La sociología de Sousa

 


Resumen

La sociología de Boaventura de Sousa Santos se define por su compromiso militante y su voluntad de ofrecer herramientas teóricas para enfrentar las injusticias de la globalización. Inspirándose en el concepto de cultura predominante en las ciencias sociales, la teoría del sistema-mundo de Wallerstein y el concepto de hegemonía cultural de Gramsci, junto con su propia experiencia en las favelas de Río, Sousa construye un marco analítico donde la cultura se revela como el escenario principal del conflicto global.

La contribución central de Sousa Santos es la propuesta de las Epistemologías del Sur, un proyecto que denuncia el epistemicidio —la destrucción sistemática de conocimientos no occidentales— y busca revertirlo mediante una ecología de saberes. Afirmando que no puede haber justicia social sin justicia cognitiva, su sociología es un llamamiento urgente a descolonizar el pensamiento, reconocer la validez de los saberes subalternos y construir, desde un diálogo plural, alternativas para un futuro común.

 

Abstract

The sociology of Boaventura de Sousa Santos is defined by its militant commitment and its aim to provide theoretical tools to confront the injustices of globalization. Drawing on the prevailing concept of culture in the social sciences, Wallerstein's world-system theory, and Gramsci's concept of cultural hegemony, together with his own experience in the favelas of Rio, Sousa builds an analytical framework in which culture is revealed as the main stage of global conflict.

Sousa Santos' central contribution is the proposal of Epistemologies of the South, a project that denounces epistemicide—the systematic destruction of non-Western knowledge— and seeks to reverse it through an ecology of knowledges. Arguing that there can be no social justice without cognitive justice, his sociology is an urgent call to decolonize thought, recognize the validity of subaltern knowledges, and build, through plural dialogue, alternatives for a common future.


Índice

  • Introducción
  • Fuentes de su sociología
  • Cultura y poder
  • Epistemologías del sur
  • Conclusión

 

Introducción

El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos (1, 2) es de los que plantean la sociología como una lucha, en la línea de la Escuela de Fráncfort (3), y no como un estudio neutral, libre de valores, que deja a otros la labor de corregir las disfunciones sociales, como preconizaba Max Weber (4).

Por esta razón, Sousa es un sociólogo que se divide entre una teoría sociológica correctora de los defectos de la globalización y la aplicación práctica y militante de sus ideas.

Desde el punto de vista teórico, ha publicado trabajos sobre la globalización, sociología del derecho, epistemología, democracia y derechos humanos. Y, por el lado de la práctica política, fue una de las fuerzas impulsoras detrás del Foro Social Mundial (5), cuyo espíritu considera esencial para sus estudios de globalización contrahegemónica y para promover la lucha por la justicia cognitiva global.

En este artículo, exploraremos primero las fuentes que nutren su pensamiento y luego nos adentraremos en sus aportaciones clave: su análisis de la cultura como campo de poder y su revolucionaria propuesta de las "epistemologías del Sur" (6).

 

Fuentes de su sociología
Sousa parte del concepto sociológico de cultura (ver en este mismo blog “El Mayor Invento de la Humanidad: La Cultura”). La mejor y más completa definición de cultura, al modo de las ciencias sociales, se la debemos al gran antropólogo Malinowski (7), que se refería a la cultura de una sociedad como “el conjunto integral constituido por los utensilios y bienes de consumo, por el cuerpo de normas que rige los diversos grupos sociales, por las ideas y artesanías, creencias y costumbres. Ya consideremos una cultura muy simple y primitiva o una extremadamente compleja y desarrollada, estaremos en presencia de un vasto aparato, en parte material, en parte humano y en parte espiritual, con el que el hombre es capaz de superar los problemas concretos y específicos que lo enfrentan”.

Malinowski quiso subrayar tres aspectos básicos de la cultura. En primer lugar, que la cultura, en tanto en cuanto que el ser humano es una especie animal, tiene una base biológica. Ha surgido durante el proceso evolutivo de los homínidos. En segundo término, gracias a la tecnología propia de cada cultura, el ser humano ha creado un ambiente secundario, una especie de urna de protección para adaptarse al medio y mejorar las condiciones de vida de los miembros de una sociedad. Y, por último, la definición de cultura debe tener en cuenta otro aspecto esencial: la organización, ya que, con el propósito de lograr cualquier objetivo o alcanzar un fin, los humanos deben organizarse socialmente, y esto se convierte en una tendencia a crear grupos sociales permanentes.

Desde una perspectiva antropológica y sociológica contemporánea, no existen culturas superiores o inferiores, sino diferentes adaptaciones humanas a contextos históricos, geográficos y sociales particulares. La idea de jerarquía cultural —a menudo usada para justificar colonialismos, discriminaciones o exclusiones— surge de la mirada etnocéntrica que juzga a otras sociedades desde los valores y logros propios.

Cada cultura es un sistema complejo de conocimientos, valores, prácticas y significados que ha permitido a un grupo humano sobrevivir, dar sentido a su existencia y proyectarse en el tiempo. Lo que en una sociedad se considera “avanzado” (como la tecnología digital) en otra puede ser menos relevante que el conocimiento ancestral para manejar un ecosistema frágil o mantener la cohesión comunitaria. La verdadera riqueza humana reside justamente en esa diversidad de soluciones, saberes y formas de vivir, que pueden inspirar respuestas más creativas y solidarias a los desafíos globales. Desmontar el mito de la superioridad cultural es, por tanto, un paso esencial hacia la justicia cognitiva y el respeto a la dignidad de todos los pueblos.

La segunda fuente a la que se acoge es la teoría del sistema-mundo de Wallerstein (8), en la que se postula que existe un conflicto entre las naciones desarrolladas o centrales (que para Sousa coinciden con el mundo occidental) y las naciones de la periferia, constituidas por las sociedades menos desarrolladas económicamente.

Al igual que un sistema de clases dentro de un país, las posiciones de clase en relación con el sistema económico mundial generan una distribución desigual de las recompensas o recursos. Las naciones centrales o de clase alta reciben el trozo mayor de la tarta del excedente de producción, mientras que las periféricas apenas reciben nada. Además, debido a su potencia económica, las naciones centrales marcan las reglas del comercio internacional y fijan los precios de las materias primas producidas por las periféricas, a la vez que les venden a precio alto sus exportaciones, generalmente tecnológicas, que en la periferia no están en condiciones de producir (ver en este mismo blog “La estratificación global 2”).

La tercera fuente del pensamiento de Sousa es la teoría de la hegemonía de Gramsci (9). Gramsci define la hegemonía como el liderazgo cultural ejercido por la clase dirigente. Es la construcción de un consenso social bajo los dictados de un grupo particular. Un proyecto hegemónico al estilo gramsciano construye un “sentido común” que instaura la visión específica de un grupo como si fuera la de toda la sociedad. Para ello, se construyen alianzas políticas explícitas y se difunden valores culturales que apoyan una determinada manera de organizar la sociedad. No son ajenos a esta operación los medios de comunicación y la educación.

Por último, ha influido en la teoría de Sousa su propia experiencia. Su tesis doctoral no solo ha sido considerada un hito en la sociología del derecho, sino que también ha impactado mucho su vida personal. Su trabajo de campo se basó en la observación participante, que duró varios meses, en un barrio pobre de Río de Janeiro, donde experimentó de primera mano la lucha de los excluidos contra la opresión y donde aprendió de la sabiduría de hombres y mujeres que luchan por la subsistencia y por el reconocimiento de su dignidad.

De la combinación de estas fuentes –un concepto sólido de cultura, el análisis estructural del sistema-mundo, la comprensión gramsciana del poder cultural y la experiencia vivida con los excluidos– surge la sociología distintiva de Sousa. Una sociología que, como veremos, convierte a la cultura en el escenario principal de la lucha global y a los saberes de los oprimidos en el punto de partida para reinventar la justicia social.

 

Cultura y poder
Extrapolando el concepto de hegemonía cultural de Gramsci del ámbito societal al global —y sin perder de vista el análisis del sistema-mundo—, Sousa elabora la idea de una batalla cultural entre sociedades. En ella, los Estados e ideologías dominantes, por un lado, y los grupos, colectivos e ideas dominados —los movimientos contrahegemónicos—, por el otro, se enfrentan en un conflicto que se libra en múltiples frentes: económico, tecnológico, político y, sobre todo, simbólico.

Para Sousa, las culturas del mundo y todos los saberes asociados a ellas —sus “epistemologías”, en su terminología— están organizadas jerárquicamente y son de acceso desigual, conforme a las relaciones de poder capitalistas. Así, la marginación de unas naciones por otras en la escena global no es solo económica o política, sino también epistémica: se debe a la exclusión sistemática de los saberes y visiones del mundo de las sociedades subordinadas.

Por tanto, existe un Norte y un Sur global, pero Sousa va más allá de la mera clasificación de Estados centrales y periféricos. Para él, pertenecen al Sur también aquellos colectivos del Norte que son discriminados política y económicamente. Del mismo modo, habría un Norte dentro del Sur global, formado por aquellas élites nacionales cómplices que asumen e imponen las directrices culturales de las potencias dominantes.

A las formas de conocimiento surgidas desde las resistencias y experiencias de los pueblos del Sur global —y de los “sures” internos del Norte— las denomina “epistemologías del Sur”: saberes que resisten y se enfrentan a los modelos culturales y cognitivos impuestos por el Norte global.

 

Epistemologías del Sur
El objetivo de las Epistemologías del Sur es la concienciación acerca de las infinitas posibilidades de repensar el mundo a partir del reconocimiento de saberes y prácticas del Sur Global, para poder solventar los desafíos de este siglo y hacer frente a las amenazas a la democracia, el derecho y la dignidad humana.

Piedra angular del trabajo de Sousa, este enfoque denuncia la destrucción, menosprecio e invisibilización de conocimientos y saberes que los sistemas eurocéntricos dominantes han causado durante los dos últimos siglos. Este proceso recibe el nombre de epistemicidio.

Su marco de trabajo pone de relieve la interconexión entre esas hegemonías y conceptos como el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, sistemas que no han hecho más que acrecentar la desigualdad universal.

El orden capitalista e imperialista que el Norte ha impuesto al Sur se sustenta sobre bases epistemológicas. Las potencias occidentales han desarrollado su capacidad de dominio sobre gran parte del planeta elevando la ciencia moderna al estatus de conocimiento universal, superior a cualquier otra forma cultural.

De esta manera, las otras formas de conocimiento —los saberes locales, junto con las prácticas culturales y sociales que de ellos derivan— se suprimen, al menos en parte, en nombre de la ciencia y la ética dominante. Convencidos de que todo lo que se aparta del pensamiento occidental es atrasado, irracional o negativo, se olvida que se trata de culturas milenarias adaptadas a su medio y, por tanto, perfectamente válidas. Frente a esta dinámica de supresión, las Epistemologías del Sur buscan revertir el epistemicidio recuperando, visibilizando y legitimando esos saberes subordinados.

Un ejemplo claro de esta deslegitimación cultural —que por desgracia nunca pasa de moda— es la imagen que ofrecen los medios de comunicación occidentales sobre la cultura de Oriente Medio: irracional y con una excesiva carga emocional.

Pero existen alternativas vivas. Las Epistemologías del Sur no son solo una crítica: se encarnan en prácticas como la gestión comunitaria del agua en los Andes, basada en la reciprocidad; los sistemas de justicia indígena que priorizan la reparación; o la filosofía africana del Ubuntu (10) (“yo soy porque nosotros somos”). Son saberes que ya están resistiendo.

En contraste con la imposición cultural, Sousa propone un diálogo transnacional. Para ello, ofrece herramientas concretas: la «sociología de las ausencias» (hacer visible lo que el poder oculta) y la «sociología de las emergencias» (ampliar el presente para descubrir alternativas). El objetivo es una ecología de saberes cosmopolita, donde el Norte comprenda que la comprensión del mundo es mucho más amplia —y rica— que la visión occidental.

Sousa afirma que no es posible que exista justicia social global sin justicia cognitiva global. La diversidad cultural del mundo equivale a su diversidad epistemológica; sin reconocer esta última, todos los esfuerzos globales para poner fin a las desigualdades actuales serán vanos.

Así, las Epistemologías del Sur son más que teoría: son un llamamiento a descolonizar nuestra imaginación política, para poder construir, entre todos, un futuro donde quepan todas las culturas.

 

Conclusión

La sociología de Boaventura de Sousa Santos nos ofrece, en definitiva, un mapa crítico para navegar un mundo desigual. Al entrelazar cultura, poder y conocimiento, nos recuerda que la batalla por la justicia social es también una batalla por el derecho a pensar de otra manera. Su llamamiento a escuchar las epistemologías del Sur no es solo un gesto de solidaridad, sino una necesidad intelectual y práctica para enfrentar los desafíos globales. En un momento de crisis múltiples (la policrisis que diría Edgar Morín 11), su obra nos invita a desaprender la arrogancia del Norte y a buscar, en la sabiduría de los pueblos subordinados, las semillas de un futuro verdaderamente común.

 

Notas

1.      Boaventura de Sousa Santos (Coímbra, 15 de noviembre de 1940) es doctor en Sociología del derecho por la Universidad de Yale y catedrático, ya jubilado, de Sociología en la Universidad de Coímbra. Es director emérito del Centro de Estudios Sociales y del Centro de Documentación 25 de abril de esa misma universidad; además, profesor distinguido del Institute for Legal Studies de la Universidad de Wisconsin-Madison.

2.      Han surgido en la esfera pública acusaciones graves contra Boaventura de Sousa Santos por presuntas conductas abusivas hacia mujeres. Estas acusaciones, hasta la fecha, no han sido judicialmente probadas y el autor mantiene su presunción de inocencia. Como espacio de divulgación sociológica, este blog se centra en el análisis de las ideas, no en la vida privada de sus autores. Sin embargo, creo que necesario y honesto por mi parte registrar este debate público, pues toca temas —como el poder, el privilegio y la escucha a las víctimas— que son centrales en la teoría social crítica que se divulga en este artículo. Invito mis lectoras y lectores a separar críticamente la obra de la persona, a valorar los conceptos aquí expuestos por su utilidad para entender y transformar el mundo, y a mantener una actitud de vigilancia ética hacia todas las figuras intelectuales, incluida esta. La sociología, al fin y al cabo, también debe servir para cuestionar las estructuras de poder que a veces se reproducen en sus propios creadores.

3.      La escuela de Fráncfort (en alemán: Frankfurter Schule) fue una escuela alemana de teoría social y filosofía crítica asociada al Instituto de Investigación Social de la Universidad Goethe de Fráncfort del Meno, en Alemania. En el sentido más amplio del término, se conoce como el grupo de investigadores e intelectuales de dicha escuela, críticos con las políticas socioeconómicas de la década de 1930 (el capitalismo, el fascismo y el comunismo en su variante marxista-leninista) y con el empleo de la teoría social para explicar el turbulento faccionalismo político y las políticas reaccionarias que se daban en la sociedad capitalista y liberal del siglo XX. Su objetivo en términos generales fue alcanzar el desarrollo social de la sociedad y de la nación por métodos alternativos, para lo que se adhirieron fundamentalmente a las teorías de Hegel, Karl Marx y Sigmund Freud.

4.      Maximilian Carl Emil Weber (Erfurt, 21 de abril de 1864-Múnich, 14 de junio de 1920) fue un filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.

5.      El Foro Social Mundial (FSM) es un encuentro anual que llevan a cabo miembros del movimiento por una globalización diferente, para organizar campañas mundiales, compartir y pulir las estrategias de reunión, y para que los diferentes integrantes se informen unos a otros de los nuevos movimientos existentes. El Foro Social Mundial tiene su origen en el movimiento de la Batalla por Seattle, "The Battle for Seattle", organizado en noviembre de 1999, donde activistas antiglobalización protestaron en una reunión y marcha piquete "picketing" ante la asamblea mundial presentando las últimas negociaciones comerciales de la Organización Mundial del Comercio auspiciada en la ciudad de Seattle.

6.      La epistemología, del griego πιστήμη ─epistmē («conocimiento justificado como verdad»)─ y λόγος ─lógos («estudio»)─, es la rama de la filosofía que estudia el conocimiento: su naturaleza, posibilidad, alcance y fundamentos. Algunos autores distinguen a la epistemología, de la gnoseología (estudio del conocimiento en general), al circunscribirla al conocimiento del tipo científico; otros, en cambio, consideran que el término «epistemología» ha ido ampliando su significado y lo utilizan como sinónimo de «teoría del conocimiento», sobre todo en el mundo anglosajón.

7.      Bronisław Kasper Malinowski (Imperio austrohúngaro, Cracovia, 7 de abril de 1884 - New Haven, Connecticut, 16 de mayo de 1942) fue el fundador de la antropología social británica a partir de su renovación metodológica basada en la experiencia personal del trabajo de campo y en la consideración funcional de la cultura.

8.      Immanuel Maurice Wallerstein (Nueva York, 28 de septiembre de 1930-Connecticut, 31 de agosto de 2019 fue un sociólogo y científico social histórico estadounidense que llegó a ser el principal teórico del análisis de sistema-mundo.

9.      Antonio Gramsci (Ales, Cerdeña, 22 de enero de 1891 - Roma, 27 de abril de 1937) fue un filósofo, teórico marxista, político y periodista italiano. Escribió sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano

10.  Ubuntu es una regla ética mundial originada en Sudáfrica, enfocada en la lealtad de las personas y las relaciones entre estas. La palabra proviene de las lenguas zulú y xhosa. Ubuntu es visto como un concepto africano tradicional. Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para las demás, respalda a las demás, no se siente amenazada cuando otras son capaces y son buenas en algo, porque está segura de sí misma ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otras son torturadas u oprimidas.

11.  Edgar Morin (París, 8 de julio de 1921), registrado al nacer como Edgar Nahum, es un filósofo, sociólogo y político francés. A partir de la década de 1950 ocupó un lugar destacado en la sociología francesa. Edgar Morin ve el mundo como un todo indisociable, donde el espíritu de los individuos posee conocimientos que son ambiguos, desordenados, que necesitan de acciones retroalimentadoras y proponen un abordaje que se da de manera multidisciplinaria y multirreferenciada para lograr la construcción del pensamiento, el cual se desarrolla con un análisis profundo de diversos elementos que componen la certeza. Estos elementos, basados en la complejidad, se caracterizan por tener muchas partes que forman un conjunto intrincado y, por lo tanto, son sumamente difíciles de conocer.

 

Bibliografía

Thorpe, Cristopher y otros (2021), El Libro de la Sociología, Penguin Random House

Barajas, Juan Carlos (2014), El Mayor Invento de la Humanidad: La Cultura, Sociología Divertida

Barajas, Juan Carlos (2014), La Estratificación Social 2, Sociología Divertida

Barajas, Juan Carlos (2020), La Sociología Marxista después de Marx: Ortodoxos y Hegelianos, Sociología Divertida


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