Aquella noche de agosto del año de Nuestro Señor de -34567
hacía un calor tremendo en la meseta central de lo que muchos años después se
llamaría España. El neandertal no conseguía pegar ojo por la canícula – a pesar
de estar en plena glaciación ese agosto era de botijo y siesta - y salió de la cueva con cuidado de no
despertar a su familia, con el fin de tomar un poco el fresco de la noche. Una vez fuera se
sentó en una piedra y miró, como otras veces, hacia el cielo. Allá arriba
estaban las estrellas y la bóveda celeste en todo su esplendor. Alguna estrella
fugaz pasaba rápida rasgando la noche pero no pedía ningún deseo pues tal
costumbre todavía no se había implantado en el género homo.
Siempre se preguntaba qué eran
las estrellas, el anciano decía que eran luciérnagas gigantes que volaban muy
alto. El hechicero decía que eran las almas de los que ya no estaban con ellos.
El jefe del clan vecino, con el que comerciaban a menudo, intercambiando
pulseras de colmillos de animales por collares de conchas, le había dicho una
vez que eran hogueras lejanas.
Tal vez porque el calor activaba
sus neuronas aquella noche, al neandertal le dio por pensar que quizás fueran
las estrellas bolas gigantescas de gas incandescente situadas a una distancia
enorme, pero enseguida desechó la idea por absurda y la atribuyó a la excesiva
ingesta de carne de mamut durante la
cena. Y todo el mundo sabe lo indigesta que es la carne de
mamut y como afecta al sueño y a los malos pensamientos cuando se ingiere
inmediatamente antes de irte al lecho, que no cama, que todavía no se había
inventado.
Lo más seguro es que a aquellas
estrellas las colocara alguna deidad con el fin de iluminarles la noche, de la
misma forma que alguien superior debía haber creado al hombre, a la mujer, a
los animales, a los ríos, a las montañas
y a aquellos nuevos hombrecillos, esos despreciables sapiens, que
acababan de aparecer por allí y que les estaban quitando la comida los muy
cabrones. Se volvió a la cueva, se repanchingó en el suelo y se durmió
enseguida.
No sé si fue un neandertal o un
homo erectus o ya directamente un sapiens, alguno tuvo que ser el primero, el
que se hiciera este tipo de preguntas por primera vez. Algo así como el primer
filósofo, el Adán o la Eva intelectual. El primer intento de encontrar sentido
al mundo que le rodeaba. ¿De dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿quién creó
el mundo?, ¿existen los dioses?, ¿existe Dios?, ¿hay vida después de la vida?.
Todas estas preguntas y muchas más, tan difíciles de contestar, pretenden dar
sentido a nuestra vida y nos surgen ante la desgracia, que nos recuerda lo
frágiles que somos, o ante un fenómeno natural que es más grande que nosotros
mismos como puede ser, simplemente, una noche estrellada.
El problema es que estás
preguntas no tienen respuesta, o mejor dicho, tienen respuesta pero nadie puede
comprobar su veracidad. Nadie sabe si las respuestas son verdaderas o falsas. Pero,
¿por qué no tienen respuesta?, ¿Por qué
no hay nadie – muy muy sabio – que sea capaz de responderlas verazmente?.
Bueno pues, puede que haya varias
formas de responder a estas últimas preguntas pero yo me voy a apoyar en las
matemáticas para intentar contestarlas. En concreto, voy a apoyarme en el
teorema de Gödel. Así que, querido lector, acomódate en tu asiento y ponte el
cinturón de seguridad, pues voy a hacer una locura – como dice mi hijo pequeño,
“me gusta vivir al límite” – voy a intentar explicarte el teorema de Gödel sin
estar muy seguro de que lo entienda yo mismo, es una alarde de inconsciencia
pero, ¡es que la ignorancia es tan osada!. De todas formas la parte matemática
del asunto va a ser lo más pequeña posible, así que sólo os pido unos párrafos
de paciencia.
Para entender lo que dice el
teorema de Gödel o Goedel, que de las dos formas se puede escribir, lo primero
que tenemos que hacer es definir lo que es un sistema formal. Los sistemas formales están compuestos de axiomas o postulados, teoremas o fórmulas
válidas y reglas de inferencia.
Los primeros, los axiomas o
postulados, son verdades absolutas dentro del sistema, nadie puede discutirlos.
Los teoremas o fórmulas son frases o sentencias o afirmaciones que demuestro
que son ciertas, no son válidos por sí mismos como los axiomas sino hay que
demostrarlos. ¿Cómo?, haciéndolos derivar de los axiomas y teoremas previamente
demostrados mediante las reglas de inferencia, que son las reglas que puedo
aplicar para deducir unas proposiciones de otras, por ejemplo, la regla del
silogismo[i] de la
que todos hemos oído hablar.
Un ejemplo de axioma es el
postulado de Euclides que dice que por un punto exterior a una recta sólo puede
pasar una paralela. Esto es verdad absoluta en el sistema formal de la Geometría Euclídea ,
lo cual nos parece muy sensato si tenemos en cuenta nuestra experiencia diaria[ii], sin
embargo – y es aquí dónde empieza la relatividad del asunto – en las geometrías
paralelas no lo es en absoluto. Esto nos lleva a la idea de que lo que es
verdad en un sistema formal no tiene por qué serlo en otro.
Dentro de la Geometría Euclídea ,
un teorema conocido es el de Pitágoras. Aquí la cosa no es tan obvia como con
el postulado del amigo Euclides, el que el cuadrado de la hipotenusa sea igual
a la suma de los cuadrados de los catetos no es tan evidente. Puede parecerlo
pues nos lo han machacado tanto desde pequeñitos que nadie puede dudar de él.
Pero existe una demostración y en cada paso de la demostración se aplica una
regla de inferencia que está admitida en el sistema formal geométrico. Una vez
se ha demostrado el teorema de Pitágoras, se puede utilizar tantas veces como
se quiera con la tranquilidad de que el resultado tiene que ser forzosamente
cierto. De hecho, yo siempre que he tenido dos catetos ha sido el camino que he
seguido para obtener la hipotenusa con muy buenos resultados.
Pero sigamos complicando la cosa,
un sistema formal sería completo si
para cualquier teorema pudiera encontrarse una demostración que nos lo
permitiera calificar como verdadero o como falaz, es decir, si puedo demostrar
todos los teoremas.
Ahora bien, los sistemas formales
– como el paraíso de Adán y Eva – tienen su árbol del bien y del mal. Hay algo
terminantemente prohibido. Lo que está prohibido en un sistema formal es
contradecirse. Un sistema para que sea formal debe ser coherente, es decir, en la Geometría puede demostrarse el Teorema
de Pitágoras pero no puede demostrarse su antiteorema.
Por tanto, apuntemos esto, un sistema formal puede ser incompleto pero no puede
ser incoherente. Con estos conceptos claros estamos capacitados para seguir con
lo nuestro.
A estas alturas del artículo he
de reconoceros que he mentido. No hay un
teorema de Gödel sino dos, o quizás,
hay un primer teorema de Gödel y un corolario.
Existen múltiples “traducciones”
de los dos teoremas del lenguaje matemático al cristiano, voy a hacer un intento de hacerlo lo más
comprensible posible, espero que los matemáticos no se me echen encima. Los
teoremas dicen más o menos así:
Teorema 1º: En cualquier sistema formal consistente que sea lo bastante fuerte para
definir el concepto de números naturales, se puede construir una afirmación que
ni se puede demostrar ni se puede refutar dentro de ese sistema.
Teorema 2º: Ningún sistema coherente se puede usar para demostrar que es coherente,
sino que hay que acudir a un sistema formal más grande que lo incluya para
poder asegurar su coherencia.
El primer teorema nos indica que
todo sistema formal, en el que se pueden definir los números naturales, es
incompleto. Es decir existen teoremas, fórmulas válidas que no pueden
demostrarse. No puede asegurarse si tales proposiciones son verdaderas o
falsas. Y el bueno de Gödel lo demostró, ¿eh?, que no fue una afirmación
peregrina dicha en la barra de un bar ante amigotes, es más, dudo mucho que
Kurt – con los problemas de relaciones sociales que tenía – fuera a un bar a
tomar unas cañas[iii]. Y, cabe decir, que esto
supuso una auténtica revolución en el mundo de las matemáticas, al parecer se
cargó un movimiento matemático muy de moda en aquel entonces que se denominaba formalismo y ha provocado todo un
aluvión de artículos, libros, y conclusiones fantásticas sobre los temas más
variados.
El segundo teorema viene a decir,
más o menos, que si existen afirmaciones que no podemos calificar como
verdaderas o falsas, entonces no podemos demostrar que no existan contradicciones,
que es tanto como afirmar que no podemos demostrar que el sistema formal es
coherente y, para hacerlo, hay que salirse de dicho sistema e irse a uno más
grande que lo englobe. De tal forma que los sistemas son formales mientras no
se demuestre que existe una contradicción.
Bien y todo esto, ¿qué tiene que
ver con el sentido de la vida?, ¿con aquellas preguntas que se viene haciendo
el ser humano desde que tomó conciencia de su propia existencia?. Pues que yo
creo que estas preguntas trascendentes son precisamente del tipo que Gödel nos
dice que no podemos ni afirmarlas y ni negarlas. Pero vayamos punto por punto.
En primer lugar, tendríamos que
preguntarnos – para saber si es de aplicación el Teorema del Gödel - si el Universo en que vivimos es un sistema
formal[iv].
Hombre yo pienso que sí. Las leyes de la física se cumplen en todos los
rincones del Universo, al menos hasta donde hemos podido llegar con nuestros
radiotelescopios. Hasta ahora no hemos encontrado ninguna contradicción. Estas
leyes serían nuestros axiomas, además a partir de ellos hemos desarrollado
teoremas, hemos hecho afirmaciones que hemos podido demostrar[v].
Además en nuestro Universo se pueden definir los números naturales – que es otra
de las condiciones del teorema de Gödel -, así como los enteros, los reales y
todo tipo de números; si no, ¿como podría el simpático de Rajoy habernos bajado
el sueldo y subido el IVA?.
Así que, aplicando nuestro
teorema, necesariamente hay afirmaciones que no tienen demostración. Sin ir más
lejos: “Dios existe”[vi]. A ver quien es el guapo
que lo demuestra[vii], habría – según el 2º
teorema – que irse a un sistema que englobara al Universo, un superuniverso,
para demostrarlo.
Entonces si Gödel no nos deja alternativa,
¿qué solución hay para dar sentido a nuestra vida?. Bueno, es muy fácil, a mí a
bote pronto se me ocurren dos.
La primera probablemente la halló
el primer hombre – erectus, neandertal o sapiens – que se llamó a sí mismo
sacerdote: la fe. La
segunda, probablemente, la halló el primer hombre – erectus, neandertal o
sapiens – que se llamó a sí mismo filósofo: el escepticismo.
La fe es tomar la vía de lo
sobrenatural, en cierto modo es salirse de nuestro sistema formal, el universo,
aplicando a tu manera el segundo teorema, hacia una especie de superuniverso
que engloba al nuestro, en el que hay un Dios creador, a veces magnánimo a
veces colérico, que todo lo ordena o desordena según su divina voluntad y cuyos
caminos son imposibles de entender. Para comunicar el mundo y el ultramundo –
del que no se tienen pruebas tangibles - se necesitan toda una serie de ritos
iniciáticos y apariciones de Dios o de divinas criaturas tales como ángeles,
arcángeles y demás coros celestiales o, yéndonos al paganismo, las mitologías politeístas
cuyos dioses eran muy aficionados – centrándonos en Zeus y compañía - a dejar el monte Olimpo y refocilarse con los
seres humanos.
La fe tiene la ventaja de que
ofrece mucho consuelo, da mucho sentido a la vida y ofrece tranquilidad
pasándole a la divinidad muchas de las responsabilidades que nos aquejan y
muchas de las cosas que nos ocurren y cuya causa no entendemos. Por eso este
producto ha tenido tanto éxito a lo largo de la historia. Lo malo es
que a algunos creyentes les gusta tanto este invento que no consienten que
nadie se lo estropee o amenace con estropearlo con su incredulidad y no dudan
en imponer su creencia a los demás. También ha sido una constante en la
historia la intolerancia religiosa.
El escepticismo es quedarse en el
universo tangible, ser materialista, quedarte en lo que puedes tocar, medir o
analizar. Tratar de explicar el mundo apoyándote en la razón y dejar para mejor
ocasión – para cuando la raza humana sea más sabia – aquello que no puedes
explicar. Ser escéptico es quedarte en el primer teorema de Gödel.
El escepticismo, la razón en
estado puro, es más difícil que proporcione consuelo pero filósofos ha habido
que nos han enseñado que es inútil preocuparte por alcanzar lo trascendente si
al fin y al cabo te tienes que morir para alcanzarlo y no es muy común volver
del otro barrio – los registros históricos sobre resurrecciones son más bien
escasos - para explicarte la película del más allá. Es algo así como: ¿para qué
te vas a preocupar por la vida si no vas a salir vivo de ella?.
En general las personas navegamos
entre las dos posturas. No hay nadie que sea totalmente creyente, aunque
algunos lo parezcan deben tener sus dudas en lo más íntimo, ni hay nadie
completamente escéptico, es más, el escéptico lo suele ser hasta con el propio
escepticismo. Es la servidumbre de un universo gobernado por el teorema de
Gödel, seguimos sin poder demostrar lo esencial de nuestras vidas.
Así que nuestro amigo el
neandertal del año -34567 no estaba tan lejos de nosotros en este tipo de
cuestiones y seguimos mirando, al menos yo lo hago todos los veranos, la
inmensidad de una noche estrellada. Ahora bien, al menos nosotros si sabemos
que las estrellas son bolas enormes de gas incandescente situadas a mucha
distancia. Algo es algo.
Juan Carlos Barajas Martínez
Sociólogo
In memoriam
José Cuena Bartolomé 1937-1999
Doctor en Ingeniería de Caminos e
Informática. Profesor de Lógica e Inteligencia Artificial. El mejor profesor
que he tenido en mi dilatada carrera como estudiante. Él me enseñó qué era un
silogismo, un modus ponens y un modus tollens. Sus toques de atención en clase, su estilo,
sus referencias históricas, sus chascarrillos... Todos sus alumnos – sin
excepción conocida - nos acordamos de él con cariño y simpatía.
[i] El silogismo es una forma
de razonamiento deductivo que consta de dos proposiciones como premisas y otra
como conclusión, siendo la última consecuencia necesaria de las otras dos. Al
parecer el inventor del silogismo o, más bien, el primero que habló de él fue
Aristóteles en su obra lógica llamada “EL
Organon”. Un ejemplo de silogismo es:
Todos los hombres son mortales
Leo Messi es un hombre
Luego Leo Messi es mortal
[ii] Referente al asunto del
Postulado de Euclides, cuando cursaba del primer curso de informática en la Universidad Politécnica
de Madrid, los estudiantes teníamos una broma: el Teorema del Punto Gordo.
Cuando teníamos que hacer un dibujo y dos o más formas geométricas tenían que
coincidir en un punto, y no salía ni con polvorones, siempre se podía recurrir
a un punto lo suficientemente gordo como para llenar el espacio entre ambas
formas. El problema era que si el profesor argumentaba que el punto era
demasiado gordo te podía suspender. En el caso del Postulado de Euclides se
decía que por un punto exterior a una recta, si éste es suficientemente gordo,
se podía trazar más de una paralela.
[iii] Todos los genios tienen
un problema. Suelen ser gentes que algún aspecto de su vida son un auténtico
desastre. Supongo que como compensación al aspecto de su personalidad que les
hace ser genios. Gödel no era precisamente un relaciones públicas, ver mi
artículo El
Sentido Común en el que se cuenta una anécdota muy curiosa. Al final de su
vida perdió la salud mental y murió de una forma muy lamentable. (Para ampliar
información: http://es.wikipedia.org/wiki/G%C3%B6del)
[iv] Seguro que hay algún
matemático aguafiestas por ahí que diga que el teorema no es aplicable al tema
que propongo. Una de las ventajas de no ser matemático es que, en todo caso,
este hecho me la refanfinfla, alguna ventaja debe tener la ignorancia, lo único
que pretendo es escribir una parábola de la vida
[v] Los libros de ciencias
están llenos de teoremas válidos en nuestro Universo, ¿no?. Pero voy más lejos,
para mí – ya sé que soy muy burro -, construir un automóvil o un cohete lunar,
es una forma de hacer teoremas que aprovechan la leyes de la física como
axiomas y las reglas de deducción para su construcción.
[vi] Gödel tradujo a la lógica
modal el argumento ontológico (demostración de la existencia de Dios) de San
Anselmo: Para mí, el problema que tienen estas demostraciones de la existencia
de Dios es que las premisas parecen escogidas para llegar al resultado deseado.
Me fío más de la fe que de estas demostraciones. De todas formas el que la
quiera ver está en: http://www.slideshare.net/rafael.mora/los-argumentos-ontolgicos-de-san-anselmo-y-kurt
).
Bibliografía:
Controversia sobre Mentes y Máquinas
Diversos autores (Alan Turing, J. R. Lucas y otros)
Serie Metatemas
Tusquets Editores
Barcelona 1984. Primera edición
Juan Carlos Barajas Martínez
1.- ¿Cuál es tu serie
favorita?.
The Wire
2.- ¿Cuál es tu recuerdo más emocionante?.
2.- ¿Cuál es tu recuerdo más emocionante?.
Uno ya va para viejo, estoy a un tiro
de piedra de la vejez, por lo tanto tengo muchos recuerdos emocionantes,
buenos y – desgraciadamente – malos. Me quedaré con los buenos y diré tres en
vez de uno: cuando me casé y cuando mi mujer dio a luz a mis dos hijos
3.- ¿Qué locura quieres hacer antes de morir y aún no has hecho?.
3.- ¿Qué locura quieres hacer antes de morir y aún no has hecho?.
No sé si es locura, pero es prácticamente irrealizable:
asistir al concierto de año nuevo de la Filarmónica de Viena
4.- ¿Qué ha sido lo más romántico que han hecho por ti?.
4.- ¿Qué ha sido lo más romántico que han hecho por ti?.
Amarme, ¿te parece poco?.
5.- ¿Cuál es tu pintor favorito y por qué?.
5.- ¿Cuál es tu pintor favorito y por qué?.
Pintores favoritos tengo muchos pero prefiero señalar un
grabador, que es lo mismo pero no es igual, MC Escher. ¿Por qué?, porque ve la
realidad como yo, con la perspectiva cambiada
6.- Si pudieras elegir teletransportarte ahora mismo a un lugar del mundo durante 1 día, ¿cuál escogerías?.
6.- Si pudieras elegir teletransportarte ahora mismo a un lugar del mundo durante 1 día, ¿cuál escogerías?.
Nueva York, el único lugar del mundo al que quería ir cuando
era pequeño y todavía no he ido. Sólo me falta esa muesca, en el fondo soy un
privilegiado pues la lista no era pequeña.
7.- ¿Qué te motivó a empezar este blog?.
7.- ¿Qué te motivó a empezar este blog?.
La necesidad de comunicar al que quiera ser comunicado lo
bonita, curiosa y divertida que puede ser la sociología e intentar darle
sentido al diploma que tengo en la pared del estudio de mi casa
8.- Si te tocara el euromillón, ¿a qué te dedicarías?.
8.- Si te tocara el euromillón, ¿a qué te dedicarías?.
A vivir de las rentas y a dedicarme a la contemplación del
Universo desde las Seychelles o lugar paradisiaco equivalente
9.- ¿Cómo conociste a tu mejor amigo/a?.
9.- ¿Cómo conociste a tu mejor amigo/a?.
En la Facultad de informática de Madrid, hace 35 años. Yo le
dije: ¿dónde está la secretaría? Y él me dijo: “Ahí”. Fue el comienzo de una
gran amistad. No puedo dejar de mencionar a otro amigo, que conocí hace 35 años
en la Facultad de Informática, estaba en la clase de enfrente. Los tres somos
amigos desde hace 35 años.
10.- ¿Cuál es el libro que menos te ha gustado?.
10.- ¿Cuál es el libro que menos te ha gustado?.
No lo sé. No tengo un disgustómetro de libros. Hay muchos.
Normalmente no los termino, pues hay mucho que leer y una vida muy corta para
hacerlo. Sí sé el libro que más me ha decepcionado, además lo leí hasta la
última línea esperando que mejorara: “El péndulo de Foucault”, Umberto Eco no podía fallarme, sin embargo...
11.- ¿Qué película recomendarías a tus peores enemigos?.
11.- ¿Qué película recomendarías a tus peores enemigos?.
Aquellas en los que se conculcan los principios de la física
sin ninguna justificación. Pero puestos a decir: “Congo”, “2012” , “Núcleo”, “Waterworld”
Bueno no sé si tengo que poner preguntas a otros blogueros pediré aclaración a CeNedra, en todo caso será otro día, por hoy creo que ya está bien.
El teorema de Gödel y el sentido de la vida by http://sociologiadivertida.blogspot.com.es/2012/09/el-teorema-de-godel-y-el-sentido-de-la.html is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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Por fin!!! Mi ordenador estaba loco y no me cargaba bien el cuadrito de los comentarios. Graciaaaaas por contestar a las preguntas!!! Me gusta mucho tu respuesta a la 4 :)
ResponderEliminarY a mi CeNedra y a mí. Un abrazote.
ResponderEliminar¿ Escépticos o creyentes? Cada vez los segundos me parecen más peligrosos, sobre todo si sus certezas no tienen fisuras.
ResponderEliminarSi las personas de fe inquebrantable pueden ser peligrosas
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