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La teoría del intercambio I: Homans

 

George Homans

Resumen

La teoría del intercambio social es un enfoque influyente para el estudio de la sociedad que ha generado mucha investigación reciente. Desde la perspectiva de la teoría del intercambio, la sociedad puede caracterizarse como un sistema de intercambio en el que la interacción social consiste en el comercio de recursos valiosos. Los recursos intercambiados pueden incluir cualquier combinación de bienes consumibles, dinero, afecto, atención, y quizás lo más básico, información. Surge a finales de los años ’50 con la publicación de George Homans (1) “La conducta social como intercambio”, para ser luego completada por autores posteriores como Peter Blau(2).

En este artículo vamos a ocuparnos de la aproximación de Homans para, en posteriores textos, estudiar a Blau y otros que continuaron con el enfoque.

 

Abstract

Exchange theory is an influential approach to the study of society that has generated much recent research. From the perspective of exchange theory, society can be characterized as an exchange system in which social interaction consists of the trade of valuable resources. The resources exchanged may include any combination of consumable goods, money, affection, attention, and perhaps most fundamentally, information. It emerged in the late 1950s with the publication of George Homans' (1) "Social Behavior as Exchange” and was later expanded by subsequent authors like Peter Blau (2).

In this article, we will focus on Homans' approach, and in later texts, we will study Blau and others who continued with this perspective.

Índice

Orígenes de la teoría de Homans

Núcleo de la teoría

Proposiciones de Homans

Críticas a Homans

 

Orígenes de la teoría de Homans

La teoría de Homans se basa en tres aspectos. En primer lugar, en el conductismo de Skinner (3) y, en menor medida, en el utilitarismo económico. En tercer lugar, surge como reacción al funcionalismo estructural de Parsons (4).

Cuando Homans analizó numerosos datos procedentes de estudios sociológicos de pequeños grupos y estudios antropológicos de sociedades primitivas, comenzó a vislumbrar que el conductismo de Skinner era válido para explicar las interrelaciones entre personas, lo que representaba una alternativa para el desarrollo inductivo de teorías sociológicas. Homans deseaba alejarse del enfoque cultural y estructural de Parsons y concentrarse en las personas y su conducta.

La idea básica de Homans era que el núcleo de la sociología estaba en la conducta y la interacción individual, no en las grandes estructuras e instituciones que preocupaban a la mayoría de los sociólogos. Se concentró en las pautas de refuerzo y el balance entre el costo de las acciones y su beneficio. Llegó a la conclusión de que las personas continuaban haciendo lo que había obtenido recompensa en el pasado y dejaban de hacer lo que había resultado fallido o costoso.
Como su nombre indica, la teoría del intercambio se ocupa no solo de la conducta individual, sino también de la interacción entre las personas (lo que se ha llamado interacción social), que entraña un intercambio de recompensas y costos. La premisa es que las interacciones continuarán mientras exista un intercambio de recompensas.

La teoría del intercambio ha generado mucha discusión, tanto a favor como en contra. Blau, Emerson (5) y otros criticaron ciertos aspectos y reformularon la teoría, ampliándola.

Núcleo de la teoría

El núcleo de la teoría de Homans tiene una formalización lógica que pocas teorías sociológicas poseen. Está formado por un conjunto de proposiciones fundamentales basadas en principios de la psicología conductista (6). Son proposiciones acerca de la conducta de los seres humanos como individuos, más que proposiciones acerca de grupos o sociedades completas. 

Homans admitió que aplicaba un reduccionismo psicológico, entendido como el proceso de mostrar cómo las proposiciones de la sociología se deducen de forma lógica de las proposiciones más generales de la psicología. 

Este proceso reduccionista (aquí esta palabra no tiene un significado peyorativo) lo justificaba porque, aunque los principios psicológicos son individuales, el ser humano es un ser social; se dedica a interactuar continuamente con otras personas, es decir, con otras conductas individuales. De manera que era posible explicar la conducta social en términos de las conductas individuales que, a su vez, eran explicadas por la psicología del conductismo. 

El mejor ejemplo, para Homans, de todo esto que estamos diciendo es la norma social. La norma social constriñe el comportamiento acotado por los límites que establece dicha norma, pero no lo hace de manera automática. Los individuos la aprueban cuando lo hacen, porque juzgan ventajoso aprobarla; es la psicología la que se ocupa del efecto sobre la conducta de la ventaja percibida. 

La conducta social, por tanto, la concibe como un intercambio de actividad, tangible o intangible, y más o menos gratificante o costosa entre, al menos, dos personas. 

Al igual que Durkheim (7) buscaba las formas elementales de la religión (estudiando lo sagrado y lo profano y no las religiones complejas), Homans se propuso desarrollar una teoría basada en las formas elementales de la vida social (separando de su estudio a las estructuras sociales). 

Homans se limitó a la interacción social cotidiana. Sin embargo, creía que una sociología derivada de sus proposiciones (basadas en el conductismo y el balance entre el coste y el beneficio de las acciones) explicaría, al final, toda conducta social.

 

Proposiciones de Homans

1º Proposición del éxito

Cuanto más sea recompensada la acción de una persona, tanto es más probable es que lleve a cabo esa acción.

La proposición del éxito se puede dividir en tres partes: en primer lugar, la acción de la persona; en segundo término, un resultado favorable que produce una recompensa; y, por último, una repetición de la acción (al menos en sus aspectos más importantes) en un momento posterior.

Para Homans, existen algunas restricciones a la repetición del comportamiento. La primera restricción es que el aumento de las recompensas conduce al aumento de la frecuencia de las acciones, pero esto no puede suceder indefinidamente. Llega un momento en que los individuos no pueden actuar con tanta frecuencia.

La segunda es que, cuanto más corto es el intervalo de tiempo entre la conducta y la recompensa, más probable es que una persona repita la conducta.

La tercera, última y estrechamente relacionada con la anterior, es que las recompensas intermitentes tienden a provocar un comportamiento repetido con mayor frecuencia que las recompensas regulares. Las recompensas regulares suelen conducir al aburrimiento y la saciedad. Un caso de recompensa intermitente serían los juegos de azar.

2º Proposición del estímulo

Si el concurso de un determinado estímulo o de una serie de estímulos ha sido ocasión en el pasado de que la acción de una persona se haya visto recompensada, entonces cuanto más semejantes sean los estímulos actuales a los pasados, tanto más probable es que tal persona realice ahora esa acción u otra semejante.

El ejemplo que da Homans para ilustrar esta proposición es el del pescador: si un pescador arroja su caña a una oscura poza y pesca un pez, estará más dispuesto a volver a pescar en pozas oscuras.

En este caso, Homans señala dos variaciones conductuales: la generalización y la discriminación. El actor sigue una conducta de generalización cuando aplica la conducta que produjo réditos bajo circunstancias similares. En el caso del pescador, esto sería pasar de pescar en una poza oscura a pescar en cualquier poza, cambiar de un tipo de pesca a otro, o cambiar de pescar en agua dulce a agua salada.

En cambio, la discriminación sería el proceso contrario: se trata de identificar las circunstancias específicas que estaban presentes en el momento de las acciones pasadas que produjeron recompensas. En presencia de las mismas condiciones, se repetiría el comportamiento, siempre que dichas condiciones no sean muy complejas; en ese caso, las circunstancias similares no estimularían la acción.

Si el intervalo de tiempo entre el estímulo y la conducta requerida es largo, lo más seguro es que la conducta no se repita.

Por otra parte, un actor puede hacerse hipersensible a un estímulo, repitiendo sus conductas, situación que solo se corregiría mediante una sucesión de fracasos.

3º Proposición de la privación-saciedad

Cuánto más haya recibido una persona una recompensa determinada en un pasado inmediato, tanto menos valiosa le resultará toda unidad posterior de la misma recompensa.

La gente se cansa. La repetición de recompensas hace que el valor de las mismas disminuya con el tiempo.

Homans se apoyó en la teoría económica para desarrollar esta proposición, recurriendo al concepto del balance entre costes y beneficios.

Definió el coste de toda conducta como las recompensas que se pierden al realizar líneas alternativas de acción. El beneficio lo definió como la proporción en la que las recompensas superan a los costes en los que se incurre.

Aplicando el principio del coste-beneficio, Homans llegó a reformular esta proposición de la siguiente manera: Cuanto mayor es el beneficio que una persona recibe como resultado de su acción, más probable es que realice la acción.

5º proposiciones de agresión-aprobación

Estas dos proposiciones son complementarias y bastante evidentes, hasta el punto de que se me hace muy cuesta arriba explicarlas. Como se decía en mis viejos libros de matemáticas: se deja como ejercicio al lector.

Proposición A. Si una persona no recibe por s actividad la recompensa que esperaba o recibe el castigo que no esperaba, sentirá indignación, y al sentirse indignado, los efectos de una conducta agresiva le valdrán recompensa.

Proposición B. Cuando la acción de una persona recibe la recompensa que espera, especialmente una recompensa mayor de la esperada, o no recibe el castigo previsto, se sentirá complacido; lo más probable es que realice la conducta aprobada, y los resultados de esa conducta se convierten en más valiosos para ella.

La proposición A sería la representación de conductas como la venganza y la proposición B podría justificar muy bien el sentimiento de agradecimiento.

Algo que no ha pasado inadvertido a sus críticos es que, en este caso, Homans incumple su proyecto de ir hacia las formas elementales de la conducta y utiliza dos estados mentales como la indignación y la satisfacción.

6º Proposición de la racionalidad

Al optar entre acciones alternativas, una persona suele elegir aquella para la que, tal y como percibió en algún momento, sea mayor el producto del valor “V”, del resultado, multiplicado por la probabilidad, “P”, de obtenerlo.

En esta proposición, Homans nos presenta una ecuación simple, un producto de dos variables, abandonando completamente el conductismo y abrazando la influencia de la teoría de la elección racional (8).

Por lo general, las personas realizan cálculos sobre las diversas alternativas de acción que se les presentan. Comparan las recompensas esperadas de dichas alternativas y calculan la probabilidad de conseguir esas recompensas.

Las recompensas de alto valor se devaluarán si su probabilidad es baja y, por el contrario, las recompensas de bajo valor aumentarán su cotización si la probabilidad de conseguirlas es alta. Por supuesto, si ambas son bajas o ambas son altas, la decisión es mucho más sencilla.

¿Qué es lo que determina, según Homans, la percepción de la probabilidad? Homans opina que una baja o alta probabilidad viene determinada por la experiencia previa del actor: los éxitos pasados y el grado de semejanza entre la situación presente y las situaciones anteriores.

Críticas a Homans

La teoría del intercambio ha sido objeto de varias críticas desde distintas perspectivas académicas. Entre ellas se encuentran las de quienes continuaron con la sociología conductista, como Blau y Emerson, pero también, de forma más profunda, las de Habermas desde la teoría crítica (9), Collins desde la teoría del conflicto (10), y Giddens desde su teoría de la estructuración. Vamos a describir las críticas más comunes en los siguientes párrafos. 

Una de las críticas más frecuentes es que Homans reduce las complejas interacciones sociales a una serie de intercambios racionales y utilitarios, donde las personas buscan maximizar recompensas y minimizar costos. Los críticos señalan que esto ignora factores más profundos, como las emociones, los valores, las normas sociales o las influencias culturales, que también desempeñan un papel importante en las relaciones humanas. 

La teoría de Homans pone demasiado énfasis en el individuo, asumiendo que el comportamiento social está motivado principalmente por el interés personal y el cálculo racional. Esto ha sido criticado por dejar de lado las estructuras sociales, las instituciones y las relaciones de poder que influyen en las decisiones individuales y colectivas. 

Los críticos también señalan que la teoría del intercambio no presta suficiente atención al contexto social y cultural en el que se producen las interacciones. Según esta crítica, no todos los intercambios se realizan en un contexto neutral, y las normas culturales y sociales pueden condicionar o estructurar el comportamiento de manera que no encaje con el modelo racional de intercambio. 

A Homans también se le critica por lo que más a gala tenía, es decir, el reduccionismo conductista basado en los principios de recompensa y castigo para explicar las interacciones sociales. Esta aproximación ha sido criticada por su simplicidad y mecanicismo, ya que asume que el comportamiento humano es comparable al de los animales en experimentos de laboratorio, ignorando la complejidad cognitiva y emocional del ser humano. 

La teoría de Homans ha sido acusada de ser más adecuada para explicar interacciones individuales o diádicas (entre dos personas), pero no para abordar las dinámicas complejas de grupos más amplios o de instituciones sociales. Las interacciones colectivas y los fenómenos de masas son difíciles de explicar bajo el marco del intercambio entre individuos aislados. 

Muchos críticos afirman que la teoría de Homans ignora o subestima las relaciones de poder y las desigualdades estructurales que pueden influir en los intercambios. Las interacciones no siempre ocurren entre iguales, y las diferencias de poder, recursos o acceso a oportunidades pueden influir en el "valor" que cada persona aporta o recibe en un intercambio. 

La teoría de Homans asume una racionalidad en los actores sociales, es decir, que estos calculan los beneficios y costos antes de actuar. Por tanto, recibe la misma crítica que la teoría de la elección racional, que se basa en los mismos principios: que las personas no siempre actúan de manera tan racional o calculadora. Las emociones, los impulsos irracionales o los procesos inconscientes también guían el comportamiento humano. 

Estas críticas han llevado a la evolución de teorías más complejas dentro del campo de la sociología del intercambio y han fomentado el desarrollo de enfoques que integran las dinámicas de poder, cultura, emociones y estructuras sociales para entender mejor las interacciones humanas. Esto lo veremos en posteriores artículos cuando analicemos las teorías de Blau y Emerson.

 

Juan Carlos Barajas Martínez

Sociólogo

 

Notas

  1. George Caspar Homans (Boston, 11 de agosto de 1910-Cambridge, 29 de mayo de 1989) fue un sociólogo estadounidense. Homans fundó una teoría estrictamente deductiva del comportamiento social en Estados Unidos y contribuyó en gran medida a la teoría del intercambio social. Se distinguió especialmente como analista de grupos.
  2. Peter Michael Blau (Viena, 7 de febrero de 1918 - Nueva York, 12 de marzo de 2002) fue un sociólogo y teórico estadounidense. Produjo teorías con muchas aplicaciones dentro de los fenómenos sociales, incluida la movilidad ascendente, oportunidad de trabajo, la heterogeneidad, y cómo las estructuras de población pueden influir en el comportamiento humano. También fue el primero en trazar la gran variedad de fuerzas sociales, apodado "espacio Blau" por Miller McPherson. El "espacio Blau" se sigue utilizando como guía por los sociólogos y se ha ampliado para incluir las áreas de la sociología que no fueron específicamente por Blau. En 1974 Blau fue elegido presidente de la Asociación Americana de Sociología.
  3. Burrhus Frederic Skinner (Susquehanna, Pensilvania, 20 de marzo de 1904-Cambridge, Massachusetts, 18 de agosto de 1990) fue un psicólogo, filósofo social, inventor y autor estadounidense. Condujo un trabajo pionero en psicología experimental y defendió el conductismo, que considera el comportamiento como una función de las historias ambientales de refuerzo. Escribió trabajos controvertidos en los cuales propuso el uso extendido de técnicas psicológicas de modificación de conducta, principalmente el condicionamiento operante, para mejorar la sociedad e incrementar la felicidad humana, como una forma de ingeniería social. Un estudio de la American Psychological Association (APA), publicado en 2002, lo situó como el psicólogo de mayor relevancia del siglo XX.
  4. Talcott Parsons (13 de diciembre de 1902 – 8 de mayo de 1979) fue un sociólogo estadounidense. Cursó estudios en el Amherst College, el London School of Economics y la Universidad de Heidelberg (Alemania). Dio clases de sociología en la Universidad Harvard de 1927 hasta 1974 como director del Departamento de Sociología de dicha universidad (1944). Más tarde fue nombrado presidente del nuevo Departamento de Relaciones Sociales 1946 y posteriormente presidente de la American Sociological Association en 1949. Es uno de los mayores exponentes del funcionalismo estructural en Sociología. Dicha teoría social sostiene que las sociedades tienden hacia la autorregulación, así como a la interconexión de sus diversos elementos (valores, metas, funciones, etc.). La autosuficiencia de una sociedad está determinada por necesidades básicas, entre las que se incluían la preservación del orden social, el abastecimiento de bienes y servicios, la educación como socialización y la protección de la infancia.
  5. Richard Marc Emerson es conocido sobre todo por sus trabajos sobre el poder social y, posteriormente, sobre el intercambio social. A principios de la década de 1960 publicó dos artículos muy significativos sobre el poder social y el intercambio social que cambiaron la forma en que los científicos sociales veían el poder social. Una característica importante de su trabajo era que se centraba en los determinantes posicionales del poder en las redes. Esta sencilla idea sentó las bases de la vinculación entre la teoría del intercambio y las redes, que se convirtió en uno de los principales focos de atención de las ciencias sociales. En 1965 fue contratado por el Departamento de Sociología de la Universidad de Washington, donde formó parte del profesorado hasta su prematura muerte en 1982, en la cima de su carrera académica.
  6. Émile Durkheim (Épinal, Francia, 15 de abril de 1858 – París, 15 de noviembre de 1917) fue un sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y, junto con Karl Marx y Max Weber, es considerado uno de los padres fundadores de dicha ciencia.
  7. La teoría de la elección racional, también conocida como teoría de la acción racional es un marco teórico propio de la ciencia política y la economía que es utilizado para entender y modelar formalmente el comportamiento social y económico. Es la principal corriente teórica en la microeconomía y supone que el individuo o agente tiende a maximizar su utilidad-beneficio y a reducir los costos o riesgos. Los individuos prefieren más de lo bueno y menos de lo que les cause mal.
  8. Escuela de la Teoría Crítica (Década de 1930 - presente). Fundadores Principales: Max Horkheimer (1895-1973), Theodor Adorno (1903-1969), Herbert Marcuse (1898-1979), Jürgen Habermas (n. 1929). Asociada con la Escuela de Frankfurt, esta corriente cuestiona la cultura de masas y los efectos del capitalismo y la tecnología en la sociedad. Reflexión crítica sobre el racionalismo instrumental y la manipulación de la ideología a través de los medios de comunicación. Habermas desarrolló la teoría de la acción comunicativa, centrada en la importancia del diálogo y la racionalidad para la construcción democrática.
  9. La teoría del conflicto surgió como reacción al funcionalismo y supuso una alternativa a este movimiento hegemónico en la sociología durante los años cincuenta y sesenta. Aparte del funcionalismo, esta teoría se basa en una cierta lectura del marxismo y en la teoría del conflicto social de Georg Simmel. funcionalismo y teoría del conflicto comparten su preocupación por el estudio de las estructuras y funciones sociales. Allí donde el funcionalismo califica a la sociedad como estática, la teoría del conflicto habla de proceso de cambio continuo; cuando los primeros enfatizan el orden social los segundos hablan de conflicto; si los funcionalistas resaltan los elementos que contribuyen a la estabilidad, los autores de la teoría del conflicto destacan los elementos que contribuyen al conflicto; si los unos hablan de unión en base a las  normas, los valores y la ética compartida, los otros contestan que la unión se consigue mediante la coerción. Al final, es el concepto de la cohesión social frente al concepto de las relaciones de dominación y el poder.

 

Bibliografía

Fararo Thomas J. (2007). Homans, George (1910–89). The Blackwell Encyclopedia of Sociology. Blackwell Publishing

Lovaglia Michael J. (2007). Social Exchange Theory. The Blackwell Encyclopedia of Sociology. Blackwell Publishing

Ritzer George (2001). Teoría Sociológica Moderna. Mc Graw Hill

 

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