El currículo oculto


Resumen

El concepto de currículo oculto aúna la sociología de la educación con el estudio de la estratificación social. El currículo oculto se refiere a las reglas, rutinas y estructuras no oficiales de las escuelas, a través de las cuales los estudiantes aprenden comportamientos, valores, creencias y actitudes. Según muchos sociólogos, esto sirve para mantener y justificar las estructuras de clase.

 

Abstract

The concept of the Hidden Curriculum brings together the sociology of education with the study of social stratification. The hidden curriculum refers to the unofficial rules, routines, and structures of schools through which students learn behaviors, values, beliefs, and attitudes. According to many sociologists, this serves to maintain and justify class structures.

Índice

  • Definición, origen y la teoría del consenso
  • La teoría del conflicto
  • El interaccionismo simbólico
  • La clase y la raza
  • El género
  • Conclusión

Definición

La palabra currículo, según la RAE, tiene tres acepciones. La primera es: “plan de estudios”, sin más. La segunda: “conjunto de estudios y prácticas destinadas a que el alumno desarrolle plenamente sus posibilidades”. Y la tercera: “curriculum vitae” o “currículum”.

El currículo oculto, un concepto de sociología de la educación, se refiere a las reglas, rutinas y estructuras no oficiales de las escuelas a través de las cuales los estudiantes aprenden comportamientos, valores, creencias y actitudes. Así que es currículo en el sentido de la segunda acepción de la RAE. Y es oculto porque sus elementos no aparecen en los objetivos escritos de las escuelas, planes de lecciones formales u objetivos de aprendizaje, aunque pueden reflejar valores sociales culturalmente dominantes e ideas sobre lo que las escuelas deben enseñar.

Si consideramos el contexto histórico, muchos aspectos que conforman el currículo oculto de control social fueron en su momento parte de la misión explícita de la educación. Este currículo solo se volvió "oculto" a medida que la discusión sobre la educación cambió a términos cada vez más individualistas y ciertas estructuras perdieron prestigio, por lo que hubo que esconderlas, sacándolas de los programas oficiales y evitando hablar de ellas.

La existencia del currículo oculto no es cuestionada por ninguna de las principales escuelas sociológicas; es algo que claramente existe en nuestras sociedades. Esto, de por sí, ya es un logro, ya que no suele ser habitual el consenso. Sin embargo, cada una de estas escuelas tiene algo que decir al respecto.

De los tres enfoques a los que solemos referirnos, y que el lector habitual de Sociología Divertida conoce bien, la orientación funcionalista (1) se interesa más en cómo los currículos ocultos contribuyen a la reproducción de sociedades unificadas. La perspectiva del conflicto (2), por su parte, se enfoca en la reproducción de sociedades estratificadas. Finalmente, el interaccionismo simbólico (3) se ocupa de explicar la existencia del currículo oculto en el contexto de la interacción social.

Dicho así, todo esto parece muy complicado, pero ahora veremos que no lo es tanto.

 

Origen del concepto y la teoría funcionalista del consenso

El funcionalismo propone que la educación, no olvidemos que se trata de un enfoque que destaca la estabilidad social, es una herramienta para mantener sociedades ordenadas y producir individuos adecuadamente socializados, es por esto por lo que los trabajos funcionalistas a menudo se recogen bajo la etiqueta de teoría del consenso.

La teoría del consenso describe a las escuelas como instituciones benignas que racionalmente clasifican y ordenan a los individuos para llenar posiciones de alto y bajo estatus, satisfaciendo la necesidad de la sociedad tanto de expertos como de trabajadores no cualificados.

Como concepto, el currículum oculto tiene sus raíces en "Educación y Sociología" (1922) y "Educación Moral" (1925) de Emile Durkheim (4). Durkheim -al que no se puede considerar como estrictamente funcionalista pero que sí podemos calificarle de precursor- concluyó que la sociedad no podría funcionar sin un alto grado de homogeneidad y que la educación, como una institución altamente regulada, podría proporcionar este nivel de similitud entre los individuos.

Basándose en el trabajo de Durkheim, Philip Jackson (5) en "La vida en las aulas" (1968) acuñó el término "currículum oculto". Junto con otros teóricos del consenso de ese período, señaló que las escuelas británicas y estadounidenses enseñan a los niños a sacrificar autonomía, control y atención a aquellos con más poder, reprimir su propia identidad personal y deseos, y aceptar la legitimidad de ser tratados como una categoría junto con otros. Dicho de una manera más directa, a hacer sociedades más dóciles.

Philip W. Jackson

La teoría del conflicto

Los teóricos del conflicto desarrollaron aún más los conceptos teóricos del currículo oculto. En general, argumentan que la educación sirve para preservar la estructura de clases sociales. Los primeros desafíos al enfoque funcionalista vinieron de teóricos neomarxistas, quienes sugirieron que la escolarización sirve a las demandas de las instituciones y grupos sociales más poderosos.

En su influyente trabajo "La escolarización en América capitalista"(1976), Samuel Bowles (6) y Herbert Gintis (7) sostuvieron que los estudiantes son educados de manera que los hace adecuados para diversos niveles de propiedad, autonomía y control en el sistema capitalista. Aprenden habilidades, desarrollan una conciencia e internalizan normas que se adaptan a su trabajo futuro.

Esta conexión entre las relaciones sociales de la vida escolar y las relaciones sociales de la producción fue etiquetada como el principio de correspondencia. Las teorías que se basan en el principio de correspondencia también se conocen como teorías de la reproducción, ya que explican cómo la educación reproduce las desigualdades sociales.

Sin embargo, las teorías de la reproducción enfrentaron críticas a principios de los años 80, cuando algunos teóricos del conflicto impulsaron una visión menos determinista del papel de la educación en el mantenimiento del sistema de clases. En "Aprendiendo a trabajar"(1981), Paul Willis (8) introdujo el concepto de resistencia a las teorías de la reproducción. Descubrió que los chicos de clase trabajadora inglesa en su estudio resistían tanto el currículum oficial como el oculto de sus escuelas secundarias. Aunque la resistencia tiene el efecto de canalizar a los chicos hacia una especie de nihilismo sistémico que los conduce hacia futuros de clase trabajadora.

La idea de resistencia suavizó el enfoque teórico rígido del currículum oculto. El concepto de resistencia permitió a los teóricos del conflicto ver el currículum oculto como discutible y quizás maleable.

 

El interaccionismo simbólico

Al igual que los teóricos del conflicto, los interaccionistas simbólicos ven la educación como un medio para clasificar a los estudiantes en posiciones sociales estratificadas según sus características asignadas. El enfoque interaccionista simbólico se centra en el nivel micro, y la sociología de la educación no es una excepción. Desde el punto de vista interaccionista, se analiza cómo las interacciones cara a cara en el aula contribuyen a la creación y mantenimiento de las desigualdades. Los interaccionistas simbólicos se interesan particularmente por cómo las dinámicas del aula generan ventajas y desventajas, y cómo estas interacciones académicas influyen en las personalidades, habilidades y comportamientos de los estudiantes.

El trabajo inicial dentro de la tradición interaccionista simbólica observó que ciertos estudiantes son etiquetados como "buenos aprendices" mientras que otros son considerados "problemáticos". Estas etiquetas a menudo se correlacionan con la raza, clase o género del estudiante. Independientemente de su nivel de habilidad previo, los estudiantes etiquetados negativamente tienden a rendir peor, mientras que aquellos etiquetados positivamente tienden a rendir mejor. Este proceso de etiquetado genera lo que el sociólogo funcionalista estadounidense Robert Merton (9) denominó la profecía autocumplida, es decir, una predicción o expectativa que, al ser creída, influye en el comportamiento de las personas de tal manera que provoca que dicha predicción se haga realidad. En este caso, los estudiantes internalizan las etiquetas asignadas y se comportan de manera coherente con ellas.

La clase y la raza

Más allá de las escuelas sociológicas principales, algunos académicos sostienen que los currículos ocultos llevan poderosos mensajes basados en la clase y la raza. Pierre Bourdieu (10) y Basil Bernstein (11), por ejemplo, sugieren que las escuelas crean entornos sociales que se ajustan mejor a los estudiantes de clase media y alta. A través del currículo oculto, los chicos reciben el mensaje de que los valores culturales, normas y actitudes de la clase media y alta son el patrón con el que se mide todo lo demás.

Las escuelas recompensan la conformidad con estas normas culturales y certifican ciertos métodos de aprendizaje como el estándar. Estos métodos de aprendizaje probablemente se ajustan mejor a los estilos de interacción de la clase media y alta, penalizando a los estudiantes de clase baja o trabajadora.

Los espacios físicos también pueden estar marcados por la clase, haciendo que algunos estudiantes se sientan más cómodos que otros. La demarcación del espacio es particularmente evidente en los niveles superiores de la escolarización: los entornos físicos en las instituciones que producen miembros de élite de la sociedad, como las escuelas de derecho o de medicina, a menudo están adaptados a las normas culturales y gustos de los privilegiados.

John Ogbu (12), antropólogo social afroamericano, se preocupó también por los efectos raciales del currículo oculto. En la medida en que el currículo oculto y formal está dirigido a la mayoría blanca, es posible que se fomente inadvertidamente una "cultura de oposición". Ogbu argumentó que las minorías raciales con una historia de esclavitud, conquista o colonización llegan a ver el éxito académico y la participación en la cultura dominante como una amenaza a la identidad y lealtad del grupo.

La cultura de oposición puede considerarse parte del currículo oculto, ya que las minorías raciales aprenden a través de la escuela que el éxito académico es "actuar como blanco". Nuevamente, como sucede con el concepto de resistencia visto anteriormente, la oposición del sector discriminado al programa oculto de las escuelas conduce directamente a destinos de clase trabajadora.

Sin embargo, la teoría de la cultura de oposición ha sido desafiada por Douglas Downey (13) y James Ainsworth Darnell (14), entre otros, quienes encuentran que las minorías valoran tanto o más el éxito académico que sus compañeros blancos y que la cultura de oposición es un fenómeno basado en la clase, no en la raza. En otras palabras, para estos autores, el concepto de resistencia de los teóricos del conflicto es el mismo fenómeno (con algunos matices) que la cultura de oposición de Ogbu.

 

El género

El currículo oculto también actúa en la construcción del género según el patrón de lo que se denomina desde la teoría queer (ver “La teoría queer” en este mismo blog) como heteronormatividad. Lo heteronormativo, según estos autores, es el seguimiento de los patrones masculinos y femeninos clásicos, así como la regulación de las relaciones interpersonales dentro de este patrón normativo, asociando la normalidad a la heterosexualidad.

La investigación sobre género y el currículo oculto ha indicado que la cultura de los compañeros es una de las formas más influyentes en las que se fomentan y perpetúan los comportamientos de género. Se entiende por cultura de compañeros la que surge entre el grupo de pares —muy importante en la socialización del individuo— que se forma en una clase, en el patio del colegio o en la calle de un barrio.

Por ejemplo, desde muy temprano, los niños también se segregan por género, manteniendo los límites de género a través de bromas románticas, como, por ejemplo, "Fulanito es novio de Menganita" estando ambos en el jardín de infancia.

Paul Willis  y el sociólogo estadounidense Michael W. Apple (15), en su libro “Ideología y currículo” (1979), indican que los niños alcanzan un alto estatus en las escuelas secundarias y preparatorias sobre la base de su habilidad atlética, inteligencia, dureza, habilidades sociales y éxito en las relaciones de género cruzado, mientras que las niñas ganan popularidad por el estatus socioeconómico de sus padres, su propia apariencia física y habilidades sociales. Estos valores también pueden transmitirse a través de actividades extracurriculares, destacando notablemente el mayor apoyo financiero dado a los deportes masculinos.

 

Conclusión

Como hemos visto, prácticamente no hay nadie en la sociología de la educación que dude de la existencia de un currículo oculto. Lo que existen son distintas aproximaciones al concepto, desde los funcionalistas (gente de orden) que lo consideran funcional y necesario, pasando por los teóricos de la sociología del conflicto (menos optimistas) que lo consideran un sistema ideológico de mantenimiento de la desigualdad, y llegando a los interaccionistas que aplican el concepto al nivel microsociológico, examinando las ventajas y desventajas para el individuo sin entrar demasiado en juicios de valor.

Pero ¿el currículo oculto se queda en el ámbito educativo? Los marcadores sociales como clase, raza y género no solo son evidentes dentro de los currículos ocultos de los sistemas educativos, sino que también reflejan formas de jerarquía y diferenciación que existen en otras instituciones sociales. Por ejemplo, la familia, la medicina, la religión y la economía se solapan y dan forma tanto al currículo formal como al informal de las escuelas.

 

Juan Carlos Barajas Martínez

Sociólogo

 

Notas

  1. Según el enfoque funcionalista una sociedad puede entenderse metafóricamente como un organismo vivo que se compone de distintos órganos o estructuras cada uno de ellos con una función o funciones necesarias para que el organismo social pueda vivir. La sociedad es un sistema complejo cuyas partes “encajan” entre sí produciendo un equilibrio o estabilidad social. Para la corriente principal del funcionalismo nuestras vidas están orientadas según la dirección que marcan ciertas estructuras sociales, entendiéndose por éstas pautas relativamente estables de relaciones sociales, por ejemplo, las relaciones familiares, las conductas ritualizadas, y otras, que implican comportamientos relativamente estables y predecibles. Así para Talcott Parsons, el máximo representante de este paradigma, la sociedad tiende al equilibrio y a la estabilidad. Pero para que puedan permanecer en el tiempo, las sociedades deben cumplir una serie de requisitos que denominó prerrequisitos funcionales como la adaptación al entorno, la satisfacción de los objetivos o la cohesión social entre otros.
  2. Teoría del conflicto. En este paradigma se agrupan las teorías sociológicas que analizan a la sociedad desde el punto de vista de la desigualdad, el conflicto y el cambio social. Se resaltan las relaciones de dominación que enfrentan a las diferentes categorías de personas y, en el ámbito internacional, a los conflictos entre distintas sociedades que compiten entre sí. Se analizan también las estrategias que emplean los dominadores para mantener su posición y de los dominados para intentar mejorar su situación.
  3. El Interaccionismo Simbólico, cuyo máximo exponente es el filósofo norteamericano George Herbert Mead. Las reflexiones de Mead se centraron en explicar cómo las personas van construyendo su propia identidad y definiéndose a si mismas a través de sus experiencias sociales. Para este enfoque la sociedad es el resultado de las interacciones cotidianas de las personas, que van dotando de significado al mundo social que les rodea. Por supuesto no hay garantías de que este proceso de interacción continua haga que las personas terminen imputando los mismos significados al entorno en el que viven y, así, aún reaccionado de la misma manera, un policía puede hacer sentirse seguro a un individuo y nervioso a otro. De modo que la sociedad sería un mosaico de definiciones subjetivas y reacciones variadas.
  4. Émile Durkheim (Épinal, Francia, 15 de abril de 1858 – París, 15 de noviembre de 1917) fue un sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y, junto con Karl Marx y Max Weber, es considerado uno de los padres fundadores de dicha ciencia. Ver “De cuando la sociología daba sus primeros pasos” en este mismo blog.
  5. Philip Wesley Jackson (2 de diciembre de 1928, en Vineland - 21 de julio de 2015, en Chicago) fue un pedagogo estadounidense, profesor emérito de la Universidad de Chicago. Durante su carrera, también fue presidente de la Asociación Americana de Investigación Educativa y de la Sociedad John Dewey. Acuñó la frase "currículo oculto" en su libro de 1968 titulado La vida en las aulas, en una sección sobre la necesidad de que los estudiantes dominen las expectativas institucionales de la escuela.
  6. Samuel Bowles (nacido en 1939) es un economista estadounidense y profesor emérito de la Universidad de Massachusetts Amherst, donde continúa enseñando cursos de microeconomía y la teoría de las instituciones. Su obra pertenece al pensamiento neo-marxista también llamado post-marxista, sin embargo, su perspectiva sobre la economía es ecléctica y se basa en varias escuelas de pensamiento, incluyendo lo que él (y otros) se refieren como economía post-Walrasiana.
  7. Herbert Gintis (Filadelfia, Pensilvania, 11 de febrero de 1940-Northampton, Massachusetts, 5 de enero de 2023)1 fue un científico del comportamiento, educador y escritor norteamericano. Destacó en el campo de economía por sus ideas sobre el altruismo, la cooperación, la teoría del juego epistémico, coevolución gen-cultura, los salarios de eficiencia, la reciprocidad fuerte, y la teoría de capital humano. Gintis también escribió extensamente sobre comportamiento, evolución, y teoría de juegos.
  8. Paul Willis (nacido en 1945) es un científico social británico conocido por su trabajo en sociología y estudios culturales. La obra de Paul Willis es muy leída en los campos de la sociología, la antropología y la educación, y su trabajo hace hincapié en la cultura del consumo, la socialización, la música y la cultura popular. Nació en Wolverhampton[1] y se formó en la Universidad de Cambridge y en la de Birmingham. Trabajó en el Centre for Contemporary Cultural Studies y posteriormente en la Universidad de Wolverhampton. Fue catedrático de Etnografía Social/Cultural en la Universidad de Keele. En otoño de 2010 dejó la Universidad de Keele y ahora es profesor en la Universidad de Princeton.
  9. nacido Meyer Robert Schkolnick (Filadelfia, 4 de julio de 1910 - Nueva York, 23 de febrero de 2003) fue un sociólogo estadounidense. Es padre del Premio Nobel de Economía Robert C. Merton. Padre de la teoría de las funciones manifiestas y latentes, y autor de obras como El análisis estructural en la Sociología (1975), Merton es uno de los clásicos de la escuela estadounidense de esta disciplina. También fue importante su labor en el campo de la sociología de la Ciencia.
  10. Pierre-Félix Bourdieu  (Denguin, 1 de agosto de 1930 – París, 23 de enero de 2002) fue uno de los más destacados representantes de la sociología contemporánea. Logró reflexionar sobre la sociedad, introdujo o rescató baterías de conceptos e investigó en forma sistemática lo que suele parecer trivial como parte de nuestra cotidianidad. Algunos conceptos claves de su teoría son los de "habitus", "campo social", "capital simbólico" o "instituciones". Al final de su vida se convirtió, por su compromiso público, en uno de los principales actores de la vida intelectual francesa. Su pensamiento ha ejercido una influencia considerable en la conciencia humana y social, en especial de la sociología francesa de posguerra. Caracterizó su modelo sociológico como "constructivismo estructuralista"; la problemática constructivista tiende a descifrar las realidades sociales como construcciones históricas cotidianas de actores colectivos e individuales que se sustraen del control de estos actores. Su sociología reveladora ha tenido críticos que lo acusan de una particular visión determinista de lo social.
  11.  Basil Bernstein (Londres, 1 de noviembre de 1924 - Londres, 24 de septiembre de 2000) fue un sociólogo y lingüista británico, conocido por sus aportaciones a la Sociología de la educación.
  12. John Uzo Ogbu (9 de mayo de 1939 - 20 de agosto de 2003) fue un antropólogo y profesor nigeriano-estadounidense conocido por sus teorías sobre los fenómenos observados en relación con la raza y la inteligencia, especialmente sobre cómo las diferencias raciales y étnicas influyen en los logros educativos y económicos. También llegó a la conclusión de que algunos estudiantes obtenían malos resultados porque entre sus compañeros se consideraba que un alto rendimiento era "actuar como blancos". Ogbu también participó en la polémica de 1996 en torno al uso del inglés vernáculo afroamericano en las escuelas públicas de Oakland (California). El libro de 2000 Eminent Educators: Studies in Intellectual Influence se centra en él como uno de los "cuatro gigantes intelectuales del siglo XX".
  13. Douglas Downey es profesor y director de estudios del departamento de sociología de la Universidad Estatal de Ohio. Es especialista en estratificación social, familia y tecnología.James W. Ainsworth-Darnell es profesor del departamento de sociología de la Universidad Estatal de Ohio
  14. Michael W. Apple (n. 1942) es un pedagogo y sociólogo de la educación estadounidense. Es profesor John Bascom de Currículum e Instrucción y Estudio de Políticas Educativas en la Universidad de Wisconsin-Madison. Fue profesor de Educación Primaria y Secundaria en Nueva Jersey y presidente del sindicato docente. Su obra ha sido de gran influencia en el área de la Pedagogía Crítica, los estudios sobre ideología y currículum y el desarrollo de escuelas democráticas. Es un autor muy crítico con los principios de la educación neoliberal y la utilización de los cheques escolares.

Bibliografía

Hamilton L. y Powell B (2009). Hidden curriculum. The Blackwell Encyclopedia of Sociology, Blackwell Publishing

Ainsworth-Darnell, J.W. Downey, D. B. (1998). Assessing the oppositional culture explanation for racial/ethnic differences in school performance. American Sociological Review, 63(4), 536–553. https://doi.org/10.2307/2657266