|
Propietarios
|
Corporativa
|
Alta
|
Alta
|
Propietarios
y no propietarios
|
|
Medias
|
Media alta
|
Alta/media
|
Alta
|
No propietarios
|
Media
|
Media
|
Media
|
No propietarios
|
|
Media baja
|
Media/baja
|
Media/baja
|
No propietarios
|
|
Bajas
|
Trabajadora
|
Baja
|
Baja
|
No propietarios
|
Subclase
|
Baja/desempleo
|
ninguna
|
No propietarios
|
|
Este cuadro está basado en el H. Kerbo en su libro
“Estratificación Social y Desigualdad” pero adaptado a la clasificación que
hemos realizado en este artículo. En este cuadro se representa la síntesis de
los tres paradigmas principales de la estratificación social. Los funcionalistas
y visión de los rangos ocupacionales, los neoweberianos o teóricos no críticos
del conflicto que resaltan la autoridad burocrática – este término no se
aplica sólo a los organismos públicos - y los marxistas o teóricos críticos o
de la clase dominante que resaltan la propiedad de los medios de producción
|
Notas:
[i] Las cifras son orientativas y se han obtenido
de Mancionis-Plummer
[ii] Hay que entender que estos comentarios son
genéricos, se puede pertenecer a la clase media alta y no tener segunda
residencia, por ejemplo.
[iii] Por reproducción social se entiende, dicho de
un modo sencillo, la reiteración de las clases sociales, es decir, los hijos
repiten la clase social de los padres. Marx fue el inventor de esta idea, decía,
“la burguesía se perpetúa en si misma”, para él era un concepto más económico
que social. Lo contrario es la movilidad social que representa el paso de una
persona de una clase a otra y que, evidentemente, puede ser ascendente o
descendente. Hay definiciones más filosóficas de reproducción social que hablan
de reproducción de la totalidad de la
vida social pero a los efectos de este artículo me quedo con esta idea de
seguir en la misma clase. Yo soy un claro caso de reproducción social,
pertenezco a la misma clase social de mis padres, dispongo de más bienes
materiales que ellos pero es porque mi clase en la actualidad dispone de más
bienes materiales de los que disponía en tiempos de mis padres, pero no ha
habido movilidad social.
[iv] El concepto de subclase
fue acuñado por el sociólogo norteamericano Charles Murray, pero ha recibido
varios nombres a lo largo de la historia de la sociología, Marx hablaba de
“proletariado lumpen” o lumpenproletariat,
otros han hablado de “clases peligrosas” formadas por indigentes, mendigos
y marginados. Marx daba bastante caña a este colectivo, no le parecía que
fueran a hacer ningún tipo de revolución, eran casos perdidos.
[v] Evidentemente me estoy refiriendo al dogma
neoliberal
Bibliografía:
Sociología
John J. Mancionis y Ken Plummer
Paerson-Prentice Hall
Madrid 2005
Teoría Sociológica Clásica
George Ritzer
McGraw-Hill
Madrid 2001
Estratificación Social y Desigualdad
Harold R. Kerbo
5ª Edición
McGraw-Hill
Madrid 2003
Conceptos fundamentales
de sociología
Roberto Garvía
2ª Edición
El libro universitario
Alianza Editorial
Madrid 2003
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