La etnometodología: Harold Garfinkel

 

Harold Garfinkel
Harold Garfinkel

 

Resumen

Este artículo describe qué es la etnometodología, sus características básicas, las distintas variantes que conforman esta escuela sociológica, su actividad empírica, las críticas que la etnometodología realiza sobre la sociología tradicional y, al revés, las que realiza la sociología tradicional sobre la etnometodología y, por último, a pesar de que se trata de un enfoque microsociológico se describe los intentos de integrar la etnometodología con la macrosociología.

Abstract

This article describes what ethnomethodology is, its basic characteristics, the different variants that make up this sociological school, its empirical activity, the criticisms that ethnomethodology makes of traditional sociology and, conversely, those that traditional sociology makes of ethnomethodology and, finally, although it is a microsociological approach, it describes the attempts to integrate ethnomethodology with macrosociology.

Índice

 

Definición

En una primera aproximación podríamos decir que la etnometodología se refiere a los métodos que las personas usan diariamente en todos los aspectos de su vida, éstos constituyen el razonamiento práctico que siguen para levantarse todas las mañanas, realizar todas las actividades y vivir. Si la fenomenología de Schütz (1) se ocupa de lo que piensa la gente, la etnometodología se ocupa de lo que la gente hace.

Los etnometodólogos piensan que los actores son reflexivos, es más, critican a los funcionalistas y a los marxistas estructurales por considerar al actor como un imbécil desprovisto de juicio bamboleado por los vientos sociales sin saber qué hacer. Eso sí, reconocen que la racionalidad es limitada, que en su acción cotidiana las personas suelen actuar de manera más bien rutinaria e irreflexiva, que acuden a recetas – los etnométodos – que simplifican la acción cotidiana.

Según John Heritage (2), la etnometodología es “el cuerpo de conocimiento de sentido común y de la gama de procedimientos, los etnométodos, por medio de los cuales las personas comunes y corrientes dan sentido a las circunstancias en las que se encuentran, hallan el camino a seguir en esas circunstancias y actúan en consecuencia”.

Harold Garfinkel (3), el fundador del enfoque etnometodológico, considera – como en su tiempo hizo Durkheim (4) – que los hechos sociales son el fenómeno sociológico fundamental, pero si para Durkheim son externos, coercitivos para los individuos y están en el ámbito macro de la sociología, para Garfinkel, el individuo es el protagonista y constructor de los mismos y existen en el nivel micro.

En definitiva, Garfinkel se asoma a los hechos sociales con la visión contraria a la de Durkheim, de abajo a arriba, para él son el resultado del esfuerzo concertado de las personas en su vida cotidiana que sumados conforman el logro práctico constante que constituye el orden social.

Características básicas

Para Garfinkel, en todas las sociedades, las personas no pueden evitar el uso de estos procedimientos prácticos – los etnométodos – en su vida cotidiana. Los etnométodos podrán variar entre sociedades, pero su función no; por ejemplo, la forma de saludar difiere, pero todas las personas usan una forma de saludo. Por tanto, su uso es universal e ineludible.

Otra propiedad de los etnométodos según Garfinkel es que son “reflexivamente explicables”. Volviendo al ejemplo del saludo, cuando dos personas se saludan, no son conscientes del esfuerzo reflexivo que están realizando, pues es un acto cotidiano, sin embargo, si hay algo mínimamente fuera de la normalidad de ese acto, como que uno de los actores no devuelve el saludo o es más seco de lo normal, el otro se esfuerza por explicar la respuesta inadecuada y piensa: “tiene un mal día” o “no me habrá oído”.

La reflexividad es esa tarea de explicación de la realidad de la interacción social de las dos personas que se cruzan en la calle pero que, en términos agregados, es el proceso en el que estamos todos implicados para crear la realidad social completa mediante nuestros pensamientos y nuestras acciones.

Para los etnometodólogos el orden de la sociedad no se deriva tan sólo de la conformidad a las normas; al menos en parte, se deriva también de la reflexividad de las personas, de cómo el actor examina sus opciones ante sus interacciones, de cómo anticipa las reacciones de los demás para responder a su vez con una u otra conducta.

Esa explicación continua del mundo social que nos rodea es de vital importancia para los etnometodólogos, por lo que prestan mucha atención al análisis de las explicaciones de las personas, incluyendo el estudio de los modos en los que ofrecen, aceptan y rechazan dichas explicaciones. Ahí radica el enorme interés que esta escuela sociológica ha concedido al análisis conversacional.

En este análisis de las explicaciones, el etnometodólogo adopta una postura de no interferencia, de no juzgar el sentido de las mismas, sino que analizan su función práctica y su uso, es lo que llaman indiferencia etnometodológica.

Los etnometodólogos toman prestado de la lingüística el concepto de indexicalidad. Las frases tienen significados diferentes dependiendo del contexto en el que se pronuncien, la palabra “calor” pueden tener significados diferentes en un día soleado, en una fundición o en la piel de un enfermo infeccioso. La etnometodología aplica este concepto en el análisis de las explicaciones de los individuos, estas deben interpretarse en su contexto particular y procurar durante la investigación no influir sobre los sujetos con ideas propias.

Otro concepto que usa la etnometodología es el principio etcétera. El ser humano, en general, tiene la tendencia a reconstruir los aspectos difusos de una situación, ante un escenario en el que se presentan aspectos incompletos los actores rellenan los vacíos para que la interacción pueda continuar, con la esperanza de que posteriormente se puedan conocer.

Por último, los etnometodólogos se fijan en las distintas formas de lenguaje que se emplean en la interacción social. No sólo el lenguaje oral, sino también el corporal y gestual o la forma en que los actores se interrumpen o cambian los turnos de expresión. Todo esto se estudia dentro del análisis conversacional.

Con todo este arsenal conceptual los etnometodólogos han realizado un trabajo empírico muy importante durante tres décadas, aportando explicaciones muy detalladas de muchos procesos microsociales.

Variantes de la etnometodología

La primera vez que la teoría de Garfinkel apareció sistematizada fue en 1967, en su libro Studies in Ethnomethodology aunque ya llevaba desde finales de los años cuarenta practicando la etnometodología. Estos primeros estudios etnometodológicos se centraron en ambientes no institucionalizados y espacios tales como el hogar o la vida cotidiana.

Más tarde, se amplió el foco de las investigaciones a entornos institucionales como la ciencia, los hospitales, los juzgados, los departamentos de policía.  Y, por otro lado, hubo una corriente muy importante de etnometodólogos que se dedicaron al análisis conversacional.

La etnometodología institucional no estudia los procedimientos o las normas para explicar lo que ocurre realmente en las instituciones sino que se ocupa de sus procedimientos prácticos cotidianos, piensan que los procedimientos externos no son adecuados para la explicación pues las personas no los emplean directamente para su trabajo diario, como mínimo los adaptan a sus necesidades y como máximo pueden llegar a no hacerles ni puñetero caso si están en contra de su sentido práctico desarrollado por su experiencia diaria.

Respecto al análisis conversacional, en palabras de Zimmerman (5), pretende el estudio y la comprensión de las estructuras fundamentales de la interacción social a través de la conversación. La conversación, siempre según el mismo autor, presenta tres propiedades básicas para cumplir este objetivo.

En primer lugar, se trata de una actividad interactiva, probablemente la más común entre las personas; en segundo término, presentan propiedades estables y ordenadas y, por último, tienen un orden secuencial e interno, fuera de constricciones externas.

Zimmerman también nos señala los cinco principios que debe seguir un buen análisis conversacional. En primer lugar, se debe realizar un análisis exhaustivo de los datos de las conversaciones, de las palabras por supuesto, pero también de las conductas no verbales consideradas como recursos metódicos de los actores para poder conversar.

En segundo lugar, está el estudio del orden conversacional, los actores sociales siguen un orden secuencial en todos los detalles pequeños de la conversación.

En tercer término, el estudio ha de realizarse como si las conversaciones fueran autónomas, separándolas del contexto y con independencia de los procesos cognitivos de los actores.

Por último, el orden secuencial de las conversaciones se mantiene mediante turnos o mediante una base local. Es necesario el estudio de cómo se establecen los turnos u otros métodos prácticos que los actores usan para marcar quién está en uso de la palabra.

Para realizar todos estos análisis los etnometodólogos se apoyan en el uso de vídeo y audio, sin intervención en el discurso natural de las conversaciones, el etnometodólogo no impone la conversación, la deja fluir.

Experimentos etnometodológicos

La etnometodología es una escuela con una dimensión empírica muy importante, según Ritzer (6) las teorías etnometodológicas derivan de los estudios empíricos, por lo tanto, para entenderla mejor es bueno que nos paremos un momento en describir alguno de los experimentos más comunes realizados por los etnometodólogos.

Los experimentos de ruptura consisten en interrumpir los procesos normales que siguen los actores en su vida para poder estudiar cómo reconstruyen su mundo cotidiano roto temporalmente. Por ejemplo, Garfinkel pidió a sus alumnos que se comportaran en casa como huéspedes en vez de miembros de su familia. Esta impostura artificial provocó muchos problemas familiares, desde el pasmo inicial al desconcierto, la ansiedad, la preocupación por su conducta, la indignación y reacciones airadas. La mayoría de las familias recupero la armonía cuando explicaron que era un experimento, pero en algunos casos los sentimientos negativos persistieron.

En los experimentos de realización de género. En los años de la década de 1950, los etnometodólogos fueron pioneros en el estudio de la naturaleza social del género. Se dieron cuenta de que no basta con nacer con un sexo determinado, sino que se deben aprender y usar rutinariamente las prácticas que nos definen como hombres o mujeres para llegar a serlo en sentido sociológico.

Algo tan sencillo como dar un paseo fue también objeto de estudio, los estudios de realización de un paseo son investigaciones acerca de las rutinas metódicas que se emplean para esta actividad, no solo es el acto de caminar, lo hacemos según sistemas preconcebidos, debemos caminar en concierto con otras personas que andan a la par o que caminan hacia nosotros. Caminar es una realización concertada de los miembros de la comunidad que actúa bajo un patrón colectivo.

Quién no acabe de verlo es porque no ha paseado una tarde de fiesta por la calle Santa Clara de la bella ciudad de Zamora. Santa Clara es una calle peatonal dónde va a pasear todo Zamora que, como ciudad pequeña que es, hay mucho conocimiento de la vida de los demás. Con un poco de observación puedes distinguir las distintas formas de saludar, hacer corros, pararse, controlar los ritmos del paseo, organizarse por clases, el saludo del jefe al subordinado, los excompañeros de colegio, los exnovios… Es un microcosmos muy formativo y curioso.

Otro campo de investigación es el de las llamadas telefónicas, que es un tipo de conversación un tanto especial en el que los interlocutores no se ven y, sin embargo, tienen que reconocerse mutuamente. Hay, por tanto, un elemento de las conversaciones telefónicas que no existe en las conversaciones cara a cara: la secuencia en la que las partes, sin tener contacto visual, se identifican y reconocen.

Caso particular es el de las llamadas telefónicas de urgencia a centros de atención de emergencias en las que las secuencias de salutación se reducen, son directas. Están organizadas de manera que se proporcione la máxima información al que responde, que se ve en la tesitura de ayudar, en general profesionalmente, al que llama. Además, en estas ocasiones, no hace falta tener una secuencia de reconocimiento mutuo, aunque el profesional, para acercarse al que llama suele preguntarle su nombre y pone en práctica métodos para tranquilizar a su interlocutor.

Incitación a la risa. La risa no es espontánea, se provoca en la conversación mediante métodos estructurales básicos como reírse al final o mitad de una expresión. Los etnometodólogos no investigaron en su momento los programas de mensajería instantánea porque entonces no existían, pero lo cierto es que estos métodos se utilizan también en conversaciones mediante Whatsapp o Telegram mediante el uso de emoticonos, pegatinas o directamente risas escritas.

También han estudiado qué pasa cuando el interlocutor rechaza la invitación a reír. Normalmente se recurre al tópico para rellenar silencios y pasar el mal trago.

Cuando la conversación se produce entre varios se complica un poco la cosa. En estos casos el hablante no es el primero en reír, sino que espera a que algún otro ría primero y provoque la risa de los demás. El hecho de que haya muchas otras personas que pueden reír primero significa que el hablante puede asumir mejor el riesgo de no tomar la iniciativa de ser el primero en reír y, de esta manera, queda todo más natural y menos dirigido.

Heritage realizó un estudio en el Reino Unido sobre la provocación del aplauso en los discursos políticos e identificaron los mecanismos retóricos que se usaban en estos casos. El énfasis y el gesto comunican a la audiencia el momento oportuno para empezar el aplauso, un aviso de terminación de una frase hace que la audiencia empiece a aplaudir más o menos al mismo tiempo. Heritage y sus colaboradores identificaron siete mecanismos retóricos básicos; como por ejemplo el contraste entre dos ideas opuestas (“se gasta mucho en guerra y poco en la paz”), la lista de ideas (generalmente tres, no vaya a ser que el público se canse) anticipando con un “por último” o un “en tercer lugar” el final y, por tanto, el comienzo del aplauso, o bien, proporcionar al público un problema y dar a continuación una solución. De todas estas fórmulas la más efectiva es la del contraste que provoca la cuarta parte de los aplausos del público.

Críticas de la etnometodología a la sociología tradicional

La primera crítica tiene que ver con el principio básico de la etnometodología y es que la sociología tradicional presta poca atención al mundo de lo cotidiano. Pensando en las grandes explicaciones sociales han perdido el concepto real de lo social, persiguiendo hacer ciencia social se han separado de lo social.

Siguiendo por la misma línea argumental, los etnometodólogos sostienen que esa distorsión se ha acrecentado con la confianza que la sociología tradicional ha puesto en las técnicas científicas y en el análisis estadístico de los datos, técnicas -siempre según la opinión de estos autores – que no reflejan fielmente el mundo social, ya que se aceptan incondicionalmente las descripciones de los fenómenos expresadas por los entrevistados, en vez de estudiar el fenómeno en sí mismo. De esta manera, la descripción de una situación se acepta a menudo como la definición de la misma y no como una mera opinión.

Los sociólogos explican el funcionamiento social en base a reglas, normas, valores y constricciones sociales, es decir, están marcados por un enfoque normativo. En cambio, los etnometodólogos afirman que no son las reglas sino el uso que hacen las personas de las normas lo que debe ser investigado y explicado, es decir, hay que ir hacia un enfoque interpretativo.

En general, los etnometodólogos afirman que los sociólogos tienden cada vez más abstracciones del mundo social alejadas de la realidad de la vida cotidiana.

Críticas a la etnometodología

Dos son las críticas principales que se realizan a la etnometodología. En primer lugar, a los etnometodólogos se les acusa de trivialidad, para muchos sociólogos, la etnometodología se centra en cuestiones triviales e ignora los hechos sociales trascendentales y los problemas a los que se enfrentan las sociedades actuales. Dicho de un modo más claro, viendo cómo pasea la gente por calle Santa Clara de Zamora no permite identificar los mecanismos que producen la desigualdad o, por lo menos, constituye un camino muy largo e indirecto para hacerlo.

La segunda crítica es que se centran en las estructuras del discurso en vez de los procesos conscientes. Ignoran las causas y las motivaciones internas que mueven al actor a actuar, autolimitándose a ser conductista y empirista, yendo en la dirección contraria a la que marcan sus principios básicos, incluso al deseo de no tratar al actor como un imbécil sin libre albedrío.

En mi opinión, ni se puede despreciar todo el trabajo etnometodológico, en especial, en el ámbito microsociológico como algo trivial, ni se pueden asumir ciertas críticas etnometodológicas acerca de la idoneidad de la estadística y demás técnicas de investigación social. Haríamos bien los sociólogos haciendo de nuestra ciencia una disciplina un poco más acumulativa.

Intentos macrosociológicos en la etnometodología

Por último, vamos a tocar este asunto de la relación macro-micro que – como saben los lectores – a mí me preocupa especialmente.

La etnometodología es esencialmente un enfoque microsociológico pero ha habido intentos de establecer un nexo teórico con el estudio de las grandes estructuras sociales. A tal efecto, algunos etnometodólogos han sugerido una vuelta a los temas clásicos de la sociología para entender los procesos de razonamiento práctico cotidiano en grandes contextos sociales, lo que Pollner (7) denomina razón mundana.

De esta forma Anthony Giddens (8) ha intentado integrar ideas etnometodológicas en su teoría de la estructuración, se han hecho reflexiones que compatibilizan la etnometodología y la teoría marxista y Boden (9) ha afirmado que los estudios etnometodológicos tienen una aplicación también en el ámbito de las macroestructuras. Ritzer afirma que hay alguna esperanza depositada en que los estudios sobre instituciones que realizan en la actualidad los etnometodólogos arrojen luz sobre las macroestructuras y su relación con los fenómenos micro.

Juan Carlos Barajas Martínez

Sociólogo

Notas

  1. Alfred Schütz (13 de abril de 1899 - 20 de mayo de 1959) sociólogo y filósofo austriaco, de origen judío, introductor de la fenomenología en las ciencias sociales. Nació en Viena, donde estudió leyes y economía con, entre otros, Hayek y Von Mises. Exiliado desde 1933, llegó en 1939 a Estados Unidos, donde, pudo integrarse en la Nueva Escuela de Investigación Social de Nueva York. Se inspiró, entre otros, en Henri Bergson, en la escuela austríaca de economía y en el pensamiento de Edmund Husserl de quien fue discípulo directo. En 1932 publicó su primera obra "Der Sinnhafte Aufbau der sozialen Welt" en la que pretendió dotar de fundamento filosófico a la perspectiva metodológica y las categorías sociológicas básicas de Max Weber. Su pensamiento encontró nuevas potencialidades a través de su diálogo intelectual con autores anteriores de orientación pragmatista como George Herbert Mead o John Dewey. Su obra, poco conocida, ha impactado en la teoría sociológica contemporánea a partir de los trabajos de Berger y Luckmann, así como del enfoque etnometodológico de Garfinkel.
  2. John Heritage (nacido el 10 de julio de 1946) es profesor de Sociología en la Universidad de California en Los Ángeles. Es una de las figuras clave en el enfoque conocido como análisis de conversación.
  3. Harold Garfinkel (Newark, Nueva Jersey, 1917- 2011) era un Profesor emérito de sociología en la Universidad de California, Los Ángeles. Garfinkel es uno de los promotores clave de la tradición fenomenológica en la sociología estadounidense. Su propio desarrollo de esta tradición (que él calificaba de etnometodología) es ampliamente incomprendida. En contraste con la versión construccionista social de la sociología fenomenológica, él se centraba en una fenomenología empírica radical, en lugar de en las formas en que son interpretadas. Su recomendación acerca de que los sociólogos dejaran de asumir el orden social es a menudo erróneamente interpretada como creencia de que la vida social es caótica, o que los miembros de la sociedad actúan como agentes libres. Sin embargo, esta suspensión (poniendo entre paréntesis en la jerga fenomenológica) es simplemente un movimiento analítico diseñado para atraer al orden social existente más claramente en su objetivo. Él enfatizaba la indexicalidad del lenguaje y las dificultades que esto crea para la producción de informes objetivos sobre el fenómeno social. Esto significa que esos informes son reflexivos al entorno en el que son producidos (dependen de ese entorno para su significado o sentido).
  4. Émile Durkheim (Épinal, Francia, 15 de abril de 1858 – París, 15 de noviembre de 1917) fue un sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y, junto con Karl Marx y Max Weber, es considerado uno de los padres fundadores de dicha ciencia. Ver “De cuando la sociología daba sus primeros pasos” en este mismo blog.
  5. Carle Clark Zimmerman (10 de abril 1897 – 7 de febrero 1983) fue un sociólogo estadounidense miembro fundador del departamento de sociología de la Universidad de Harvard. Gran especialista en sociología rural.
  6. George Ritzer nació en 1940 en la ciudad de Nueva York, se graduó en sociología en la Escuela Superior de Ciencia del Bronx en 1958. En la actualidad es profesor de sociología de la Universidad de Maryland. Sus principales áreas de interés son la Teoría Sociológica y la Sociología del Consumo. Fue director de las secciones de Teoría Sociológica (1989-1990) y de Organizaciones y ocupaciones (1980-1981) de la Asociación Americana de Sociología.
  7. Melvin Pollner (1940-2007) fue profesor en el departamento de sociología de la Universidad de California en Los Ángeles. Estudió con Goffman, Garfinkel y Aaron Cicourel y formó parte del movimiento etnometodológico, su mayor aportación fue el análisis de cómo las personas crean un sentido de la vida en un mundo compartido subjetivo e intersubjetivo.
  8. Anthony Giddens (Londres, Inglaterra, 18 de enero de 1938) es un sociólogo inglés, reconocido por su teoría de la estructuración y su mirada holística de las sociedades modernas. También adquirió gran reconocimiento debido a su intento de renovación de la socialdemocracia a través de su teoría de la Tercera Vía. Es considerado como uno de los más prominentes contribuyentes modernos en el campo de la Sociología, es autor de al menos 34 libros publicados en no menos de 29 idiomas —publicando en promedio más de un libro por año—. También se lo ha descrito como el científico social inglés más conocido desde John Maynard Keynes.
  9. Sharon Boden es una investigadora asociada al departamento de sociología de la Universidad de Leicester. Su investigación se centra en la sociología del consumo, el comercio en la vida cotidiana y el movimiento ético de consumidores.

Bibliografía

Maynard, Douglas W., Teddy Elizabeth Weathersbee, Ethnometology, Encyclopedia of Sociology, Blackwell; Londres 2010

Perakyla, Anssi; Conversation Analysis, Encyclopedia of Sociology, Blackwell; Londres 2010

Ritzer, George: Teoría Sociológica Moderna, Mac Graw-Hill, Madrid 2003

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