La sociología de Sousa

 


Resumen

La sociología de Boaventura de Sousa Santos se define por su compromiso militante y su voluntad de ofrecer herramientas teóricas para enfrentar las injusticias de la globalización. Inspirándose en el concepto de cultura predominante en las ciencias sociales, la teoría del sistema-mundo de Wallerstein y el concepto de hegemonía cultural de Gramsci, junto con su propia experiencia en las favelas de Río, Sousa construye un marco analítico donde la cultura se revela como el escenario principal del conflicto global.

La contribución central de Sousa Santos es la propuesta de las Epistemologías del Sur, un proyecto que denuncia el epistemicidio —la destrucción sistemática de conocimientos no occidentales— y busca revertirlo mediante una ecología de saberes. Afirmando que no puede haber justicia social sin justicia cognitiva, su sociología es un llamamiento urgente a descolonizar el pensamiento, reconocer la validez de los saberes subalternos y construir, desde un diálogo plural, alternativas para un futuro común.

 

Abstract

The sociology of Boaventura de Sousa Santos is defined by its militant commitment and its aim to provide theoretical tools to confront the injustices of globalization. Drawing on the prevailing concept of culture in the social sciences, Wallerstein's world-system theory, and Gramsci's concept of cultural hegemony, together with his own experience in the favelas of Rio, Sousa builds an analytical framework in which culture is revealed as the main stage of global conflict.

Sousa Santos' central contribution is the proposal of Epistemologies of the South, a project that denounces epistemicide—the systematic destruction of non-Western knowledge— and seeks to reverse it through an ecology of knowledges. Arguing that there can be no social justice without cognitive justice, his sociology is an urgent call to decolonize thought, recognize the validity of subaltern knowledges, and build, through plural dialogue, alternatives for a common future.


Índice

  • Introducción
  • Fuentes de su sociología
  • Cultura y poder
  • Epistemologías del sur
  • Conclusión

 

Introducción

El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos (1, 2) es de los que plantean la sociología como una lucha, en la línea de la Escuela de Fráncfort (3), y no como un estudio neutral, libre de valores, que deja a otros la labor de corregir las disfunciones sociales, como preconizaba Max Weber (4).

Por esta razón, Sousa es un sociólogo que se divide entre una teoría sociológica correctora de los defectos de la globalización y la aplicación práctica y militante de sus ideas.

Desde el punto de vista teórico, ha publicado trabajos sobre la globalización, sociología del derecho, epistemología, democracia y derechos humanos. Y, por el lado de la práctica política, fue una de las fuerzas impulsoras detrás del Foro Social Mundial (5), cuyo espíritu considera esencial para sus estudios de globalización contrahegemónica y para promover la lucha por la justicia cognitiva global.

En este artículo, exploraremos primero las fuentes que nutren su pensamiento y luego nos adentraremos en sus aportaciones clave: su análisis de la cultura como campo de poder y su revolucionaria propuesta de las "epistemologías del Sur" (6).

 

Fuentes de su sociología
Sousa parte del concepto sociológico de cultura (ver en este mismo blog “El Mayor Invento de la Humanidad: La Cultura”). La mejor y más completa definición de cultura, al modo de las ciencias sociales, se la debemos al gran antropólogo Malinowski (7), que se refería a la cultura de una sociedad como “el conjunto integral constituido por los utensilios y bienes de consumo, por el cuerpo de normas que rige los diversos grupos sociales, por las ideas y artesanías, creencias y costumbres. Ya consideremos una cultura muy simple y primitiva o una extremadamente compleja y desarrollada, estaremos en presencia de un vasto aparato, en parte material, en parte humano y en parte espiritual, con el que el hombre es capaz de superar los problemas concretos y específicos que lo enfrentan”.

Malinowski quiso subrayar tres aspectos básicos de la cultura. En primer lugar, que la cultura, en tanto en cuanto que el ser humano es una especie animal, tiene una base biológica. Ha surgido durante el proceso evolutivo de los homínidos. En segundo término, gracias a la tecnología propia de cada cultura, el ser humano ha creado un ambiente secundario, una especie de urna de protección para adaptarse al medio y mejorar las condiciones de vida de los miembros de una sociedad. Y, por último, la definición de cultura debe tener en cuenta otro aspecto esencial: la organización, ya que, con el propósito de lograr cualquier objetivo o alcanzar un fin, los humanos deben organizarse socialmente, y esto se convierte en una tendencia a crear grupos sociales permanentes.

Desde una perspectiva antropológica y sociológica contemporánea, no existen culturas superiores o inferiores, sino diferentes adaptaciones humanas a contextos históricos, geográficos y sociales particulares. La idea de jerarquía cultural —a menudo usada para justificar colonialismos, discriminaciones o exclusiones— surge de la mirada etnocéntrica que juzga a otras sociedades desde los valores y logros propios.

Cada cultura es un sistema complejo de conocimientos, valores, prácticas y significados que ha permitido a un grupo humano sobrevivir, dar sentido a su existencia y proyectarse en el tiempo. Lo que en una sociedad se considera “avanzado” (como la tecnología digital) en otra puede ser menos relevante que el conocimiento ancestral para manejar un ecosistema frágil o mantener la cohesión comunitaria. La verdadera riqueza humana reside justamente en esa diversidad de soluciones, saberes y formas de vivir, que pueden inspirar respuestas más creativas y solidarias a los desafíos globales. Desmontar el mito de la superioridad cultural es, por tanto, un paso esencial hacia la justicia cognitiva y el respeto a la dignidad de todos los pueblos.

La segunda fuente a la que se acoge es la teoría del sistema-mundo de Wallerstein (8), en la que se postula que existe un conflicto entre las naciones desarrolladas o centrales (que para Sousa coinciden con el mundo occidental) y las naciones de la periferia, constituidas por las sociedades menos desarrolladas económicamente.

Al igual que un sistema de clases dentro de un país, las posiciones de clase en relación con el sistema económico mundial generan una distribución desigual de las recompensas o recursos. Las naciones centrales o de clase alta reciben el trozo mayor de la tarta del excedente de producción, mientras que las periféricas apenas reciben nada. Además, debido a su potencia económica, las naciones centrales marcan las reglas del comercio internacional y fijan los precios de las materias primas producidas por las periféricas, a la vez que les venden a precio alto sus exportaciones, generalmente tecnológicas, que en la periferia no están en condiciones de producir (ver en este mismo blog “La estratificación global 2”).

La tercera fuente del pensamiento de Sousa es la teoría de la hegemonía de Gramsci (9). Gramsci define la hegemonía como el liderazgo cultural ejercido por la clase dirigente. Es la construcción de un consenso social bajo los dictados de un grupo particular. Un proyecto hegemónico al estilo gramsciano construye un “sentido común” que instaura la visión específica de un grupo como si fuera la de toda la sociedad. Para ello, se construyen alianzas políticas explícitas y se difunden valores culturales que apoyan una determinada manera de organizar la sociedad. No son ajenos a esta operación los medios de comunicación y la educación.

Por último, ha influido en la teoría de Sousa su propia experiencia. Su tesis doctoral no solo ha sido considerada un hito en la sociología del derecho, sino que también ha impactado mucho su vida personal. Su trabajo de campo se basó en la observación participante, que duró varios meses, en un barrio pobre de Río de Janeiro, donde experimentó de primera mano la lucha de los excluidos contra la opresión y donde aprendió de la sabiduría de hombres y mujeres que luchan por la subsistencia y por el reconocimiento de su dignidad.

De la combinación de estas fuentes –un concepto sólido de cultura, el análisis estructural del sistema-mundo, la comprensión gramsciana del poder cultural y la experiencia vivida con los excluidos– surge la sociología distintiva de Sousa. Una sociología que, como veremos, convierte a la cultura en el escenario principal de la lucha global y a los saberes de los oprimidos en el punto de partida para reinventar la justicia social.

 

Cultura y poder
Extrapolando el concepto de hegemonía cultural de Gramsci del ámbito societal al global —y sin perder de vista el análisis del sistema-mundo—, Sousa elabora la idea de una batalla cultural entre sociedades. En ella, los Estados e ideologías dominantes, por un lado, y los grupos, colectivos e ideas dominados —los movimientos contrahegemónicos—, por el otro, se enfrentan en un conflicto que se libra en múltiples frentes: económico, tecnológico, político y, sobre todo, simbólico.

Para Sousa, las culturas del mundo y todos los saberes asociados a ellas —sus “epistemologías”, en su terminología— están organizadas jerárquicamente y son de acceso desigual, conforme a las relaciones de poder capitalistas. Así, la marginación de unas naciones por otras en la escena global no es solo económica o política, sino también epistémica: se debe a la exclusión sistemática de los saberes y visiones del mundo de las sociedades subordinadas.

Por tanto, existe un Norte y un Sur global, pero Sousa va más allá de la mera clasificación de Estados centrales y periféricos. Para él, pertenecen al Sur también aquellos colectivos del Norte que son discriminados política y económicamente. Del mismo modo, habría un Norte dentro del Sur global, formado por aquellas élites nacionales cómplices que asumen e imponen las directrices culturales de las potencias dominantes.

A las formas de conocimiento surgidas desde las resistencias y experiencias de los pueblos del Sur global —y de los “sures” internos del Norte— las denomina “epistemologías del Sur”: saberes que resisten y se enfrentan a los modelos culturales y cognitivos impuestos por el Norte global.

 

Epistemologías del Sur
El objetivo de las Epistemologías del Sur es la concienciación acerca de las infinitas posibilidades de repensar el mundo a partir del reconocimiento de saberes y prácticas del Sur Global, para poder solventar los desafíos de este siglo y hacer frente a las amenazas a la democracia, el derecho y la dignidad humana.

Piedra angular del trabajo de Sousa, este enfoque denuncia la destrucción, menosprecio e invisibilización de conocimientos y saberes que los sistemas eurocéntricos dominantes han causado durante los dos últimos siglos. Este proceso recibe el nombre de epistemicidio.

Su marco de trabajo pone de relieve la interconexión entre esas hegemonías y conceptos como el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, sistemas que no han hecho más que acrecentar la desigualdad universal.

El orden capitalista e imperialista que el Norte ha impuesto al Sur se sustenta sobre bases epistemológicas. Las potencias occidentales han desarrollado su capacidad de dominio sobre gran parte del planeta elevando la ciencia moderna al estatus de conocimiento universal, superior a cualquier otra forma cultural.

De esta manera, las otras formas de conocimiento —los saberes locales, junto con las prácticas culturales y sociales que de ellos derivan— se suprimen, al menos en parte, en nombre de la ciencia y la ética dominante. Convencidos de que todo lo que se aparta del pensamiento occidental es atrasado, irracional o negativo, se olvida que se trata de culturas milenarias adaptadas a su medio y, por tanto, perfectamente válidas. Frente a esta dinámica de supresión, las Epistemologías del Sur buscan revertir el epistemicidio recuperando, visibilizando y legitimando esos saberes subordinados.

Un ejemplo claro de esta deslegitimación cultural —que por desgracia nunca pasa de moda— es la imagen que ofrecen los medios de comunicación occidentales sobre la cultura de Oriente Medio: irracional y con una excesiva carga emocional.

Pero existen alternativas vivas. Las Epistemologías del Sur no son solo una crítica: se encarnan en prácticas como la gestión comunitaria del agua en los Andes, basada en la reciprocidad; los sistemas de justicia indígena que priorizan la reparación; o la filosofía africana del Ubuntu (10) (“yo soy porque nosotros somos”). Son saberes que ya están resistiendo.

En contraste con la imposición cultural, Sousa propone un diálogo transnacional. Para ello, ofrece herramientas concretas: la «sociología de las ausencias» (hacer visible lo que el poder oculta) y la «sociología de las emergencias» (ampliar el presente para descubrir alternativas). El objetivo es una ecología de saberes cosmopolita, donde el Norte comprenda que la comprensión del mundo es mucho más amplia —y rica— que la visión occidental.

Sousa afirma que no es posible que exista justicia social global sin justicia cognitiva global. La diversidad cultural del mundo equivale a su diversidad epistemológica; sin reconocer esta última, todos los esfuerzos globales para poner fin a las desigualdades actuales serán vanos.

Así, las Epistemologías del Sur son más que teoría: son un llamamiento a descolonizar nuestra imaginación política, para poder construir, entre todos, un futuro donde quepan todas las culturas.

 

Conclusión

La sociología de Boaventura de Sousa Santos nos ofrece, en definitiva, un mapa crítico para navegar un mundo desigual. Al entrelazar cultura, poder y conocimiento, nos recuerda que la batalla por la justicia social es también una batalla por el derecho a pensar de otra manera. Su llamamiento a escuchar las epistemologías del Sur no es solo un gesto de solidaridad, sino una necesidad intelectual y práctica para enfrentar los desafíos globales. En un momento de crisis múltiples (la policrisis que diría Edgar Morín 11), su obra nos invita a desaprender la arrogancia del Norte y a buscar, en la sabiduría de los pueblos subordinados, las semillas de un futuro verdaderamente común.

 

Notas

1.      Boaventura de Sousa Santos (Coímbra, 15 de noviembre de 1940) es doctor en Sociología del derecho por la Universidad de Yale y catedrático, ya jubilado, de Sociología en la Universidad de Coímbra. Es director emérito del Centro de Estudios Sociales y del Centro de Documentación 25 de abril de esa misma universidad; además, profesor distinguido del Institute for Legal Studies de la Universidad de Wisconsin-Madison.

2.      Han surgido en la esfera pública acusaciones graves contra Boaventura de Sousa Santos por presuntas conductas abusivas hacia mujeres. Estas acusaciones, hasta la fecha del artículo (dic 2025), no han sido judicialmente probadas y el autor mantiene su presunción de inocencia. Como espacio de divulgación sociológica, este blog se centra en el análisis de las ideas, no en la vida privada de sus autores. Sin embargo, creo que es necesario y honesto por mi parte registrar que existe este debate público, pues toca temas —como el poder, el privilegio y la escucha a las víctimas— que son centrales en la teoría social crítica que se divulga en este artículo. Invito mis lectoras y lectores a separar críticamente la obra de la persona, y a buscar la información disponible para formarse una opinión propia.

3.      La escuela de Fráncfort (en alemán: Frankfurter Schule) fue una escuela alemana de teoría social y filosofía crítica asociada al Instituto de Investigación Social de la Universidad Goethe de Fráncfort del Meno, en Alemania. En el sentido más amplio del término, se conoce como el grupo de investigadores e intelectuales de dicha escuela, críticos con las políticas socioeconómicas de la década de 1930 (el capitalismo, el fascismo y el comunismo en su variante marxista-leninista) y con el empleo de la teoría social para explicar el turbulento faccionalismo político y las políticas reaccionarias que se daban en la sociedad capitalista y liberal del siglo XX. Su objetivo en términos generales fue alcanzar el desarrollo social de la sociedad y de la nación por métodos alternativos, para lo que se adhirieron fundamentalmente a las teorías de Hegel, Karl Marx y Sigmund Freud.

4.      Maximilian Carl Emil Weber (Erfurt, 21 de abril de 1864-Múnich, 14 de junio de 1920) fue un filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.

5.      El Foro Social Mundial (FSM) es un encuentro anual que llevan a cabo miembros del movimiento por una globalización diferente, para organizar campañas mundiales, compartir y pulir las estrategias de reunión, y para que los diferentes integrantes se informen unos a otros de los nuevos movimientos existentes. El Foro Social Mundial tiene su origen en el movimiento de la Batalla por Seattle, "The Battle for Seattle", organizado en noviembre de 1999, donde activistas antiglobalización protestaron en una reunión y marcha piquete "picketing" ante la asamblea mundial presentando las últimas negociaciones comerciales de la Organización Mundial del Comercio auspiciada en la ciudad de Seattle.

6.      La epistemología, del griego πιστήμη ─epistmē («conocimiento justificado como verdad»)─ y λόγος ─lógos («estudio»)─, es la rama de la filosofía que estudia el conocimiento: su naturaleza, posibilidad, alcance y fundamentos. Algunos autores distinguen a la epistemología, de la gnoseología (estudio del conocimiento en general), al circunscribirla al conocimiento del tipo científico; otros, en cambio, consideran que el término «epistemología» ha ido ampliando su significado y lo utilizan como sinónimo de «teoría del conocimiento», sobre todo en el mundo anglosajón.

7.      Bronisław Kasper Malinowski (Imperio austrohúngaro, Cracovia, 7 de abril de 1884 - New Haven, Connecticut, 16 de mayo de 1942) fue el fundador de la antropología social británica a partir de su renovación metodológica basada en la experiencia personal del trabajo de campo y en la consideración funcional de la cultura.

8.      Immanuel Maurice Wallerstein (Nueva York, 28 de septiembre de 1930-Connecticut, 31 de agosto de 2019 fue un sociólogo y científico social histórico estadounidense que llegó a ser el principal teórico del análisis de sistema-mundo.

9.      Antonio Gramsci (Ales, Cerdeña, 22 de enero de 1891 - Roma, 27 de abril de 1937) fue un filósofo, teórico marxista, político y periodista italiano. Escribió sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano

10.  Ubuntu es una regla ética mundial originada en Sudáfrica, enfocada en la lealtad de las personas y las relaciones entre estas. La palabra proviene de las lenguas zulú y xhosa. Ubuntu es visto como un concepto africano tradicional. Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para las demás, respalda a las demás, no se siente amenazada cuando otras son capaces y son buenas en algo, porque está segura de sí misma ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otras son torturadas u oprimidas.

11.  Edgar Morin (París, 8 de julio de 1921), registrado al nacer como Edgar Nahum, es un filósofo, sociólogo y político francés. A partir de la década de 1950 ocupó un lugar destacado en la sociología francesa. Edgar Morin ve el mundo como un todo indisociable, donde el espíritu de los individuos posee conocimientos que son ambiguos, desordenados, que necesitan de acciones retroalimentadoras y proponen un abordaje que se da de manera multidisciplinaria y multirreferenciada para lograr la construcción del pensamiento, el cual se desarrolla con un análisis profundo de diversos elementos que componen la certeza. Estos elementos, basados en la complejidad, se caracterizan por tener muchas partes que forman un conjunto intrincado y, por lo tanto, son sumamente difíciles de conocer.

 

Bibliografía

Thorpe, Cristopher y otros (2021), El Libro de la Sociología, Penguin Random House

Barajas, Juan Carlos (2014), El Mayor Invento de la Humanidad: La Cultura, Sociología Divertida

Barajas, Juan Carlos (2014), La Estratificación Social 2, Sociología Divertida

Barajas, Juan Carlos (2020), La Sociología Marxista después de Marx: Ortodoxos y Hegelianos, Sociología Divertida


La sociología de Sousa © 2025 by Juan Carlos Barajas Martínez is licensed under Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International

La tetera de Russell

 


Resumen

Este artículo analiza el estatuto lógico de la idea de Dios mediante un viaje intelectual que recorre la sociología de la religión de Durkheim, los rigores de la lógica formal, la metafísica de Russell y Epicuro, para finalmente regresar a la profunda visión sociológica de W.I. Thomas.

Puede parecer un recorrido tedioso y exigente, pero a mi parece un viaje intelectual maravilloso. Por eso, querido lector, te ofrezco mi mano y, si quieres, comenzamos juntos.

Abstract

This article analyzes the logical status of the idea of God through an intellectual journey that traverses the sociology of religion of Durkheim, the rigors of formal logic, the metaphysics of Russell and Epicurus, to finally return to the profound sociological insight of W.I. Thomas.

It may seem like a tedious and demanding path, but to me, it is a marvelous intellectual journey. That is why, dear reader, I offer you my hand, and if you wish, we shall begin together.

Índice

La idea de Dios

La carga de la prueba

La idea de la tetera

Epicuro y el teorema de Thomas

En conclusión

Notas

Bibliografía

La idea de Dios

La idea de un Dios único, invisible, que está en todas partes pero que, al mismo tiempo, es inasequible y cuyo reino no es de este mundo, es una de las más brillantes que ha parido la humanidad.

De hecho, el que la humanidad llegara a esa idea le llevó mucho tiempo. Según el gran sociólogo Émile Durkheim (1), las buenas gentes empezaron por atribuir a los objetos el concepto de lo sagrado y lo profano. Durkheim era de la idea de que para estudiar el fenómeno de la religión había que analizar las religiones que consideraba más elementales, lo que le permitía remontarse a las raíces del estudio de todas ellas. Y esa religión elemental era el totemismo. Un tótem es un animal, planta u objeto al que un grupo le da un significado simbólico; es un objeto sagrado, venerado y usado en los rituales.

Esto permitió a Durkheim sostener que la religión trata de aquello que sobrepasa los límites del conocimiento y establecer, en primer término, la diferencia entre lo sagrado y lo profano.

Lo sagrado sería todo aquello que es extraordinario y que inspira un sentimiento de sobrecogimiento, reverencia y, en ocasiones, miedo. Lo profano sería todo elemento corriente en la vida diaria. Lo sagrado sería el elemento constituyente del ritual.

El siguiente paso fue extender ese concepto de lo sagrado a fenómenos naturales o sobrenaturales. Así, empezaron a surgir distintos dioses que gobernaban detrás de los objetos sagrados y que concentraban fuerzas sobre las que los humanos no tenían control. Por lo tanto, había que estar a bien con ellos y ganarse su favor a través de múltiples ritos y caminos iniciáticos.

Hace unos 3500 años, el faraón Akenatón (2) impuso el culto exclusivo a Atón (el disco solar) durante su reinado. Fue la primera religión monoteísta conocida por la historia, pero fue una experiencia efímera (unos 20 años) y no sobrevivió a la muerte de Akenatón. Algunos académicos disidentes lo consideran “monolatría” (adoración a un dios sin negar la existencia de los demás) más que monoteísmo puro.

Hace unos 3200 años surgió el zoroastrismo (3), que fue la primera religión monoteísta en el sentido estricto del término. Ahura Mazda (“Señor Sabio”) es la deidad suprema, creadora del universo y del orden cósmico (Asha). Esta religión introdujo conceptos revolucionarios como el dualismo ético (el bien contra el mal, representado por Spenta Mainyu y Angra Mainyu), el juicio final, el cielo y el infierno, y la resurrección.

Cuando los judíos fueron deportados a Babilonia por Nabucodonosor II en el siglo VI a.C., estos creían que Yahvé era el dios principal, pero convivía con otras deidades menores. Fue durante este exilio cuando desarrollaron el judaísmo “moderno”, sin duda influenciados por el zoroastrismo. Como es sabido, el resultado fue un monoteísmo explícito. A partir del judaísmo nacerían el cristianismo y el islam, configurando así en la historia un Dios intangible, inasible e inasequible.

Parece que esta idea de Dios solo apareció en la historia una vez que las sociedades humanas alcanzaron un determinado nivel de desarrollo cultural, llegado a un punto en el que la filosofía, el conocimiento de la naturaleza y la teología disponían de las herramientas necesarias para realizar abstracciones lo suficientemente complejas.

¿Y dónde está el truco en la definición de Dios como un ser invisible y abstracto que convierte a esta idea en algo tan formidable?

Precisamente, en que es irrefutable. Eres libre de no creer en Él, pero no puedes afirmar lógicamente, de manera categórica, que Dios no existe.

A partir de ahí, se pueden erigir los gigantescos edificios teológicos que constituyen las religiones. Todo lo sostiene un Dios cuya no existencia no puede ser demostrada.

Vamos a explicar todo esto con un poco más de detalle. En lógica formal, los enunciados existenciales negativos —aquellos que afirman que "no existe un 'x' que cumpla la propiedad P(x), en lenguaje formal (¬x P(x)) son indemostrables dentro de un dominio abierto o infinito.

Afirmar que algo no existe equivale a declarar que para todo 'x' no se cumple P(x) (x ¬P(x)). Para probar esto de manera categórica, necesitarías examinar cada rincón del dominio de definición y demostrar que en ninguno de ellos existe un objeto que satisfaga P(x).

Pongamos un ejemplo, supongamos que afirmo: "los unicornios no existen", entendiendo como dominio el universo entero. Es cierto que en la Tierra no existen los unicornios —al menos no en su forma de criaturas rosadas con cola de arcoíris y cuerno de galleta—, pero ¿quién puede asegurar que no hay unicornios en el exoplaneta Kepler-1649c, un mundo muy similar al nuestro que orbita alrededor de su estrella a 301 años luz de distancia? ¿Acaso has estado allí? ¿Puedes afirmar con total certeza que esa bella criatura no existe en ese planeta?

Pues ese, amigos míos, es el truco.

 

La carga de la prueba

Ya sabemos que no se puede demostrar que Dios no existe. Pero, entonces, ¿podemos demostrar que sí existe?

En lógica formal, los enunciados existenciales positivos —afirmar que existe un "x" que cumple la propiedad P(x) (x P(x)) sí son demostrables. Basta con encontrar un solo ejemplo que satisfaga la proposición o encontrar un contraejemplo que no la satisfaga. Sin embargo, aquí radica la complejidad del caso de Dios.

Todas las religiones monoteístas lo han venido diciendo: Dios es externo a este universo, es trascendente; Su reino no es de este mundo. Si se piensa, es lógico. Un pintor crea un cuadro y puede modificarlo a su voluntad, pero no puede entrar dentro del cuadro.

Y aquí radica el problema fundamental: si Dios es trascendente, no forma parte de la cadena causal ni pertenece a la realidad física. Queda fuera del dominio de los objetos empíricos que podemos observar, medir o ejemplificar. Por lo tanto, es imposible encontrar un ejemplo de Dios dentro de este mundo, que es el único dominio que podemos escudriñar. Con la ciencia no se puede llegar a Dios.

¿Y aquí acaba todo? No, si no funciona la lógica-física, podría funcionar la argumentación filosófica o lógico-metafísica. Y han ello se han dedicado muchos filósofos, destacando en esta tarea la escuela escolástica de la Iglesia Católica (5), que emplearon mucho tiempo en encajar la lógica con la fe.

El problema fundamental de las demostraciones puramente filosóficas es que siempre parten de supuestos o asunciones que deben aceptarse como ciertos previamente. Y aceptar un supuesto, al fin y al cabo, no deja de ser un acto de creencia.

Tomemos, como ejemplo paradigmático, la demostración ontológica de Dios () elaborada por el gran matemático Kurt Gödel (6). Gödel, basándose en el razonamiento previo de San Anselmo de Canterbury (7), construyó una demostración en lógica modal de la existencia de Dios que es, en su estructura, formalmente impecable (8).

He aquí la clave: Si aceptas el lenguaje modal que usa Gödel (un cálculo modal de segundo orden, típicamente el sistema S5), si aceptas los axiomas específicos que él introduce y si aceptas su definición formal de "ser divino", entonces la inferencia está correctamente derivada. La conclusión —la existencia necesaria de Dios— se sigue de las premisas mediante las reglas de la lógica modal. Es, en otras palabras, un teorema dentro de ese marco formal.

Pero fíjate, querido lector, en la letra pequeña: la enorme cantidad de cosas que hay que aceptar a priori. Y si las aceptas, ya estás creyendo. Ya tienes fe. La demostración es válida, pero su verdad factual depende por completo de la verdad de sus premisas, que escapan a la propia demostración.

La fe no encaja del todo, por mucho esfuerzo que se haga, con la razón. Por lo tanto, llegados a este punto podemos afirmar que a los efectos prácticos el par de proposiciones “Dios existe/Dios no existe”, que se podría sustituir perfectamente por la proposición “¿existe Dios?”, es indecidible. No puedo ni afirmarla ni negarla.

Y es aquí donde desembocamos, de manera inevitable, en el problema nuclear de la carga de la prueba.

¿Quién debe probar la existencia de Dios? La respuesta, en buena lógica –nunca mejor dicho–, es clara: aquel que hace la afirmación.

El que afirma la existencia de una entidad, de un hecho o de un fenómeno extraordinario es quien debe aportar las evidencias que lo sustenten. El escepticismo, por defecto, no tiene por qué demostrar la no existencia; su postura es la de la no aceptación por falta de pruebas convincentes.

El genio de la tetera de Russell reside precisamente en esto: desplazar el peso de la prueba hacia el lugar que le corresponde. Nos fuerza a reconocer que la mera imposibilidad de una refutación absoluta no constituye, ni por asomo, un argumento a favor de la existencia de algo.

La idea de la tetera

Pero ¿cuál es la parábola de la tetera de Russel? ¿no va siendo hora de que la examinemos? Pues vamos a transcribirla literalmente:

Si yo sugiriese que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana girando alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi afirmación, siempre que me cuidase de añadir que la tetera es demasiado pequeña para ser revelada incluso por nuestros telescopios más potentes. Pero si yo añadiese que, puesto que mi afirmación no puede ser refutada, sería una intolerable presunción por parte de la razón humana dudar de ella, con toda razón se pensaría que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera estuviera afirmada en antiguos libros, enseñada como verdad sagrada todos los domingos e inculcada en la mente de los niños en la escuela, entonces la duda sobre su existencia se convertiría en un signo de excentricidad y daría derecho al escéptico, en una época ilustrada, a la atención del psiquiatra, o en tiempos pasados, a la del inquisidor.”

Russell, que da la impresión de ser bastante ateo, utilizaba el agnosticismo —es decir, ni afirmar ni negar dogmáticamente la existencia de Dios— como una posición lógicamente impecable. Desde esta atalaya, podía desmontar las afirmaciones de los teístas sin necesidad de caer en la afirmación positiva ("Dios no existe"), que también habría requerido asumir una carga de la prueba.

Su legado es el de haber proporcionado el arma retórica definitiva para el escepticismo: no hace falta demostrar que Dios no existe; basta con señalar que no hay ninguna buena razón para creer que sí.

Además, reforzaba su posición con un argumento sociológico impecable: el relativismo cultural —cada sociedad tiene sus propios mitos y creencias— y el análisis del proceso de socialización por el cual, a lo largo de la vida, se internaliza la cultura de la sociedad a la que se pertenece. La tetera, nos dice Russell, solo necesita ser enseñada durante generaciones para volverse incuestionable.

 

Epicuro y el teorema de Thomas

Vamos ahora con Epicuro de Samos (9), mi filósofo favorito, para examinar un nuevo punto de vista. Confieso que me gusta el epicureísmo porque es un intento de tranquilizar a aquellos que, como yo, no afrontamos la idea de la propia muerte con mucha valentía y no acabamos de creernos ciertas promesas de salvación. Epicuro definió la muerte como la carencia de toda sensación; por tanto, consideraba absurdo preocuparse por un trance físico caracterizado por la más absoluta insensibilidad.

Del mismo modo, nuestro filósofo arremetió contra la superstición, contra los infiernos que nos esperan del otro lado, contra los dioses estúpidos o vengativos; todo lo cual no le hizo especialmente popular entre los que viven de este tipo de comercios.

Su genialidad no estuvo en negar a los dioses, sino en observar su poder real donde otros solo veían fe. Podríamos parafrasear su punto de vista así: "¿Cómo voy a ignorar a los dioses, si residen en la mente de miles de mis congéneres y, por tanto, moldean sus actos?".

He aquí la conexión crucial. Epicuro intuyó lo que el sociólogo W. I. Thomas (10) formularía muchos siglos después —el único teorema que conozco dentro de la Sociología—, el Teorema de Thomas. Podemos formularlo de la siguiente manera: si las personas definen una situación como real, esta será real en sus consecuencias. No importa si la creencia es "verdadera" en un sentido objetivo; su poder reside en su capacidad para motivar conductas.

El razonamiento epicúreo era práctico: si la gente cree que los dioses premian y castigan, actuará con miedo o esperanza, construirá templos, seguirá ritos y organizará su sociedad en torno a esa idea. La creencia, al ser compartida, genera una realidad social tangible. Por eso, para Epicuro, el problema no era la existencia metafísica de los dioses, sino la ansiedad que su culto generaba. Su filosofía buscaba liberar al ser humano de ese temor infundado, pero socialmente muy real.

De este modo, Epicuro no se enredaba en discusiones sobre la carga de la prueba. Se adelantaba al sociólogo: comprendía que el verdadero poder de los dioses no radica en su existencia en el más allá, sino en su existencia como fuerza motriz en la mente y, por ende, en las acciones de los hombres. La creencia, demostrada o no, tiene consecuencias.

En conclusión

Hemos recorrido, pues, un camino que va desde la imposibilidad lógica de negar a Dios hasta la imposibilidad práctica de demostrar su existencia. Nos hemos topado con el muro de la indecidibilidad.

Frente a este callejón sin salida metafísico, la tetera de Russell nos devuelve al sentido común: la carga de la prueba recae sobre quien afirma. Y la genialidad de Epicuro, avalada por la sociología, nos recuerda que, más allá de la veracidad de la creencia, su poder real y tangible reside en su capacidad para moldear el mundo a través de quienes actúan convencidos de ella.

Si el amable lector ha llegado hasta aquí puede constatar que en ningún momento he afirmado o negado la existencia de Dios. Teístas, ateos: ¡dejadme vivir en paz!

 

Juan Carlos Barajas Martínez

Sociólogo

 

Notas

  1. Émile Durkheim (Épinal, Francia, 15 de abril de 1858 – París, 15 de noviembre de 1917) fue un sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y, junto con Karl Marx y Max Weber, es considerado uno de los padres fundadores de dicha ciencia.
  2. Neferjeperura Amenhotep, Amenhotep IV o Amenofis IV fue el décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto; en su cuarto año de reinado, cambió su nombre a Neferjeperura Ajenatón, Ajenatón, Akhenatón o Akenatón (lit., «resplandor del sol»). Su reinado está datado en torno al 1353-1336 a. C. y pertenece al periodo denominado Imperio Nuevo. Es célebre por haber impulsado transformaciones radicales en la sociedad egipcia, al convertir al dios Atón en la única deidad del culto oficial del Estado, en perjuicio del, hasta el momento, predominante culto a Amón. El nuevo culto se centraba en la superioridad de Atón por encima de los demás dioses egipcios, es decir, una religión con una base monoteísta, dejando al resto del panteón egipcio fuera de todo culto. El propio faraón sería el intermediario del dios. Este cambio tuvo grandes consecuencias. Hubo fuertes discrepancias entre la sociedad, ya que se había eliminado de cuajo el culto a los antiguos dioses, muy arraigado entre la población que hasta ese momento era politeísta. Es el primer reformador religioso del que se tiene registro histórico. Su reinado no solo implicó cambios en el ámbito religioso, sino también reformas políticas y artísticas.
  3. El zoroastrismo, por el nombre de su fundador e iniciador, es la denominación de la religión que, derivada de una religión anterior denominada mazdeísmo (devoción a Ahura Mazda), se funda en las enseñanzas del profeta y reformador Zoroastro (Zarathustra), que reconocen como divinidad a Ahura Mazda, considerado por Zoroastro como el único creador increado de todo. El Supremo, y el Absoluto.
  4. La escolástica (palabra originada en el latín medieval scholasticus, a través del latín tardío scholastĭcus, 'erudito' o 'escolar', como préstamo del griego σχολαστικός [scholastikós], adjetivo derivado de σχολή [skholé], 'ocio' o 'tiempo libre') es una corriente teológica y filosófica medieval que utilizó parte de la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo. Fue la corriente teológico-filosófica predominante del pensamiento medieval, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que en cualquier caso siempre suponía una clara subordinación de la razón a la fe (Philosophia ancilla theologiae, «la filosofía es sierva de la teología»).
  5. KurtGödel o también Kurt Goedel (en alemán [ˈkʊʁt ˈɡøːdəl]), (28 de abril de 1906 Brünn, Imperio austrohúngaro, actual República Checa – 14 de enero de 1978, Princeton, Estados Unidos) fue un lógico, matemático y filósofo austriaco-estadounidense. Reconocido como uno de los más importantes lógicos de todos los tiempos, el trabajo de Gödel ha tenido un impacto inmenso en el pensamiento científico y filosófico del siglo XX. Gödel, al igual que otros pensadores como Gottlob Frege, Bertrand Russell, A. N. Whitehead y David Hilbert intentó emplear la lógica y la teoría de conjuntos para comprender los fundamentos de la matemática. A Gödel se le conoce mejor por sus dos teoremas de la incompletitud, publicados en 1931 a los 25 años de edad, un año después de finalizar su doctorado en la Universidad de Viena. El más célebre de sus teoremas de la incompletitud establece que para todo sistema axiomático recursivo auto-consistente lo suficientemente poderoso como para describir la aritmética de los números naturales (la aritmética de Peano), existen proposiciones verdaderas sobre los naturales que no pueden demostrarse a partir de los axiomas. Para demostrar este teorema desarrolló una técnica denominada ahora como numeración de Gödel, la cual codifica expresiones formales como números naturales.
  6. SanAnselmo de Canterbury  (Aosta, 1033 - Canterbury, 21 de abril de 1109), conocido también como Anselmo de Aosta, por el lugar donde nació, o Anselmo de Bec, si se atiende a la población donde estaba enclavado el monasterio del cual llegó a ser prior, fue un monje benedictino que ejerció como arzobispo de Canterbury durante el periodo 1093-1109. Destacó como teólogo y filósofo escolástico. Doctor de la Iglesia. Como teólogo, fue un gran defensor de la Inmaculada Concepción de María y como filósofo se le recuerda, además de por su célebre argumento ontológico, por ser padre de la escolástica.
  7. Bertrand Arthur William Russell (Trellech, Monmouthshire; 18 de mayo de 1872-Penrhyndeudraeth, Gwynedd, 2 de febrero de 1970) fue un filósofo, matemático, lógico y escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura. Tercer conde de Russell, pertenecía a una de las familias aristocráticas más prominentes del Reino Unido. Era hijo del vizconde de Amberley, John Russell, y ahijado del filósofo utilitarista John Stuart Mill, cuyos escritos tuvieron una gran influencia en su vida. Contrajo matrimonio cuatro veces y tuvo tres hijos. A principios del siglo XX, Russell encabezó la «revuelta contra el idealismo» británica. Es conocido por su influencia en la filosofía analítica junto con Gottlob Frege, su compañero G. E. Moore y su alumno Ludwig Wittgenstein y A. N. Whitehead, coautor de su obra Principia Mathematica. Apoyó la idea de una filosofía científica y propuso aplicar el análisis lógico a problemas tradicionales, como el problema mente-cuerpo o la existencia del mundo físico. Su ensayo filosófico Sobre la denotación ha sido considerado un «paradigma de la filosofía». Su trabajo ha tenido una influencia considerable en matemática, lógica, teoría de conjuntos, inteligencia artificial, ciencia cognitiva, informática, filosofía del lenguaje, epistemología, metafísica, ética y política.
  8. En su obra Proslogion (1077-1078), Anselmo plantea el famoso argumento ontológico, que se resume así:  Dios es “aquello mayor que lo cual nada puede pensarse”.Incluso el insensato (insipiens), que dice que Dios no existe, entiende esa definición en su mente. Pero algo que existe en la realidad es mayor que si existiera solo en la mente. Por tanto, Dios, al ser el ser mayor pensable, debe existir en la realidad. Es un argumento a priori, basado únicamente en la razón y no en la experiencia sensible. Más tarde, Tomás de Aquino y otros escolásticos lo criticaron (Tomás prefirió las “cinco vías” basadas en la experiencia), mientras que autores como Descartes y Leibniz retomaron y reformularon el argumento en la Edad Moderna. La demostración de Gödel basada en el argumento de San Anselmo está en: Los Argumentos OntolóGicos De San Anselmo Y Kurt | PPT | Christianity | Religion & Spirituality
  9. Epicuro (en griego: πίκουρος, Epíkouros) también conocido como Epicuro de Samos, (Samos, 341 a. C. - Atenas, 271 a. C./270 a. C.) fue un filósofo griego, fundador de la escuela que lleva su nombre (epicureísmo). Los aspectos más destacados de su doctrina son el hedonismo racional y el atomismo. Influido por Demócrito, Aristipo, Pirrón, y posiblemente Aristóteles y los cínicos, se volvió contra el platonismo y estableció su propia escuela en Atenas, conocida como el "Jardín" (kêpos; hortus), donde permitió el acceso de mujeres, prostitutas y esclavos. Se dice que escribió más de 300 obras sobre diversos temas, pero la gran mayoría de estos escritos se han perdido. Solo tres cartas escritas por él, la Carta a Heródoto, Pítocles y Meneceo; y dos colecciones de citas, las Máximas capitales y las Sentencias Vaticanas, han sobrevivido intactas.
  10. WilliamI. Thomas (n. 13 de agosto de 1863, Russell County, Virginia - m. 5 de diciembre de 1947, lugar), sociólogo estadounidense. Conocido principalmente por su Teorema de Thomas clave en la sociología del conocimiento: "Si los individuos definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias". Murió en 1947, es uno de los fundadores junto con George Herbert Mead del Interaccionismo simbólico.

 

 

Bibliografía

Barajas Juan Carlos (2015). Sociología de la religión:conceptos básicos. Sociología Divertida

Barajas Juan Carlos (2025). Dios llegó tarde a su cita con el hombre. Micro Sociología Divertida

Deaño Alfredo (2023). Introducción a la lógica formal. Alianza Editorial

Bertrand Russell (1952). ¿Existe Dios?  (escrito para Illustrated Magazine, nunca publicado. Más tarde se hizo una publicación póstuma de sus últimos artículos)

Barajas Juan Carlos (2014). Aurea Mediocritas. Sociología Divertida

Lledó Emilio (2019). El epicureísmo. Editorial Taurus


La tetera de Russell © 2025 by Juan Carlos Barajas Martínez is licensed under CC BY-NC-SA 4.0

¿Qué es la lógica? ¿Hay una lógica sociológica?

Arriba de derecha a izquierda: Aristóteles, Abelardo, Santo Tomás de Aquino, Guillermo de Ockham

Abajo: Boole, Frege, Russell, Gödel, Turing


 Resumen

Este artículo es una explicación de qué es la lógica formal, de su historia, de su influencia en la ciencia y, en particular, en la sociología. Se hace una revisión de cuatro teorías sociológicas, estudiando la lógica subyacente en sus planteamientos: la teoría del intercambio de Homans, la sociología de Weber, la teoría del habitus de Bourdieu y la teoría general de sistemas de Luhmann.

Abstract

This article is an explanation of what formal logic is, its history, its influence on science, and, in particular, on sociology. It includes a review of four sociological theories, examining the underlying logic in their approaches: Homans' exchange theory, Weber's sociology, Bourdieu's theory of habitus, and Luhmann's general systems theory.

Índice

  • De la lógica utens a la lógica docens
  • Un poco de historia: del ágora a la inteligencia artificial
  • Lógica y ciencia
  • Lógica y sociología
  • ¿Dónde se puede estudiar lógica?

De la lógica utens a la lógica docens

La palabra “lógica” es de esas que sirven tanto para un roto como para un descosido; forma parte del vocabulario usual (“es lógico”, “en buena lógica”, “lógicamente”…). Se usa cuando aplicamos el razonamiento a un problema y suele asociarse al sentido común. Quien va como un cabestro por la vida, dándose golpes contra la pared, carece de lógica y de sentido común; créeme, querido lector, hay mucha más gente así de la que tú crees. Me di cuenta trabajando en la protección de españoles en el extranjero: la gente hacía todo lo posible para meterse en problemas.

El problema del sentido común es su relatividad. Cada uno tiene su propia lógica, mediatizada por el origen, la cultura, la formación o el temperamento. En su variedad está su riqueza, pero también su falta de aplicabilidad universal. Por eso, desde Aristóteles(1), la lógica ha sido un proceso de destilación del razonamiento humano: buscar la estructura pura del pensamiento, no su forma coyuntural.

El filósofo norteamericano Peirce (2) denominaba lógica utens a esta lógica mundana, práctica, intuitiva y contextual que usamos para resolver los problemas diarios. Aristóteles partió de ella como materia prima y la refinó. Como un alquimista del pensamiento, quitó sentimientos, vaguedades, contextos y opiniones. El resultado fue lo que Peirce llamó lógica docens: la lógica que se enseña; la de los filósofos griegos, la Escolástica y los grandes lógicos matemáticos de los siglos XIX y XX.

Esta lógica docens es lo que hoy llamamos lógica formal: el estudio de las estructuras puras del razonamiento, liberadas de su contenido concreto. Si la lógica utens es el pensamiento en bruto —espontáneo y teñido de experiencia—, la lógica formal es su esqueleto abstracto: un sistema de reglas universales que opera con símbolos, no con emociones o contextos. Como diría Alfred Tarski (3), «La lógica no se preocupa por lo que decimos, sino por cómo lo decimos'.

Alfredo Deaño(4) definió la lógica formal como «la ciencia de los principios de la validez formal de la inferencia». «Inferencia» —nos aclara— es un sinónimo de razonamiento o argumentación. Todo razonamiento es un pensamiento, pero no todo pensamiento es un razonamiento. Según Deaño, el razonamiento es un tipo de pensamiento cuyo rasgo esencial es el paso de una o más afirmaciones —llamadas premisas— a una afirmación derivada: la conclusión.

Hemos mencionado la validez formal, pero ¿qué significa? Todo razonamiento humano tiene dos dimensiones: verdad y validez. La verdad concierne al contenido: «El Manzanares pasa por Madrid» es verdadero; «El Barça es el mejor equipo del mundo» es, como mínimo, discutible. La validez, en cambio, atañe a la estructura lógica: un razonamiento es válido si la conclusión se sigue necesariamente de las premisas, aunque estas sean falsas.

Veámoslo con un caso absurdo que el propio Deaño proponía:

- Si San Pablo era monoteísta, entonces Sócrates y Jantipa no contrajeron matrimonio por el rito ortodoxo.

- Es así que Sócrates y Jantipa no contrajeron matrimonio por el rito ortodoxo griego.

- Luego, San Pablo era monoteísta.

Aquí, tanto premisas como conclusión son verdaderas, pero la argumentación es inválida: no hay conexión lógica entre el monoteísmo de San Pablo y el matrimonio de Sócrates.

La lógica formal, como el reino de Dios, no pertenece a este mundo: es intemporal, inmaterial y ajena a culturas o ideologías (5). Precisamente por eso, es maravillosa. Maravillosa e indispensable, pues la ciencia, los ordenadores, la inteligencia artificial y la robótica no existirían si Aristóteles no hubiera extraído, de los razonamientos cotidianos, esa estructura común que hoy llamamos lógica formal.

 

Un poco de historia: Del Ágora a la Inteligencia Artificial

 Todo comenzó en el Ágora ateniense. Mientras los sofistas debatían retórica, Aristóteles (s. IV a.C.) buscó las reglas ocultas del pensamiento correcto. Así nació el Organon: el primer sistema lógico de la historia, basado en silogismos que encadenan verdades como eslabones («Todos los humanos son mortales; Sócrates es humano; luego, Sócrates es mortal»). Su genio no fue solo clasificar argumentos, sino crear un método para distinguir conocimiento válido de la mera opinión, algo que hoy deberíamos aplicar a discursos políticos o noticias virales. Un pueblo educado en lógica es más difícil de engañar.

Se suele señalar a la Edad Media como una época oscura; sin embargo, la lógica resurgió en monasterios y universidades. Los escolásticos la aplicaron para aunar fe y razón, algo que hasta entonces solo había explorado la filosofía islámica (como Avicena). Figuras como Pedro Abelardo (s. XII) (6) usaron la dialéctica para cuestionar dogmas («¿Existen los universales o son solo palabras?»), mientras Santo Tomás de Aquino (s. XIII) (7) la convirtió en pilar de la teología. En este contexto, Guillermo de Ockham (8) formuló su célebre principio: la navaja de Ockham: «Cuando varias soluciones explican igual un problema, la más simple suele ser la correcta». Esta idea, que exige eliminar supuestos innecesarios, se volvería crucial para la ciencia.

El siglo XVII dio un salto mortal: la lógica dejó las aulas para entrar en laboratorios. Galileo Galilei (9) unió matemáticas y experimentación: su método hipotético-deductivo (silogismos + verificación empírica) derribó la física aristotélica. «El libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático», declaró, convirtiendo la lógica en código del universo. Francis Bacon (10) en Inglaterra y René Descartes (11) en Francia completaron el giro: el primero con su Novum Organum (inducción sistemática contra prejuicios), el segundo con el Discurso del método («¡Dudar de todo!»). Así, la filosofía natural —especulativa— se transformó en ciencia moderna.

Durante el siglo XIX, la lógica vivió una revolución simbólica: dejó las palabras para volverse matemática. George Boole (12) tradujo silogismos a ecuaciones (álgebra booleana —fundamento de la electrónica digital—), y Gottlob Frege (13) creó el primer lenguaje formal moderno: la Begriffsschrift (14). Su meta: demostrar que toda verdad matemática podía deducirse de unos pocos axiomas (el programa formalista).

Pero el sueño formalista fue efímero. En el siglo XX, Kurt Gödel (15) demostró que en todo sistema lógico suficientemente complejo (como la aritmética) existen proposiciones verdaderas pero indemostrables (16). Alan Turing (17) convirtió la lógica en algoritmos, integrando máquina y pensamiento para dar luz a la computación. Hoy, esa herencia alimenta la inteligencia artificial que ha llegado para quedarse.

 

Lógica y ciencia

La lógica y las ciencias se maridan mediante el método científico. A partir del método hipotético-deductivo de Galileo, adaptado inicialmente a la física, se generalizó el método científico tal como lo entendemos hoy, aplicable a cualquier ciencia.

Siguiendo con Charles S. Peirce —que resulta muy útil para comprender estos asuntos—, el método científico puede entenderse como un proceso que involucra tres tipos complementarios de inferencia: abducción, deducción e inducción. No se trata simplemente de “tres pasos” secuenciales, sino más bien de tres modos distintos de razonar, que interactúan entre sí.

La abducción (también llamada inferencia a la mejor explicación) es el tipo de razonamiento mediante el cual se propone una hipótesis que explica un hecho extraño, inesperado o sorprendente. Dicho de un modo sencillo, es lo que ocurre cuando algo no encaja con nuestras expectativas y nos preguntamos: ¿qué podría estar pasando aquí? Un ejemplo clásico sería el momento en que a Newton (18) le cayó una manzana en la cabeza y se preguntó si no sería la Tierra la que la atraía.

La lógica subyacente en este modo de razonar es algo así como: si X es un hecho sorprendente —a mí no me ha caído nunca una manzana en la cabeza, y eso que tengo un manzano en el jardín—, y si Y —que explica X— fuera cierto, X no sería ya tan sorprendente. Por tanto, Y podría ser una buena hipótesis.

Un ejemplo que dio el mismo Peirce fue: Todas las judías de este saco son blancas (regla), estas judías de aquí son blancas (resultado), quizás estas judías sean de este saco (hipótesis).

La deducción es la parte lógica del proceso. Es el razonamiento formal clásico que nos viene desde Aristóteles: ir de lo general a lo particular. Se usa para derivar consecuencias lógicas de una hipótesis surgida de la abducción.

La deducción, al no salirse del marco de la lógica formal, transmite validez lógica: si las premisas son verdaderas y seguimos las reglas de la lógica, la conclusión se sigue necesariamente. No es productiva en el sentido de que no introduce nueva información, pero permite comprobar si una hipótesis es coherente con otras verdades ya aceptadas.

El ejemplo de Peirce sobre la deducción sigue usando las judías blancas: Todas las judías de este saco son blancas (premisa mayor); estas judías son de este saco (premisa menor), luego estas judías son blancas (conclusión).

La inducción es el razonamiento por el cual contrastamos las consecuencias de la hipótesis con la experiencia. Busca confirmar o refutar la hipótesis mediante la observación repetida o la estadística. No garantiza la verdad absoluta: por muchos cisnes blancos que hayamos visto, no podemos descartar que exista un cisne negro, pero, por esto mismo, es creativa, productiva, permite generar conocimiento a partir de la experiencia y, por ende, nos hace progresar.

Siguiendo con las judías de Peirce: estas judías son de este saco (observación), estas judías son blancas (observación), luego todas las judías de este saco son blancas (conclusión).

Hoy en día, los algoritmos de inteligencia artificial son expertos en inducción (generalizar patrones), pero la abducción —esa chispa creativa— sigue siendo humana… por ahora.

El objetivo de las ciencias es explicar la realidad mediante teorías basadas en la observación y la razón. Una teoría científica es un sistema organizado de conceptos, principios y leyes que explica los fenómenos observables y permite predecir otros nuevos. El método científico es el procedimiento sistemático para generar, probar y refinar teorías científicas. La relación entre ambos es dinámica y recíproca.

En resumen, el método científico no es una simple receta, sino un delicado equilibrio entre intuición creativa (abducción), rigurosidad lógica (deducción) y verificación empírica (inducción). Por eso, sigue siendo una de las mayores creaciones del pensamiento humano: lógica y creatividad trabajando juntas para comprender el mundo.

 

Lógica y sociología

Siempre me ha llamado la atención que los sociólogos necesitamos demostrar a menudo que la sociología es una ciencia, mientras que un físico nunca se ve obligado a justificar que sus teorías lo son. Si el método científico es el corazón de disciplinas como la física o la biología, ¿por qué las teorías sociológicas parecen, a veces, menos «lógicas»?

La respuesta no está en la lógica, sino en la complejidad de su objeto: el ser humano. Mientras un físico puede aislar variables en condiciones controladas, el sociólogo trabaja con redes de deseos, normas, significados y relaciones de poder que se resisten a la simplificación y no caben fácilmente en ecuaciones.

Sin embargo, la lógica sí estructura las teorías sociológicas, aunque de manera más flexible y a veces implícita. Si no directamente mediante la lógica formal, sí a través de lógicas derivadas de esta, como las formas de inferencia (abducción, deducción, inducción) o la coherencia interna del sistema teórico.

A continuación, vamos a examinar varias teorías sociológicas y su estructura lógica subyacente para mostrar más claramente cómo opera la racionalidad en el pensamiento sociológico.

Tomemos primero la teoría del intercambio de George Homans (19) (véase en este mismo blog “La teoría del intercambio I: Homans”), que es la más cercana al modelo hipotético-deductivo y a la lógica formal.

Homans parte de axiomas simples. En primer lugar: “Si en el pasado una acción fue recompensada, se repetirá.” Un segundo axioma sería: “Cuanto mayor sea la recompensa, mayor será el esfuerzo”. De estos principios deduce proposiciones comprobables: “Si Pedro obtiene reconocimiento al ayudar a Luisa (recompensa), aumentará su cooperación (conducta)".

Aquí viven los tres tipos de inferencia de Peirce. Hagamos un poco de sociología aplicada. Supongamos que estoy estudiando la motivación de las personas en relación con las redes sociales.

  • Abducción: “¿Por qué millones de personas usan redes sociales? Quizá buscan recompensas simbólicas (likes, estatus).”
  • Deducción: Si el reconocimiento motiva la conducta (axioma), entonces los creadores invertirán más horas en crear contenido.
  • Inducción: Las encuestas confirman que un 73% de jóvenes admiten sentirse “validados” por los likes (estudio de la UCSD, 2023).

En segundo lugar, vamos a examinar la sociología de Max Weber (20 (véase en este mismo blog “De Cuando la Sociología Daba sus Primeros Pasos II: Alemania”). Weber construyó toda su obra sociológica a partir de un sistema de análisis basado en lo que él denominaba tipos ideales. Este enfoque forma parte de una lógica comprensiva, orientada a interpretar el sentido de la acción humana, sin caer en reduccionismos mecanicistas.

Con la metodología de los tipos ideales, se trata de extraer del fenómeno social real aquellas propiedades que lo caracterizan de forma arquetípica. No son descripciones literales de la realidad, sino construcciones analíticas: imágenes deliberadamente exageradas y unilaterales, diseñadas para iluminar los rasgos esenciales de un fenómeno.

Weber sostenía que cuanto más “pura” y exagerada fuese esa construcción, más útil sería como herramienta analítica.

Una vez elaborado el tipo ideal, este funciona como una vara de medir, un patrón de comparación que permite contrastar los hechos históricos concretos con un modelo conceptual que, en sí mismo, es ahistórico.

Esto se aprecia muy bien en su teoría de la acción social, donde distingue cuatro tipos ideales de acción:

  1. Racional con arreglo a fines: basada en el cálculo de medios y resultados (ej.: un empresario que maximiza beneficios).
  2. Racional con arreglo a valores: guiada por convicciones éticas, religiosas o ideológicas (ej.: un activista que lucha por la justicia).
  3. Afectiva: motivada por emociones (ej.: un padre que protege a su hijo por amor).
  4. Tradicional: basada en costumbres arraigadas (ej.: realizar un rito religioso por tradición familiar).

Un mismo acto —por ejemplo, votar— puede clasificarse de distintas maneras según el sentido subjetivo que le atribuya el actor, puede ser:

• instrumental (para obtener un beneficio personal)
• valorativo (por deber democrático)
• afectivo (para honrar a un ser querido)
• o tradicional (porque “siempre hemos votado en esta familia”)

Otra teoría que vale la pena revisar es la sociología de Pierre Bourdieu (21) (véase en este mismo blog “Pierre Bourdieu: estratificación y personalidad”), basada en una lógica dialéctica. Bourdieu introdujo conceptos como habitus (esquemas mentales internalizados) y campo (espacios de lucha por capitales).

Veamos dos premisas y su conclusión:

  1. Los agentes actúan según su habitus, que ha sido formado por su pertenencia a una clase social y su educación (premisa 1).
  2. Los campos —es decir, el arte, la política o la educación— tienen reglas y capitales; no sólo el capital económico, que es el primero que se suele considerar, sino también el capital cultural, educacional o el estatus (premisa 2).

En conclusión, las prácticas sociales son el resultado de esta relación entre habitus y campos de acción.

Por poner un ejemplo claro: un obrero no estudia arte no por "falta de talento", sino porque su habitus le dice que "eso no es para mí". Es una lógica estructural que revela cómo la cultura reproduce desigualdades.

Por último, vamos a analizar la teoría de sistemas autopoiéticos de Niklas Luhmann (22) (véase en este mismo blog “La teoría general de sistemas y la sociología III: Niklas Luhmann”). Luhmann parte del funcionalismo estructural de Talcott Parsons como base, pero también integra elementos de la teoría general de sistemas, así como conceptos provenientes de la biología cognitiva y la cibernética. Su objetivo es construir una teoría general de los sistemas sociales que abarque y explique su complejidad. Es pura lógica funcionalista: cada sistema opera con su propia racionalidad, creando complejidad.

Luhmann llevó la formalización al extremo y, en cierto modo, su enfoque me recuerda al álgebra de Boole. Representa la sociedad como una red de sistemas —derecho, economía, política— que se autorreproducen (de ahí lo de autopoiéticos) mediante códigos binarios: legal/ilegal (sistema jurídico), poder/no poder (sistema político), pago/no pago (sistema económico). Por ejemplo, un banquero (sistema económico) y un juez (sistema legal) pueden entrar en conflicto porque sus códigos no son compatibles.

Estas cuatro teorías demuestran que la sociología no posee una única lógica, sino muchas:

  • la lógica deductiva de Homans (causa-efecto),
  • la lógica comprensiva de Weber (tipos ideales) (23),
  • la lógica relacional de Bourdieu (estructuras internalizadas),
  • y la lógica sistémica de Luhmann (códigos autónomos).

La lógica formal es el esqueleto inmutable; las lógicas sociológicas derivadas de esta son el músculo flexible que se adapta al terreno movedizo de lo humano. No hay contradicción entre ellas, sino jerarquía: las segundas usan a la primera como cimiento y añaden capas de complejidad.


¿Dónde se puede estudiar lógica?

Si has llegado hasta aquí, querido lector, te tengo que felicitar porque el tema de la lógica es muy minoritario, y más aún cuando lo vinculamos con las ciencias sociales. Si quieres ir un poco más allá y saber dónde se imparten estudios sobre esta ciencia, aquí te doy algunas pistas.

Lo primero que debes saber es que, al menos en España —que es mi país—, la lógica no existe como una carrera universitaria independiente, sino que se estudia como asignaturas dentro de otras titulaciones, en grupos de asignaturas o en algunas especialidades de máster y doctorado.

Voy a comenzar por el microgrado de Lógica, Historia y Filosofía de la Ciencia, porque yo curso estos estudios y los conozco bien. Un microgrado es un título propio de la UNED que agrupa todas las asignaturas de una rama concreta del conocimiento. Es ideal para quienes disfrutan aprender por el mero placer del saber, pues, en realidad, este título no tiene reconocimiento oficial para acceder a un puesto de trabajo.

Este microgrado reúne asignaturas de grado de Filosofía relacionadas con estas materias, como Cálculo Proposicional (Lógica I), Cálculo de Predicados (Lógica II), Filosofía de la Lógica y Filosofía de la Ciencia, entre otras.

En cuanto a la oferta académica en España, la lógica formal se estudia principalmente en grados universitarios de Filosofía, Matemáticas, Lingüística e Informática. También hay másteres y doctorados especializados en Lógica y Filosofía de la Ciencia, Ciencia de Datos, Filosofía Analítica o Inteligencia Artificial, donde la lógica tiene un papel fundamental.

Respecto a posibles salidas profesionales en el mundo de la lógica formal, habría que decir que son escasas, y la mayoría se vinculan a la academia y la enseñanza. No obstante, con los tiempos que corren, la lógica es una herramienta fundamental que abre puertas en muchos otros campos con fuerte demanda profesional, aunque allí se integre como parte de un perfil más amplio. Algunas salidas profesionales donde la lógica juega un papel crucial, aunque no siempre sea el foco principal, son:

  1. Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos
    La lógica es la base de la representación del conocimiento, el razonamiento automático y la programación lógica. Los perfiles en IA o machine learning valoran mucho el conocimiento lógico, especialmente para diseñar algoritmos y sistemas de inferencia.
  2. Informática Teórica y Desarrollo de Software
    Áreas como la verificación formal, el diseño de compiladores, el desarrollo de lenguajes de programación y las pruebas de software usan lógica para garantizar corrección y optimización.
  3. Matemáticas y Filosofía Analítica
    Más allá de la enseñanza, algunos trabajan en investigación aplicada en matemáticas lógicas, teoría de la computación o fundamentos de las matemáticas.
  4. Análisis y Diseño de Sistemas Complejos
    En campos como la cibernética, los sistemas complejos o las ciencias cognitivas, la lógica ayuda a modelar procesos y sistemas.
  5. Consultoría en Pensamiento Crítico y Argumentación
    En sectores jurídicos, políticos o empresariales, la lógica aplicada puede mejorar el análisis de argumentos y la toma de decisiones.

Juan Carlos Barajas Martínez

Sociólogo, Informático y estudiante de Lógica, Historia y Filosofía de la Ciencia

Este artículo se lo dedico a tres profesores  de lógica que he tenido en mi larga carrera como estudiante. A José Cuena (UPM) y Antonio Duarte (UNED), el primero ya fallecido y el segundo vivito y coleando, sobre todo coleando, gracias por sus enseñanzas; y a José Manuel Zato (UPM), al que espero que Dios haya confundido lo suficiente como para que no encontrara jamás ni un modus ponens.

Notas

  1. Aristóteles (Estagira, 384 a. C.-Calcis, 322 a. C.) fue un polímata: filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios. Aristóteles escribió cerca de 200 tratados (de los cuales solo nos han llegado 31) sobre una enorme variedad de temas, entre ellos: lógica, metafísica, filosofía de la ciencia, ética, filosofía política, estética, retórica, física, astronomía y biología.1 Aristóteles transformó muchas, si no todas, las áreas del conocimiento que abordó. Es reconocido como el padre fundador de la lógica y de la biología, pues si bien existen reflexiones y escritos previos sobre ambas materias, es en el trabajo de Aristóteles, donde se encuentran las primeras investigaciones sistemáticas al respecto. Entre muchas otras contribuciones, Aristóteles formuló la teoría de la generación espontánea, el principio de no contradicción, las nociones de categoría, sustancia, acto, potencia y primer motor inmóvil. Algunas de sus ideas, que fueron novedosas para la filosofía de su tiempo, hoy forman parte del sentido común de muchas personas. Aristóteles fue discípulo de Platón y de otros pensadores (como Eudoxo) durante los veinte años que estuvo en la Academia de Atenas. Fue maestro de Alejandro Magno en el Reino de Macedonia. En la última etapa de su vida fundó el Liceo en Atenas, donde enseñó hasta un año antes de su muerte.
  2. Charles Sanders Peirce (Cambridge, Massachusetts, 10 de septiembre de 1839-Milford, Pensilvania, 19 de abril de 1914) fue un filósofo, lógico y científico estadounidense. Es considerado el fundador del pragmatismo y el padre de la semiótica lógica moderna o teoría de los signos, junto con Ferdinand de Saussure, padre la semiótica estructuralista o semiología.
  3. Alfred Tarski -originalmente Alfred Teitelbaum- (14 de enero de 1901—26 de octubre de 1983) fue un lógico, matemático y filósofo polaco. Hizo aportaciones destacadas en teoría de conjuntos, lógica polivalente, interpretabilidad, niveles de lenguaje y metalenguaje y conceptos semánticos.
  4. Alfredo Deaño Gamallo (1944-1978) fue un filósofo y lógico español. Ejerció como profesor en la Universidad Autónoma de Madrid. Se interesó profundamente por las relaciones entre la lógica formal y disciplinas como la lingüística, la psicología o la propia filosofía. Su postura se aleja tanto del ya casi universalmente abandonado (pero aún latente) psicologismo de la lógica, como de posturas puristas que entiendan la lógica únicamente como un cálculo algebraico cerrado y ajeno al lenguaje natural.
  5. A este principio de que es ajena a culturas e ideologías se opone el Programa Fuerte de la sociología. Ver es este mismo blog el artículo "La ciencia a examen crítico. El programa fuerte de la sociología II". Sobre todo el apartado "Sociología de las matemáticas y de la lógica de Bloor"
  6. Pedro Abelardo, en francés Pierre Abélard (Le Pallet, 1079-Chalon-sur-Saône, 21 de abril de 1142), fue un filósofo, teólogo, poeta y monje francés. Es reconocido por la crítica moderna como uno de los grandes genios de la historia de la lógica, de la que hacía uso a través de los géneros y técnicas de la diatriba dialéctica y un dominio silogístico profundo. Abelardo es también recordado, siglos después, en pleno Romanticismo, por la relación amorosa mantenida con Eloísa. A la vez autor de numerosos poemas, dedicó gran parte de su vida a la enseñanza y al debate.
  7. Santo Tomás de Aquino (en italiano, Tommaso d'Aquino; Roccasecca, 1224/1225-Abadía de Fossanova, 7 de marzo de 1274) fue un presbítero, fraile, teólogo, filósofo y jurista católico perteneciente a la Orden de Predicadores, es considerado el principal representante de la enseñanza escolástica.
  8. Guillermo de Ockham, también Occam, Ockam, o varias otras grafías (en inglés: William of Ockham) (c.1287-9 de abril de 1347) fue un filósofo, lógico, teólogo y fraile franciscano inglés, conocido principalmente por ser el representante más destacado del nominalismo frente a las escuelas tomistas y escotistas; y por la Navaja de Ockham, un principio metodológico e innovador, y por sus obras significativas en lógica, medicina y teología.
  9. Galileo Galilei (Pisa, 15 de febrero de 1564- Arcetri, Italia, 8 de enero de 1642) fue un astrónomo, ingeniero, matemático y físico italiano, relacionado estrechamente con la revolución científica. Eminente hombre del Renacimiento mostró interés por casi todas las ciencias y artes (música, literatura, pintura). Sus logros incluyen la mejora del telescopio, gran variedad de observaciones astronómicas, la primera ley del movimiento y un apoyo determinante a la «Revolución de Copérnico». Ha sido considerado como el «padre de la astronomía moderna», el «padre de la física moderna» y el «padre de la ciencia moderna».
  10. Francis Bacon, primer barón de Verulamium, primer vizconde de Saint Albans y canciller de Inglaterra (Strand, Londres, 22 de enero de 1561-Highgate, Middlesex, 9 de abril de 1626) fue un filósofo, político, abogado y escritor inglés, padre del empirismo filosófico y científico.
  11. René Descartes, latinización: Renatus Cartesius; onomástico del que se deriva el adjetivo cartesiano; La Haye en Touraine, Francia, 31 de marzo de 1596-Estocolmo, 11 de febrero de 1650) fue un filósofo, matemático y físico francés considerado el padre de la geometría analítica y la filosofía moderna, así como uno de los protagonistas con luz propia en el umbral de la revolución científica.
  12. George Boole (Lincoln, Lincolnshire, Inglaterra, 2 de noviembre de 1815-Ballintemple, Condado de Cork, Irlanda, 8 de diciembre de 1864) fue un matemático y lógico británico. Como inventor del álgebra de Boole, que marca los fundamentos de la aritmética computacional moderna, Boole es considerado como uno de los fundadores del campo de las ciencias de la computación.
  13. Friedrich Ludwig Gottlob Frege (Wismar, 8 de noviembre de 1848 - Bad Kleinen, 26 de julio de 1925) fue un matemático, lógico y filósofo alemán. Se le considera el padre de la lógica matemática y de la filosofía analítica, concentrándose en la filosofía del lenguaje y de las matemáticas. Frege desarrolló su carrera en relativa oscuridad como catedrático de matemáticas de la Universidad de Jena, largamente ignorado por la comunidad filosófica y matemática. Es principalmente gracias a Giuseppe Peano (1858-1932) y a Bertrand Russell (1872-1970), que hicieron una gran labor de divulgación de la obra de Frege, que Frege llegó a ser conocido por generaciones posteriores de filósofos y matemáticos.
  14. La Begriffsschrift de Frege fue el primer sistema formal completo de lógica matemática, que introdujo la lógica de predicados, los cuantificadores, el uso funcional del lenguaje y la idea de formalizar el pensamiento lógico puro. Es la base conceptual de la lógica contemporánea y del enfoque formalista de la ciencia.
  15. Kurt Gödel o también Kurt Goedel (en alemán [ˈkʊʁt ˈɡøːdəl]), (28 de abril de 1906 Brünn, Imperio austrohúngaro, actual República Checa 14 de enero de 1978, Princeton, Estados Unidos) fue un lógico, matemático y filósofo austriaco-estadounidense. Reconocido como uno de los más importantes lógicos de todos los tiempos, el trabajo de Gödel ha tenido un impacto inmenso en el pensamiento científico y filosófico del siglo XX. Gödel, al igual que otros pensadores como Gottlob Frege, Bertrand Russell, A. N. Whitehead y David Hilbert intentó emplear la lógica y la teoría de conjuntos para comprender los fundamentos de la matemática. A Gödel se le conoce mejor por sus dos teoremas de la incompletitud, publicados en 1931 a los 25 años de edad, un año después de finalizar su doctorado en la Universidad de Viena. El más célebre de sus teoremas de la incompletitud establece que para todo sistema axiomático recursivo auto-consistente lo suficientemente poderoso como para describir la aritmética de los números naturales (la aritmética de Peano), existen proposiciones verdaderas sobre los naturales que no pueden demostrarse a partir de los axiomas. Para demostrar este teorema desarrolló una técnica denominada ahora como numeración de Gödel, la cual codifica expresiones formales como números naturales.
  16. El primer teorema de incompletitud de Gödel afirma: En todo sistema formal consistente y suficientemente expresivo (por ejemplo, que contenga la aritmética de Peano), existen proposiciones que son verdaderas, pero no demostrables dentro del sistema. Pero... ¿cómo sabemos que son verdaderas si no son demostrables? Aquí está el punto clave: la afirmación de que la proposición es verdadera no se hace dentro del sistema, sino desde fuera del sistema, es decir, metamatemáticamente. Gödel construyó una proposición G que dice algo así como:  "Esta proposición no es demostrable en el sistema”. Y lo hizo de forma que esa afirmación pudiera codificarse dentro del lenguaje formal (usando números de Gödel). Luego analizó metamatemáticamente lo que implica: Si G fuera demostrable, entonces sería falsa, porque diría "no soy demostrable" y sin embargo lo sería → contradicción. Entonces, si el sistema es consistente, G no puede ser demostrable. Pero entonces, si G no es demostrable y es eso lo que dice, ¡entonces es verdadera! Esa conclusión no se obtiene dentro del sistema formal, sino desde una posición externa (lo que llamamos "metasistema" o "nivel metamatemático").
  17. Alan Mathison Turing (Paddington, Londres; 23 de junio de 1912-Wilmslow, Cheshire; 7 de junio de 1954) fue un matemático, lógico, informático teórico, criptógrafo, filósofo y biólogo teórico británico. Es considerado como uno de los padres de la ciencia de la computación y precursor de la informática moderna. Proporcionó una formalización influyente de los conceptos de algoritmo y computación: la máquina de Turing. Formuló su propia versión que hoy es ampliamente aceptada como la tesis de Church-Turing (1936). Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó en descifrar los códigos nazis, particularmente los de la máquina Enigma, y durante un tiempo fue el director de la sección Naval Enigma de Bletchley Park. Se ha estimado que su trabajo acortó la duración de esa guerra entre dos y cuatro años. Tras la guerra, diseñó uno de los primeros computadores electrónicos programables digitales en el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido y poco tiempo después construyó otra de las primeras máquinas en la Universidad de Mánchester. En el campo de la inteligencia artificial, es conocido sobre todo por la concepción de la prueba de Turing (1950), un criterio según el cual puede juzgarse la inteligencia de una máquina si sus respuestas en la prueba son indistinguibles de las de un ser humano.
  18. Isaac Newton (Woolsthorpe-by-Colsterworth, Lincolnshire, 4 de enero de 1643-Londres, 31 de marzo de 1727) fue un físico, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés. Es autor de los Philosophiæ naturalis principia mathematica, más conocidos como los Principia, donde describe la ley de la gravitación universal y estableció las bases de la mecánica clásica mediante las leyes que llevan su nombre. Entre sus otros descubrimientos científicos destacan los trabajos sobre la naturaleza de la luz y la óptica (que se presentan principalmente en su obra Opticks), y en matemáticas, el desarrollo del cálculo infinitesimal.
  19. George Caspar Homans (Boston, 11 de agosto de 1910-Cambridge, 29 de mayo de 1989) fue un sociólogo estadounidense. Homans fundó una teoría estrictamente deductiva del comportamiento social en Estados Unidos y contribuyó en gran medida a la teoría del intercambio social. Se distinguió especialmente como analista de grupos.
  20. Maximilian Carl Emil Weber (Erfurt, 21 de abril de 1864-Múnich, 14 de junio de 1920) fue un filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.
  21. Pierre-Félix Bourdieu (Denguin, 1 de agosto de 1930 – París, 23 de enero de 2002) fue uno de los más destacados representantes de la sociología contemporánea. Logró reflexionar sobre la sociedad, introdujo o rescató baterías de conceptos e investigó en forma sistemática lo que suele parecer trivial como parte de nuestra cotidianidad. Algunos conceptos claves de su teoría son los de "habitus", "campo social", "capital simbólico" o "instituciones". Al final de su vida se convirtió, por su compromiso público, en uno de los principales actores de la vida intelectual francesa. Su pensamiento ha ejercido una influencia considerable en la conciencia humana y social, en especial de la sociología francesa de posguerra. Caracterizó su modelo sociológico como "constructivismo estructuralista"; la problemática constructivista tiende a descifrar las realidades sociales como construcciones históricas cotidianas de actores colectivos e individuales que se sustraen del control de estos actores. Su sociología reveladora ha tenido críticos que lo acusan de una particular visión determinista de lo social.
  22. Niklas Luhmann (Luneburgo, Baja Sajonia, 8 de diciembre de 1927-Oerlinghausen, Renania del Norte-Westfalia, 6 de noviembre de 1998) fue un sociólogo alemán reconocido a nivel académico por su formulación de la teoría general de los sistemas sociales. También es uno de los máximos exponentes del uso de la metodología Zettelkasten.
  23. La lógica de Max Weber se califica de comprensiva porque parte de un enfoque distinto al de las ciencias naturales: su objetivo no es explicar el comportamiento humano como un fenómeno mecánico, sino comprender el sentido que los actores le atribuyen a sus acciones. En lugar de buscar leyes generales universales (como hace, por ejemplo, la teoría del intercambio de Homans), Weber propone que la sociología debe entender (verstehen) la acción desde el punto de vista del actor, es decir, interpretar las motivaciones, fines, creencias y valores que mueven a las personas a actuar. Esto implica una lógica diferente, no menos rigurosa, pero sí más hermenéutica que causal. En lugar de decir “X causa Y”, Weber diría: “El sujeto hace Y porque para él Y tiene un sentido, y ese sentido está vinculado con una estructura de valores, creencias y fines.”

 

Bibligrafía

Deaño Alfredo (2023). Introducción a la lógica formal. Alianza Editorial

Cuena José (1985). Lógica Informática. Alianza Editorial

Pilar Castrillo y Amparo Diez (2008). Formas lógicas. UNED

Chalmers Alan F. (2009). ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?. Editorial Siglo XXI

Barajas Juan Carlos (2024). La teoría del intercambio I: Homans. Sociología Divertida

Barajas Juan Carlos (2015). De Cuando la Sociología Daba sus Primeros Pasos II: Alemania. Sociología Divertida

Barajas Juan Carlos (2024). Pierre Bourdieu: estratificación y personalidad. Sociología Divertida

Barajas Juan Carlos (2023). La teoría general de sistemas y la sociología III: Niklas Luhmann. Sociología Divertida


¿Qué es la lógica? ¿Hay una lógica sociológica? © 2025 by Juan Carlos Barajas is licensed under CC BY-NC-SA 4.0