Yo le doy mi querer al querer
y lo doy para toda la vida
si quisiera vivir de placer
me buscaría un amor de cantina
Fito y los Fitipaldi
Para toda la vida
La palabra “amor” debe ser de las más usadas en nuestro idioma y, bien pensado, en cualquier idioma de los que se habla en este viejo planeta. Decir “te amo” o decir “te quiero” implica que existe un torrente de buenos sentimientos y afectos desde la persona que expresa la frase hacia la persona que la recibe. Pero estos sentimientos son de carácter distinto según el tipo de relación que exista entre esas dos personas, no es lo mismo que la dirija un hijo a un padre, un madre a una hija o se dirija entre los miembros de una pareja.
y lo doy para toda la vida
si quisiera vivir de placer
me buscaría un amor de cantina
Fito y los Fitipaldi
Para toda la vida
La palabra “amor” debe ser de las más usadas en nuestro idioma y, bien pensado, en cualquier idioma de los que se habla en este viejo planeta. Decir “te amo” o decir “te quiero” implica que existe un torrente de buenos sentimientos y afectos desde la persona que expresa la frase hacia la persona que la recibe. Pero estos sentimientos son de carácter distinto según el tipo de relación que exista entre esas dos personas, no es lo mismo que la dirija un hijo a un padre, un madre a una hija o se dirija entre los miembros de una pareja.
En la aproximación científica al estudio del
amor también hay de todo. Para algunas
ciencias como la bioquímica o la neurología, el amor es un proceso
bioquímico en el cerebro del enamorado en el que intervienen sustancias como la
norepinefrina, la dopamina y la feniletilamina, que al parecer nos llevan a ese
estado de locura transitoria que han cantado todos los poetas que en el mundo
han sido. La psicología se centra en los procesos internos de pensamiento y
conductas – a veces lunáticas - que se producen durante el enamoramiento. La
sociología y la antropología estudian las formas sociales que se producen como
resultado del amor, es decir, las formas de matrimonio ó los tipos de familia
que surgen, dependiendo de la sociedad y la cultura a la que se pertenezca y el
momento histórico en que se esté.
En este artículo nos vamos a referir al amor
de pareja y desde el punto de vista de las ciencias sociales, es decir, un
pequeño “pot pourri” de psicología
social, sociología y antropología[i].
El psicólogo norteamericano Robert J.
Sternberg diseñó un gráfico que ayuda mucho a entender las distintas clases de
amor de pareja que existen. Muchas de estas clases de amor, en realidad, son
fases por las que van pasando las parejas desde que se encuentran y enamoran
hasta el momento en que llevan conviviendo durante años. Vamos a echarle un
vistazo:
Gráfico de Stenberg (haced clic encima para ampliar)
Como se puede apreciar en el gráfico Sternberg
usa tres variables. La intimidad se refiere al sentimiento de cercanía, afecto
y unión con el otro. La pasión consiste en un estado de excitación física y
mental que roza, cuando no traspasa directamente, la línea de la obsesión por
la otra persona. El compromiso, según Sternberg, consiste en que uno quiere a
otra persona sin que haya intimidad o pasión. Para mí manifiesta el deseo de
convivir con la otra persona y en mantener vivos y funcionando los productos de
esa unión.
Steinberg señala que cada una de las tres
variables tiene una evolución temporal diferente. La intimidad se desarrolla
gradualmente conforme avanza la relación. La pasión es muy intensa al principio
y crece de forma vertiginosa, pero suele disminuir conforme la relación avanza,
estabilizándose en valores moderados. El compromiso, por último, crece despacio
al principio y se estabiliza cuando las recompensas y costes de la relación
aparecen con nitidez.
Empecemos con el amor romántico, amor
apasionado o enamoramiento. Tal y como señala Steinberg y nuestra propia
experiencia, suele producirse en los primeros tiempos de una relación, que es
cuando la pasión es más intensa. En nuestra sociedad, en el momento actual, es el
modelo cultural del amor, el prototipo. Es el amor de las películas, de las
teleseries y de las novelas rosa, de manera que – cuando la gente piensa en el
amor de manera abstracta – es muy probable que esté pensando en el amor
romántico. En el pasado – y en otras culturas en la actualidad -, cuando había
mucho más condicionantes socioeconómicos y religiosos en este asunto del amor,
el romanticismo quedaba circunscrito al ámbito de la novela o de la canción.
Los psicólogos Hatfield y Walster definen el
amor pasional como un estado de intenso deseo por la unión con otra persona.
Según estos autores las características de este tipo de amor serían, en primer
lugar, un estado cargado de emociones y excitación fisiológica. Este estado de
excitación emocional se ciñe fundamentalmente a la persona amada pero se
extiende a casi todos los aspectos de la vida cotidiana. Si el amor
es correspondido todo parece más bonito, el invierno parece primavera y
permaneces en un estado de felicidad casi completa.
En segundo lugar, el pensamiento del
enamorado se dirige con mucha frecuencia hacia la persona amada, se tiende a
idealizarla, a difuminar sus defectos y
a desear conocerla en profundidad.
Y, por último, la conducta. Se expresa afecto
verbalmente, gestualmente y físicamente mediante besos y
caricias y, según el antropólogo Desmond Morris, se manifiestan ciertos rasgos
de conducta infantil. Se hacen manifestaciones materiales de cariño como
regalos, se ayuda al otro en sus tareas o se proporciona apoyo emocional y
moral.
Pero, ¿por qué se enamoran las personas?. Hay
diversas explicaciones. Algunas hacen referencia a los orígenes evolutivos del
amor, que está orientado a la búsqueda de la pareja adecuada para la
procreación, la retención de ésta y el cuidado de la prole. Otros, como los ya
citados, Hatfield y Walster, hacen hincapié en procesos psicosociales, en los
que son muy importantes la cultura y sociedad en la que se vive. Yo
personalmente creo que hay un substrato biológico muy importante, no olvidemos
nuestra naturaleza animal y no lo digo de manera peyorativa ya que es muy
divertido dejar salir de vez en cuando al primate que llevas dentro, pero la
influencia social es tremendamente importante. Por eso la ceremonia de cortejo,
los cánones de belleza, la formas de emparejamiento y todo lo relacionado con
el amor en general, es tan diferente de una cultura a otra y si se lee un libro
de antropología o ves ciertos documentales del National Geographic encuentras a
este respecto las conductas más sorprendentes que puedas imaginar. Es
tremendamente divertido.
Si la relación avanza, nos encontramos con el
amor completo o con el amor compañero, o bien, en una primera fase se vive el
amor completo para pasar al amor compañero pasados algunos años de convivencia.
El amor completo es el amor perfecto o casi
perfecto, combina los tres componentes definidos por Steinberg, es bastante
difícil de alcanzar pero todavía es más difícil de mantener en el tiempo. Suele
producirse en los primeros años de relación, cuando una vez superada la fase de
enamoramiento o de amor romántico con éxito, se adquieren compromisos de pareja
con más o menos formalidad dependiendo de la cultura a la que se pertenezca,
desde el matrimonio hasta emparejamientos con mayor o menor formalidad
jurídica.
Con el paso del tiempo, los problemas
cotidianos, los roces de convivencia, el simple devenir del tiempo, la rutina,
la llegada de los hijos o, como dicen los expertos en bioquímica, que el
cerebro se acostumbra a las drogas que el mismo secreta o, simplemente, deja de
secretarlas, la pasión disminuye y, si se mantiene el compromiso y la intimidad,
se alcanza el estado de amor compañero.
En el amor compañero existe una gran
preocupación por la felicidad y el bienestar del otro, existe una profunda
unión, se comparte todo, posesiones, conocimientos e intimidad. El tono
emocional del amor es más moderado que el del pasional, aunque esto no quiere
decir que la intensidad del amor sea menor, simplemente que la ternura, el
afecto o la satisfacción son emociones más comunes que las pasiones extremas.
Este tipo de amor es el típico de las relaciones duraderas, de los matrimonios
que cumplen bodas de plata y oro.
En aquellas culturas en las que los
matrimonios se conciertan por las familias, como pasaba antaño por estos lares,
se puede alcanzar este estado sin pasar por la pasión. Y no resisto la tentación
de comentar en este punto que, según nos dice la sociología de la familia, este
modelo cultural actual del amor romántico muchas veces no alcanza el compromiso
con lo que, una vez desaparecida la pasión, unido al hecho de que la
incorporación de la mujer al mundo del trabajo ha traído su independencia
económica y de que la sociedad civil se ha secularizado y el refuerzo religioso
de ciertas conductas es mucho menor, es muy común que la pareja se desinfle.
Sólo hay que mirar las estadísticas de separaciones y divorcios. Sin
compromiso, a las primeras de cambio, cuando vienen los problemas, muchas
parejas se truncan. Sin embargo, aquellas que están construidas en base al
compromiso, como aquéllas que en ambientes rurales formaban nuestros bisabuelos,
en las que las familias eran auténticas unidades económicas de producción, los
vínculos eran muy fuertes, y las separaciones muy raras. No hay nada que una
más que la propia supervivencia.
El amor fatuo es el que acaba en matrimonio
enseguida, sin dar tiempo a que nazca la intimidad. Aunque se da en la
realidad, es bastante hollywoodiense pues es el argumento de muchas películas
del género de la comedia romántica. El ejemplo que se me ocurre es el del
típico fin de semana en Las Vegas en el que un pastor de una iglesia
inconcebible vestido de Elvis Presley casa al protagonista con una corista
maziza de la que se ha prendado. ¿A que este patrón es reconocible en series de
televisión y películas?.
El amor vacío es el amor de conveniencia,
solo hay compromiso. Ambos cónyuges mantienen la relación sólo por motivos
económicos o sociales, pero mantienen en la realidad vidas separadas, al menos
en el ánimo. Si desaparece la causa o causas del compromiso, no queda nada que
les una. El ejemplo típico sería el matrimonio burgués que mantiene la pareja
por el “qué dirán” o por motivos económicos, pero también sería buen ejemplo,
el matrimonio de conveniencia para resolver problemas de inmigración.
Del cuadro de Steinberg sólo restaría definir
el hecho de gustar y el encaprichamiento. Gustar es un estado previo, existe
cierto cariño y amistad que lleva a la sinceridad y al intercambio de
confidencias, presentando cierto nivel de intimidad. El que esta situación de
gustar pase a mayores ya es harina de otro costal. La cosa puede quedar en el
trágico – sobre todo si el rechazado está realmente enamorado – del “Fulanito –
o Menganita – es muy majo, pero …”. Ese “pero” tiene mucha semántica.
El encaprichamiento es también evidente, es
el amor pasional puro, sin intimidad ni compromiso, es un viaje directo a la
carnalidad que pronto se sacia y se termina después de nueve semanas y media.
Aún así se pueden cometer las mayores estupideces en este estado.
Hasta ahora hemos visto los distintos tipos
de amor de pareja basándonos en el gráfico de Sternberg, el artículo no
quedaría completo sin comentar rápidamente las causas más comunes de ruptura,
aún a riesgo de que reprochen – no sin razón – de que el artículo es demasiado
largo.
¿Por qué se separan las parejas?, ¿qué pone
fin al amor?. Existe todo un catálogo de razones que los psicólogos sociales
han identificado en sus estudios. Los celos, la insatisfacción con la vida en
pareja, la intimidad e implicación en la relación, la rutina y el aburrimiento,
la evaluación negativa.
Estar celoso es un estado emocional negativo
provocado cuando una persona percibe que su relación amorosa con otra se ve
amenazada por una tercera, sea esta real o imaginaria. Los estudios realizados
indican que las emociones típicas en estas situaciones son la ansiedad, la
tristeza y la ira. La evidencia empírica indica que los celos tienen más
probabilidad de presentarse en personas con baja autoestima.
Curiosamente los celos están muy mediatizados
por la cultura a la que se pertenece, cuestiones que en una sociedad son
fácilmente disculpables en otra son casi crímenes. Por poner un ejemplo curioso
las fantasías sexuales con otras personas dejaban indiferente a los miembros de
las culturas eslavas, sin embargo, los holandeses se ponían muy celosos, en
cambio, bailar con otro cabreaba mucho a los eslavos y los holandeses ni se
inmutaban. Eso entre dos culturas judeocristianas europeas, imaginaos las
diferencias con respecto a las tribus de Papua-Nueva Guinea.
Otra cuestión curiosa y bastante
controvertida entre los diversos autores se produce en torno a las diferencias de actitud ante los celos entre hombres y las mujeres. Diversos estudios indican
que las mujeres experimentan con mayor probabilidad celos cuando sus compañeros
desvían recursos hacia otra mujer, mientras que los hombres aparecen más
preocupados por la infidelidad sexual[ii].
En todo caso, la infidelidad es un camino directo hacia la ruptura, pocas
personas la aguantan.
El grado de implicación en la relación que
percibe cada miembro de la pareja respecto del otro es, según los estudios, una
de las variables más importantes en el mantenimiento duradero de dicha
relación. Todo esto teniendo en cuenta que, según un principio psicológico
básico, tendemos a dar más importancia a nuestras aportaciones que a las de los
demás. Según la Teoría de la Equidad de Hatfield y Traupmann, la gente en una
relación compara sus costes y beneficios con los de la otra persona. Si ambos
están equilibrados, la relación produce satisfacción y, como resultado, tiene
estabilidad.
Otra variable importante es la comunicación.
Cuanto más expresan sus pensamientos y sentimientos, cuanto más afecto y
comprensión muestran, más le hacen saber al otro que empatizan con él y suelen
ser parejas más felices.
También es importante la semejanza. Las
parejas funcionan mejor si proceden de ambientes culturales parecidos - las
relaciones entre personas de nacionalidad distinta tienen que vencer barreras
culturales -, o de niveles de formación
y socioeconómicos semejantes. Además las
parejas, de modo inconsciente, suelen ajustarse para alcanzar un mayor nivel de
semejanza, se produce un proceso de cesión al otro de ciertas características
de su personalidad. En castellano tenemos el refrán muy descriptivo de esta
situación: “dos que se acuestan en el mismo colchón acaban siendo de la misma
condición”.
La rutina y el aburrimiento es otra de las
causas comunes de ruptura, si no causa directa si puede ser catalizador de
otras causas más directamente implicadas en una separación. Aunque se suele
citar mucho en las encuestas, no hay muchas experimentos que hayan corroborado
está característica. Al parecer, lo que si se ha podido medir en lo estudios,
es que las parejas que hacen muchas cosas juntos y tienen muchos en común tienen más probabilidad de durar.
Y por último, hay que hablar de la evaluación
negativa. Todos hemos visto algún caso de este fenómeno. Cuando una pareja ya
lleva años de convivencia y hace tiempo que pasó por la fase pasional, los
defectos del otro – antes ocultos por el velo del enamoramiento – se hacen
patentes. Pero, en vez de comprender y aceptar y tener en cuenta que no todos
somos perfectos o intentar arreglarlo con la comunicación, se comentan en
público, haciendo público escarnio del otro. Este es un camino directo y seguro
hacia el conflicto o, cuando menos, un ataque a la autoestima del otro.
Yo no soy nadie para dar consejos, lo que a
mi me ha ido bien, no tiene por qué funcionar en otros casos, mis intereses
personales, mis carencias, mis virtudes y mis necesidades se acaban en mí, así
que no puedo proporcionar una receta mágica para que las parejas funcionen. De todas formas hay una
serie de consejos universales que los padres suelen comunicar solemnes a los
hijos cuando se casan: el amor, el cariño, la ternura, la complicidad, el
respeto mutuo.
Yo añadiría a esa receta dos ingredientes, el
primero – se lo oí a Glen Close en una película – todos tenemos días malos. Pues
hay que procurar tenerlos en días distintos a tu pareja y comprender cuando el
otro está encerrado o atrapado en uno de esos días. El segundo, se lo oí a Paco
Rabal en una entrevista, él – que por lo que cuentan no fue un buen ejemplo de
marido y en absoluto me parece una conducta a imitar – decía que se había
reenamorado varias veces de su mujer a lo largo de la vida. Y reflexionando me
dí cuenta de que yo me había reenamorado también varias veces de la mía, no con
la pasión de la juventud pero si volviendo a amar todo aquello que tiene de maravilloso, que es mucho. Quizás
ese sea el secreto de una relación larga.
Juan Carlos Barajas Martínez
A Marisa, mi
esposa, mi mujer, mi vida.
Bibliografía:
Morales
J.F., Huici, C. y cols.
Psicología
social
McGraw-Hill
Madrid
1999
Luis
Garrido y Enrique Gil Calvo
Estrategias
Familiares
Alianza
Editorial
Madrid
1993
Notas:
[i] Este
artículo está centrado en el amor entre dos personas de distinto sexo. En el
caso de la homosexualidad – según autores como Peplau y Gordon citados por Morales y Huici - el proceso es muy parecido, si bien algunos
aspectos de tipo cultural, y social, por ejemplo, las actitudes de rechazo,
influyen en el desarrollo de la pareja y en sus manifestaciones.
[ii] La
razón para esta conducta diferente estriba, según los psicólogos
evolucionistas, en los diferentes roles que hombres y mujeres han desempeñado
durante la evolución de la especie. El hombre más preocupado con su herencia
genética y la mujer más preocupada por la supervivencia de su prole
El amor en cualquier tiempo y lugar por Juan Carlos Barajas Martínez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en sociologiadivertida.blogspot.com.
Me ha encantado esta entrada :)
ResponderEliminarmuchas gracias CeNedra. Un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarMUy original el artículo. Me han gustado mucho las frases:
ResponderEliminar"El encaprichamiento es también evidente, es el amor pasional puro, sin intimidad ni compromiso, es un viaje directo a la carnalidad que pronto se sacia y se termina después de nueve semanas y media." y "no olvidemos nuestra naturaleza animal y no lo digo de manera peyorativa ya que es muy divertido dejar salir de vez en cuando al primate que llevas dentro" , jajaja son muy buenas.
Yo también llevo 35 años reenamorandome de mi mujer.
Un saludo
Anselmo
Gracias Anselmo yo también creo que me han quedado bien las frases.
ResponderEliminarPor cierto enhorabuena por esos 35 años
Muy bonito, Juan Carlos, me ha encantado leerlo, y lo he leído enterito, que tiene mérito. Aunque sigo sin explicarme, a pesar del cursillo, por qué c... me he enamorao de la mía.
ResponderEliminarY como siempre tengo que criticar algo, te ha faltado lo típico, cuando se toca el tema del amor. Las historias de amor verdaderas suelen acabar mal, y muchas veces por culpa de la familia. Por eso me encanta Romeo y Julieta y el Tenorio, por su realismo.
Un abrazo y a seguir con el listón tan alto.
Maquilón
Te gusta Romeo y Julieta, si al final vas a resultar un romántico. El caso de los amantes de Verona es un amor completo (intimidad+pasión+compromiso (hasta la muerte)) en un entorno radical de matrimonios concertados. Así acaba de mal.
EliminarRespecto de D. Juan, tienes razón no lo puse (conscientemente porque yo soy el antiDonjuan), los psicólogos sociales hablan del "amor como juego", también incluyen aquí al también personaje literario del COnde de Valmont de "las amistades peligrosas". Este tipo de relación se caracteriza ,según Lee, porque no hay vínculos emocionales fuertes, con frecuencia se cambia de una persona a otra, se evita el contacto frecuente, hay ciertas dosis de engaño, y los celos y la posesividad no son algo esencial.
Bueno Maquilón, gracias a ti completo el artículo.
Un fuerte abrazo y gracias por leerme
Tercer intento de comentario. Espero que con más éxito.
ResponderEliminarGran artículo, si señor. La carga de profundidad sobre la longitud, no se si era para mí, pero no me he dado por aludido...
Me quedo con mucho y sobre todo con unos cuántos consejos que compartiré cuidadosamente con mi 'santa'.
Un abrazo. Juan
No te des por aludido, no eres el único que opina que me enrollo, jajaja, pero es la marca de la casa, reflexión y la reflexión necesita de espacio.
EliminarSi además de gustarte, te sirve, me das un alegrón. Ya sabes cuánto aprecio tus opiniones.
Un abrazo muy fuerte Juan.
Hoy he sabido que unos intimos amigos míos se separan.
ResponderEliminarHace poco más de un mes se ha separado mi hermano.
Leer dedicatorias como la de tu articulo le reconfortan a uno.
Gracias Juan Carlos.
Juan cho
Siento mucho lo de tu hermano. Muchas gracias por tus comentarios y por leerme. Un abrazo
EliminarJuan Carlos,
ResponderEliminarMuy buen articulo, estructurado claro y muy realista
Lo malo es que las reacciones y conductas humans en este terreno, desafian cualquier analisis racional por mas objetivo y demostrado que sea
Saludos, Daniel
muchas gracias Daniel. Si el amor es un poco loco, cuando menos, no es racional.
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme Daniel. Un fuerte abrazo a ti y los tuyos.
EXCELENTE. GRACIAS
ResponderEliminarNo gracias a tí Karen por tener la bondad de leerlo
ResponderEliminarHola valla que me has asombrado me encanto y aunque lei esto por hacer solamente una tarea me he quedado prendida de tu blog y espero poder leer mas y aprender de una forma mas activa sobre este campo tan extenso y hermoso me ha encantado la parte donde dices :
ResponderEliminarPero, ¿por qué se enamoran las personas?. Hay diversas explicaciones. Algunas hacen referencia a los orígenes evolutivos del amor, que está orientado a la búsqueda de la pareja adecuada para la procreación, la retención de ésta y el cuidado de la prole.
Y es que es precisamente ese cuidado el que a muchos o muchas nos vuelve locos jejeje
Ohhhh ! el amor. El amor en los tiempos del cólera, en cualquier tiempo y lugar. Habría que hacer una entrada sobre el amor en los tiempos del whatssap.
ResponderEliminarMe ha venido a la memoria esa frase ingeniosa del capitán Jack "El Afortunado" (Russell Crowe) en la película Master and Commander, cuando brinda con sus oficiales diciendo:
"Por las esposas y las amadas. ¡Porque nunca se conozcan!"
Una vez mas, enhorabuena maestro
Luis
Después de leer tu interesante artículo, me acuerdo de la magnífica película " La edad de la inocencia" sobre un amor imposible que nunca llega a consumarse. Y las aventuras de Madame Bovary, en las que la imaginación es mucho más importante que la realidad. Esta es una visión trágica del amor romántico que nos ha ofrecido sobre todo el cine y la literatura.
ResponderEliminarMaravilloso material para la reflexion y la autoconsciencia. Me quedo con las ganas de profundizar mucho mas en algunos aspectos que me da la impresion de que resultan trascendentes en la construccion de un buen vinculo... de una relacion solida, confiable y gratificante aun en los momentos dificiles, la Autoestima y la Comunicacion. Muchas gracias por tu articulo y por ser de los que se reenamoran de sus compañeras de vida!!!
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